El Museo Cerralbo se encuentra en un sitio muy céntrico, en la calle Ventura Rodríguez, entre Ferraz y Princesa, junto a la plaza de España. El palacete, en diciembre con andamios en la fachada y con la entrada principal un tanto camuflada, ocupa toda una manzana y cuenta con un amplio chaflán que es aprovechado en el interior por diversas estancias.
Fue residencia de don Enrique de Aguilera y Gamboa, aristócrata, arqueólogo y activo miembro del partido carlista, quien decidió donar su casa y toda la colección que albergaba al Estado, con la finalidad de preservarla y ponerla al servicio de los "aficionados a la ciencia y el arte".
La sensación que tuve constantemente durante la visita es que estaba recorriendo la morada de un amante de las artes y de la arqueología. Un gran conocedor que deseaba mostrar sus aficiones y sabiduría a todo aquel que lo visitara. Para ello no dudaba en llenar paredes y habitaciones con un claro sentimiento de "horror vacui".
Pinturas, esculturas, armas, vajillas, libros, monedas, dibujos, relojes… se van mostrando al visitante estancia tras estancia, en una sucesión de salas y corredores decorados en un estilo "hiperbarroco"de dorados, mármoles y estucos.
Toda la suntuosidad con la que están decorados los espacios "públicos" de la casa contrastan con la austeridad de la recreación del dormitorio del marqués. Una sencilla cama con cabecero de madera torneada, un aguamanil, un brasero, un armario y un escritorio han servido para recomponer la estancia tal y como se supone fue originalmente.
Hablo de recreación, ya que durante los años 40 del siglo XX se intervino en las habitaciones originales del actual Museo Cerralbo de Madrid para crear galerías donde exponer mejor las piezas. Esto hace que el entresuelo, dónde hacía vida la familia, se haya tenido que recrear posteriormente para mostrar de la manera más aproximada las estancias de esta zona de la casa.
A través de la escalera de honor se accede desde el amplio zaguán al entresuelo antes mencionado y en un segundo tramo con balaustrada de forja a la planta noble. Destaca la lámpara que ilumina el espacio dotándolo de gran suntuosidad, así como los blasones de los marqueses.
La planta noble era el espacio público de la casa y refleja perfectamente la composición de las mansiones decimonónicas que guardaban lo mejor para mostrar a las visitas, primando la apariencia por encima de todo. De hecho, esta planta sólo se abría para bailes y recepciones.
Se distribuye este piso a lo largo de tres galerías que van repartiendo las estancias y que permiten recorrerlo siempre entre obras de arte.
Éste es el espacio de la casa más interesante, donde el visitante puede recorrer a sus anchas la armería, el pasillo de dibujos, la Salita de Estilo Imperio tan femenina, el Salón de Billar masculino y lleno de retratos, el Salón del Chaflán, el despacho y la biblioteca, así como tres estancias que me llamaron mucho la atención.
La primera es la Sala de las Columnitas, espacio de reunión para los hombres y que recibe su nombre de la colección de pequeñas columnas dispuestas sobre una mesa central. De distintos materiales como el mármol y las ágatas, su colocación armoniosa realza el salón dándole un toque muy original.
La segunda es el Comedor de Gala, donde el ambiente parece detenido hace más de cien años, se tiene la sensación de habernos colado en una novela de Galdós o de Dickens, y si viéramos pasar un fantasma no nos parecería extraño.
Podemos imaginar que alrededor de la mesa de caoba se reunieron los personajes más influyentes de la época y, como en todo el palacete, las obras de arte abundan.
En tercer lugar merece la pena detenerse en el Salón de Baile, al que se accede por distintas galerías y que se abre a la escalera de honor para poder observar a los invitados según suben. Está revestido de sedas, estucos y espejos venecianos.
Desde el techo, las pinturas alegóricas de la música y la danza ambientan el salón y aparece el propio marqués retratado con levita roja haciendo de anfitrión.
Como veis, se trata de un museo singular que conviene no perdernos en nuestras próximas visitas a Madrid.
Datos prácticos del Museo Cerralbo
Calle Ventura Rodríguez, 17
Metro: Línea 3, parada Ventura Rodríguez
Horario: de martes a sábado de 9:30 a 15:00
Jueves: apertura extraordinaria de tarde entre las 17:00 y las 20:00
Domingos y festivos: de 10:00 a 15:00
Cerrado lunes y algunos festivos.
Precios: 3€ entrada general y 1,50€ entrada reducida. Gratis el sábado a partir de las 14:00 y los jueves tarde.
Intereante artículo. La última vez que estuve en Madrid (medio por trabajo) tenia una tarde libre y estuve tentado de acercarme, pero al final fui al Sorolla, que también lo tenía pendiente. Vamos, que a ver si la próxima vez lo puedo incluir!
ResponderEliminarUn saludo!
Hola Jordi: el Sorolla es otro museo que tengo pendiente. Cuando visites el Cerralbo te sorprenderá su ambiente, a veces un tanto fantasmagórico, pero que da buena idea de lo que debió ser vivir en esta casa que ha llegado bastante bien conservada hasta nuestro siglo XXI.
EliminarUn saludo.
Cristina