12/1/17

Settimo Cielo Bed & Breakfast, Venecia

Viajar a Venecia no es precisamente barato cuando se trata de buscar alojamiento. Prácticamente durante todo el año es temporada alta, así que los precios de los hoteles suben como la espuma, muchas veces sin corresponderse con lo que ofrecen.

En nuestra última visita a la bella ciudad tuvimos la suerte de encontrar un pequeño bed and breakfast muy bien situado, excepcionalmente limpio y, además, estiloso y con encanto.

El Settimo Cielo fue efectivamente para nosotros un lugar para descansar y cobijarnos del frío de esos días y a la vez estar en pleno centro veneciano. Estando en él nos sentimos como su nombre indica, en el séptimo cielo.

Dormir en el Settimo Cielo de Venecia



Settimo Cielo Venecia vista


Teníamos claro que queríamos alojarnos en  el centro de Venecia, no en alguna de las ciudades circundantes y que son opción más asequible. Dicho y hecho: el Settimo Cielo se encuentra situado en el "sestiere" de San Marcos, junto al Campo (plaza) de Santo Stefano y frente a la iglesia gótica del mismo nombre; se trata de la zona principal de la ciudad. Si queremos visitar Venecia en cuatro días es el lugar ideal por su localización. 

Al llegar en tren procedentes de Verona, no tuvimos más que tomar el vaporetto número 1 que va bajando por el Gran Canal y bajarnos en la parada de Sant' Angelo. Allí fue otro cantar, ya que las pequeñas callejas venecianas son un laberinto. Pero, ya por que fuera de día aún, ya porque sí, tardamos bien poco en dar con la iglesia de Santo Stefano y, por ende, con el Settimo Cielo.

Sin embargo, aún dimos una vuelta a la manzana hasta encontrar el hotel de la misma propiedad (La Locanda Fiorita) donde reciben y despiden a los viajeros. Desde allí volvimos al edificio de al lado y nos condujeron escaleras arriba (no tiene ascensor) hasta la primera planta donde se encontraba nuestro bed and breakfast. En la segunda se sitúa el llamado Bloom y en el ático hay una biblioteca para los huéspedes y una terraza magnífica que ofrece una vista diferente de la ciudad. 


Settimo Cielo Venecia fachada


La entrada viene señalada por un cristal grabado con el nombre del alojamiento. Después pasas a una sala común con varios sofás, vigas de madera vistas en el techo y unas cuantas mesas en las que al día siguiente desayunaríamos. 

De esta estancia sale un pequeño pasillo con puertas a los lados donde se sitúan algunos cuartos. El nuestro daba directamente al salón, lo que añadía carácter íntimo y más casero al alojamiento.


Settimo Cielo Venecia entrada



Cada habitación es diferente y muchas están decoradas con telas de diseño veneciano, suntuosas y con brocados. Así la nuestra, que además era bastante amplia, contaba con un sofá cama para Javier y tenía dos ventanales enormes que daban directamente a la fachada de Santo Stefano.

Las mesillas de noche y el escritorio eran bonitas antigüedades, la lámpara de pie algo barroca y las comodidades de un hotel más que de un bed and breakfast.

Contaba con un cuarto de baño con una ducha grande, albornoces, zapatillas, suficientes perchas en el armario y un estupendo aislamiento que mantenía la temperatura más que templada en unos días de frío intenso.


Settimo Cielo Venecia habitación


La primera noche incluso nos costó descansar debido a que no bajamos la temperatura y hacía excesivo calor. Alrededor de las ocho de la mañana nos llegó el agradable olor a café del desayuno. Fue salir a la sala común y ver que ya estaba preparada para desayunar. Y debo decir que, a pesar del pequeño tamaño del alojamiento, el desayuno merecía la pena.

Cada mesa tenía cestas de pan y bollería, además había un buffet con zumo de naranja natural, cereales y fruta y otro más de embutidos y quesos. La atención era perfecta y no había prisa porque el horario de desayunos es amplio. 

El segundo día se sirvió en el salón equivalente del bed and breakfast de la planta segunda y de nuevo en el nuestro la tercera mañana. 


Settimo Cielo Venecia desayuno


Si los alojamientos que más me gustan son los que me transmiten sensaciones, el Settimo Cielo me dio calidez y confort y no sólo por la calefacción, claro, sino por los colores, la madera preponderante en la decoración y el sentirte bien recibida en todo momento.

Si a esto le añadimos una situación inmejorable, a menos de 10 minutos andando de la Piazza San Marco, a 3 del Puente de la Accademia para cruzar el Gran Canal y el estar rodeados de muchos sitios de gran belleza, así como de restaurantes de calidad y buen precio, no puedo menos que recomendarlo para futuras escapadas venecianas.

¡Ah! el factor precio, determinante, también era más que correcto. La tarifa por noche para tres personas, incluyendo el desayuno y el iva fue de 170€. Nada desproporcionado en una de las ciudades más caras de Italia.

Lo mejor del Settimo Cielo B&B: la localización, el ambiente y las vistas desde la terraza del ático.
Lo peor del Settimo Cielo B&B: que no tenga ascensor.

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