¿Has hecho una cola larguísima para luego decir "pues no era para tanto"? ¿Te has sentido decepcionado ante una obra de arte universal y con una fama a veces excesiva?
Hoy dedico este post en el que han colaborado un buen puñado de bloggers a lo que llamo fracasos artísticos, o sea, chascos relacionados con el arte que hemos tenido en nuestros viajes.
Los hay de todo tipo: lonas cubriendo un monumento único, imposibilidad de visitar "ese" lugar por circunstancias imprevistas, decepción ante una maravilla que no te parece tal, etc.
Y tú, ¿has vivido en tus carnes algún ¿fracaso artístico"?
- De cómo casi se gafa una maravilla del Patrimonio. Esto nos lo cuentan Pilar y Paco de Turisteando el Mundo.
Chichén Itzá era uno de los lugares de nuestro viaje a México que más ilusión nos hacía conocer. No vamos a decir que fue el principal motivo de nuestra visita a México pero sí uno de los que más nos atrajeron para ir hasta allí. Estamos hablando de un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988 y Maravilla del Mundo desde 2007.
Decidimos que la visitaríamos por dos veces, una desde Valladolid para ver su espectáculo nocturno de luz y sonido; y la segunda desde Mérida, ya en nuestro último día de viaje, para conocer el lugar con todo su esplendor a la luz del sol. El caso es que algo le tuvimos que a hacer a los dioses y la tomaron con nosotros porque ambas visitas se complicaron un poco.
Empezamos por nuestra visita nocturna a Chichén Itzá.
Para realizarla hay que reservar con un número de folio que te da el hotel pero no era válido y no nos enviaba otro, tuvimos que hacer malabares y contactar con la oficina de turismo y conseguir un número nuevo.
Ya en Valladolid no fue posible negociar un taxi para ir a ver el espectáculo, que nos esperase y retornar de nuevo a la ciudad. Tocaba ir en bus, la información que nos dieron sobre los autobuses que dejan en Chichén no fue buena y nos dejaron a casi 1 kilómetro del sitio arqueológico en una tarde que empezaba a amenazar tormenta.
Una vez allí, esperamos bastante ya que retrasan el acceso por la tormenta, abrieron y nada más llegar a la zona de sillas, sin ni siquiera sentarnos, no cayeron gotas de lluvia, no... cayeron "chuzos" de punta que nos mojaron hasta lo más íntimo.
Debimos dar pena al taxista que nos llevó de vuelta a Valladolid ya que cuando pudo parar nos ofreció unas camisetas de unas pasadas elecciones para secarnos. Cuando íbamos por la carretera sonó un trueno como jamás habíamos oído en nuestra vida que hizo tambalearse el coche. Los dioses nos "echaban" de allí.
No decimos nada de la cara que puso el recepcionista del hotel al vernos llegar. Al menos, en medio
del diluvio, encontramos taxi de vuelta. Todavía nos quedaba Chichén Itzá de día.
Y llegó el día de conocerlo. Habíamos contratado un guía con coche y llegó tarde, casi una hora. Un calor insoportable. Pero casi tras dos horas de camino desde Mérida llegamos al parque. Contentos de poder cumplir uno de nuestros sueños.
Cuando entramos, nos quedamos atónitos. Todos, absolutamente todos los caminos entre las estructuras arquitectónicas eran un mercado de artesanías. Aquello parecía una feria. Cómo es posible que las autoridades permitan esto, nos preguntábamos. Imposible pasear por el parque arqueológico sin que te ofrecieran algo para comprar. La tranquilidad es incompatible con Chichén.
Además era imposible hacer una foto sin encontrarte al japonés que te aparta o se pone en medio sin mirar, el coreano que chilla y chilla mucho, el que te empuja o el graciosillo que siempre sale en el fondo de la foto fastidiándola.
Aún así, Chichén Itzá es una maravilla, es un lugar que hay que conocer. Tiene merecido ser Patrimonio de la Humanidad y ser Maravilla del Mundo.
