Retomo después de bastante tiempo el apartado de "Mis Imprescindibles" y para ello miro a una de las ciudades españolas que más me gustan: Granada. Comparte muchas cosas con mi ciudad, Salamanca, y quizás me gusta tanto por ello... ¡o no! Porque es esta una ciudad no sólo bella, sino también original en su disposición, amable en sus gentes, llena de historia y de arte por los cuatro costados, universitaria y encima emplazada vecina a la montaña y no lejos del mar. ¡Casi nada!
He tenido la suerte de estar en tres ocasiones en la bella Granada y siempre la he disfrutado mucho. La primera vez porque la "descubrí" y me cautivó; la segunda, porque nos alojamos en un precioso hotel del Albaicín y pudimos participar mucho más de la vida de la ciudad, y la tercera (la Semana Santa del 2013) porque llevamos a Javier, quien a pesar de sus 6 años alucinó como nadie en la Alhambra.
Hay tanto que hacer allí y tanta belleza que es difícil quedarse con unas cuantas cosas. Espero no olvidarme de nada, y si es así decídmelo, ya que esto es un correlato subjetivo y como todo lo subjetivo puede errar. Aquí van:
1. ¡Cómo no! La Alhambra: qué voy a decir yo de este lugar único en el mundo. Que es una joya artística e histórica, que es Patrimonio de la Humanidad, que es inagotable en sus sorpresas y en sus detalles arquitectónicos y que siempre hay que volver a este sitio lleno de magia que a tantos ha cautivado y seguirá cautivando.
En la visita que hicimos el año pasado tuvimos la suerte de contemplar el Patio de los Leones tras la última restauración de la fuente que le da nombre. A la luz del atardecer de finales de marzo, brillaban los detalles de mocárabes y atauriques, tan frecuentes en la decoración de la arquitectura de tradición árabe.
Primavera en la Alhambra. |
Tengo pendiente en un futuro volver a la Alhambra, pero esta vez en visita nocturna. Si la magia está siempre presente, de noche debe ser aún mayor.
2. El Generalife, también Patrimonio de la Humanidad. Una vez terminada la visita a la Alhambra merece la pena acercarse hasta este palacio, mucho más sencillo pero que cuenta con unos jardines espléndidos, los Altos y los Bajos, la "Escalera de Agua" y el bello y "sonoro" Patio de la Acequia. Un remanso de paz, de color y de sonidos del agua.
La visita a los jardines del Generalife se puede hacer con entrada aparte mediante el billete llamado "Alhambra Jardines".
3. El Palacio de Carlos V: está situado en el recinto de la Alhambra pero lo incluyo como uno de mis imprescindibles separándolo de las construcciones árabes ya que este palacio se añadió después. Habrá gente que piense que rompe la armonía del conjunto. A mí, sin embargo, que soy una loca del Renacimiento, me parece magnífico y rupturista. A pesar de todo, está bien integrado y es buena muestra de una época brillante en la historia y el arte. Puede pasar desapercibido pero el interior, especialmente el patio circular, es magnífico en su mesura y euritmia propia de la época.
Patio del Palacio de Carlos V. |
4. El barrio del Albaicín: bello, tranquilo, sorprendente, lleno de encanto y con la mejor de las vistas de la Alhambra desde el mirador de San Nicolás. Como un pueblo encalado que conserva sus rincones, sus casas recoletas, su movimiento vecinal activo, tal y como pudimos observar el año pasado y de nuevo la magia, esa magia granadina tan presente en sus cuestas, su empedrado y sus calles. Su particularidad es tal que también está incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El Albaicín desde uno de los miradores de la Alhambra. |
5. La Capilla Real: situada en la pequeña Calle Oficios, se encuentra esta joya ideada para albergar los restos de los Reyes Católicos. Llama la atención lo disimulado de la fachada: hay que buscarla, ya que está retranqueada, pero una vez en el interior lo espectacular de los catafalcos y la simbología del lugar nos recuerda que estamos ante los enterramientos de la pareja de monarcas más importante que ha habido en España.
