24/10/14

Dónde comer en Bolonia

Dónde comer en Bolonia, pues si vas a la capital de Emilia Romagna, verás que se come pero que muy bien. Aquí te dejo nuestras recomendaciones.


Dos lugares donde comer muy bien en Bolonia



Bolonia es una ciudad con muy amplia oferta culinaria y es centro de una región productora de delicias como el queso parmesano, el vinagre balsámico de Módena o el jamón Culatello de Zibello.

De nuestros días en Bolonia voy a recomendar dos restaurantes estupendos, moderados de precio y con la comida riquísima (que es de lo que se trata). A ambos llegamos a través del boca a boca y nos llenaron la ídem de deliciosos sabores.

- Una osteria especial, la Osteria del Cappello, que se sitúa en pleno centro de la ciudad, detrás de la Piazza Maggiore, y más concretamente en la vía de Fusari, 9.

Entrada en la Osteria del Cappello.

Tiene esta Ostería una larga historia, ya que existía allá por 1375. Tras siglos de servicio cerró y reabrió sus puertas recientemente a una clientela local en su mayoría (éramos los únicos extranjeros cuando fuimos por allí). Su ambiente acogedor, con grandes aparadores con productos locales en venta, mesas de madera (pocas) que se reparten por el local y un personal amable.

Los manteles, a modo de antiguos juegos de la oca, llaman la atención por su originalidad. La comida es estupenda, abundante en las raciones y moderada en el precio. El día que nos acercamos a comer disfrutamos unos tagliatelle al ragú (lo que aquí llamamos "boloñesa") magníficos, al dente y con una salsa muy bien hecha, quizá la mejor boloñesa que hemos probado. El precio del plato: 9€. Los postres estaban igualmente ricos, pero lo que ha permanecido en la memoria fue su espléndida pasta.

Mantel con juego de la oca de la Ostería del Cappello.

Muchas gracias a Ignacio Izquierdo y Ainara García por su estupenda recomendación.


- En otra calleja del centro histórico, vía Caduti di Cefalonia, 5 se encuentra un buen y asequible restaurante en el que cenamos en dos ocasiones: el Ristorante Pizzeria Scalinatella. Como los días no fueron muy fríos, pudimos cenar en una ocasión en la terraza de la estrecha calle. Lleno hasta la bandera los dos días, en su mayor parte de boloñeses de cenas largas con sobremesa, ofrece una cocina tradicional a base de pizzas, pasta, arroces, carnes y algo de pescado.

Los precios son muy moderados y las cantidades más que abundantes. Probamos las pizzas, la pasta y el arroz, así como el tiramisú casero. Todo estupendo y tan amable el servicio (recuerdo especialmente a un camarero muy cantarín y simpático), que no dudamos en repetir la última noche que pasamos en Bolonia.

Muchas gracias a nuestro amigo Sixto J. Castro por su recomendación: "Algo así de una escalera, está por detrás de la catedral, ¡qué pizzas!". Pues eso.

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