Teníamos ganas de llevar a Javier, a quien le habíamos hablado de la Alhambra y el Albaicín y como pequeño viajero que es, y muy curioso, tenía ganas de verlo con sus propios ojos.
Tras mirar unos cuantos hoteles que nos gustaban, vimos que en relación calidad-precio uno de los que mejor salía era el Hospes Palacio de los Patos.
Los patos que nombran el hotel. |
Tras las experiencias en otros hoteles del grupo, no dudábamos que estaríamos estupendamente en este Palacio de los Patos que se sitúa en el centro de Granada y a un breve paseo de la Catedral.
Un palacete de finales del siglo XIX, declarado Bien de Interés Cultural, es la sede de la parte histórica y además cuenta con un pequeño jardín y una rejería negra que la separa del bullicio urbano.
Junto a esta bella construcción, que alberga las habitaciones más espectaculares y caras, se encuentra otra de nueva planta, diseño ultra moderno y fachada de alabastro.
El edificio nuevo separado del antiguo por una fuente y una terraza. |
En este edificio moderno las habitaciones son amplias y luminosas; están dibujadas en tonos blancos sólo rotos por una colcha verde en la cama amplia y un sofá negro. Javier se acomodó en una cama supletoria ancha y, según sus palabras, cómoda.
Los salones del edificio antiguo son espectaculares y han tenido una rehabilitación cuidada al extremo. La escalera de acceso a las suites está cubierta por una cúpula con tambor acristalado y decorada en su interior, y da buena cuenta de la posición social de los antiguos propietarios del palacio.
Escalera del edificio antiguo y la impresionante cúpula con lámpara colgante. |
La tranquilidad del hotel también hay que valorarla, ya que al no estar situado propiamente en el casco histórico (aunque muy cerca), no hay todo el trasiego de visitantes habitual en las ciudades tan turísticas como Granada.
En la entrada del hotel una fresca mañana. |
Si queréis alojaros en un lugar especial, en el centro de Granada y muy cerca de todos los atractivos históricos de la bella ciudad, el Palacio de los Patos es una buena opción.
Lo mejor del Palacio de los Patos: su cuidada ambientación, decoración y rehabilitación.
Lo peor del Palacio de los Patos: el edificio nuevo, aún siendo muy innovador, es algo frío.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Muchas gracias por dejar tu comentario en Ida y Vuelta.