Junto a los monarcas, descansan sus sucesores, su hija la reina Juana y el esposo de ésta, Felipe el Hermoso. Merece la pena pararse a observar el retablo de Felipe Vigarny, obra excepcional del Renacimiento español.
Entrada a la Capilla Real. |
6. Lindando con la Capilla Real, se encuentra la Catedral que, siendo hermosa, pierde un poco comparándola con otros monumentos de la ciudad. La fachada principal da hacia la plaza de las Pasiegas y fue realizada por Alonso Cano a modo de gran arco de triunfo. En el interior destaca la capilla mayor, obra de Siloé con planta redonda y 45 metros de altura.
8. Plazas: ¡con lo que a mí me gustan las plazas! Está Granada llena de ellas. Algunas son amplias, como la de las Pasiegas antes mencionadas, otras recoletas como las que se encuentran por doquier en el Albaicín. A mí particularmente, me gustan mucho dos: la formada por la de Santa Ana y Plaza Nueva, que comparten espacio y tienen la Alhambra arriba, siempre presente; y la plaza Bib-Rambla, en la que se situaban las pescaderías y carnicerías en época árabe. Sede de ferias de caballos hace años y formada por edificios singulares, está presidida por la fuente de los gigantones.
Acera del Darro, una de las calles más bonitas de Granada. |
10. La huella de la historia de Granada se ha quedado prendida en sus casas. Casas sencillas o señoriales, enrejadas o con torres. Casas que ocultan posiblemente un patio con fuente y quizás, también vistas magníficas sobre la Alhambra o el Albaicín. ¡Qué gusto da pasearse por la ciudad y que el portalón de una de esas casas esté abierto! Se aprovecha, y uno se asoma con curiosidad para observar esos interiores ocultos y refrescantes. Los cármenes, tan granadinos, se muestran al visitante a través de algunos restaurantes de prestigio o de museos como la Fundación Rodríguez Acosta. Casas como la del Chapiz o la de Castril merecen por lo menos pararse un momento a observarlas.
Rincón del Albaicín. |
11. Sus miradores: desde el de San Nicolás, en el Albaicín, se tiene una magnífica vista de la Alhambra y el Generalife; a la inversa, desde los palacios árabes se contempla el barrio blanco en todo su conjunto. Los mismos constructores de la joya de Granada, crearon miradores en los palacios para contemplar la magnífica vista.
Más moderna y más fea pero singular también es la torre que preside el Parque de las Ciencias y desde la que se contempla toda la ciudad y hasta bastante más allá.
El Albaicín desde la Alhambra. |
12. Por último, imprescindible es comer y tapear en Granada. Hay multitud de lugares para hacerlo. Los alrededores de Plaza Nueva están llenos de lugares típicos, en el Albaicín hay restaurantes famosos alojados en bellos cármenes y sea donde sea no vas a comer mal en Granada, más bien, vas a comer muy muy bien.
Estos son pues mis imprescindibles de Granada. Una selección, ya que Granada es para disfrutarla en persona, para pasear sus calles, sentarse en sus miradores y ver pasar una procesión si es Semana Santa. Se sobrecoge el espíritu en Granada a la que siempre, siempre hay que volver; la que se puede contar, pero que hay que oler, respirar y escuchar.
Recomendación musical para Granada: escuchar a Carlos Cano, poeta y cantautor granadino que cantó a su ciudad (y a otras muchas) en canciones bellas e inolvidables.
Para mí también es un imprescindible perderse por sus calles y ver el atardecer desde el mirador de San Nicolás! Me encanta Granada!
ResponderEliminarEs verdad Mª Carmen: además literal, en el último viaje nos despistamos en el Albaicín por unos momentos, pero enseguida nos guió la Alhambra en la distancia. Una maravilla de ciudad. De mis favoritas de España.
EliminarUn saludo viajero.
Cristina.
Hola que deleite leer tu nota sobre Granada. En cuanto a playas hay en Granada? perdon por la ignorancia.
ResponderEliminarHola Pablo: no te apures; verás, una de las mayores ventajas de Granada, además de su innegable atractivo, es que está cerca tanto de la montaña como de la playa. Desde la ciudad las playas de Motril, por ejemplo, están a menos de 70 kilómetros.
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