¿Que si nos gustó?, nos gustó mucho, muchísimo.
¿Que si lo disfrutamos?, no, no lo disfrutamos.
En fin, otra vez será. Cuando volvamos a México haremos ofrendas a los dioses, igual que hacían los
mayas, pero sin sacrificios humanos, para que todo salga bien.
- La Universidad de Salamanca. La joya del plateresco, tapada por obras. Contado por Jordi de Milviatges.
Mis pasos se dirigían hacia el edificio histórico de la Universidad de Salamanca mientras mi cabeza andaba pensando sobre qué podría relatar en el post colaborativo propuesto por Cristina. En esto que tomé la Calle Libreros para dirigirme hacia el Patio de las Escuelas Mayores donde podría disfrutar del más maravilloso momento del plateresco español, el que lo llevó a esculpir este milagroso retablo sobre piedra de Villamayor que supone la fachada de la Universidad de Salamanca.
Pero… ¡¡¡oh, horror!!! Cuando levanto los ojos para gozar de tan insigne monumento, no puedo creer lo que tengo enfrente: una enorme tela cubre por completo la fachada de la Universidad de Salamanca. Aprovechando que en 2018 la institución celebrará su octavo centenario, han escogido este momento para rehabilitar la ilustre fachada, en unos trabajos que durarán casi dos años. Cuando se lo comento a Cristina, salmantina de nacimiento y corazón me responde contenta, “Por fin se han puesto a restaurarla!”. Como que ¡“por fin”! ¿No podrían haber esperado unos meses a que yo la revisitara? Esta vez no podré buscar la rana esculpida ni disfrutar del fenómeno de la encendida de la fachada, cuando la piedra arenisca de Villamayor reluce más que nunca, cada tarde, al ponerse el sol.
Algo triste y cabizbajo prosigo con mi recorrido a pie por la ciudad charra. Por suerte, son muchos los monumentos que ver en Salamanca. Y de su plateresco podré disfrutar en la Catedral Nueva, en el Convento de San Esteban o en tantas otras fachadas de blasonadas mansiones. Sin embargo, me tendré que contentar con el recuerdo que me queda, de hace ya tres lustros, de la fachada de la Universidad de Salamanca.
- El pie de mármol que supo a poco por Carmen de Viajes y Rutas.
A veces nos gusta ver cosas poco conocidas en ciudades y salirnos un poco del circuito turístico. Este fue el caso del Pie di Marmo en Roma, que hacía años había visto en un libro de arte y que tenía muchas ganas de ver. Este pie está hecho de mármol, calza una sandalia romana y mide 1,25 metros de largo. Perteneció a una enorme estatua de un templo romano, que a juzgar por el tamaño, tuvo que medir por lo menos 8 metros de alto.
Después de ver unas cuantas maravillas y tras pasar por el Pantheon y la Basílica Santa Maria Sopra Minerva, nos dirigimos a verlo por la Via del Pie di Marmo. Estábamos realmente agotados, el calor era insoportable, y por más que lo buscábamos no lo encontrábamos. Ya a punto de irnos sin verlo, vimos salir una furgoneta de reparto del lugar que estaba aparcada, en la esquina de la calle con la Via San Stefano del Cacco. Cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dimos cuenta de que estaba aparcada tapando el Pie di Marmo.
La decepción fue enorme, el pie en sí, está bien por su talla y proporciones, pero la ubicación no se entiende muy bien, además en la pared había grafitis y bolsas de basura apoyadas en su pedestal.
Yo comprendo que Roma tiene tantos restos romanos y tantas obras que no pueden ponerlas todas en bonitos pedestales o en el centro de plazas, pero ¿no hay un sitio un poquito mejor?.
- La casi no visita a los Guerreros de Xian, por Iván Gadea de Apeadero.
Seguro que no me equivocaría si dijera que el 99% de los viajeros que viajan a Xi'an lo hacen atraídos por sus famosos "guerreros". Nosotros no éramos una excepción y, de hecho, nos habíamos apartado sustancialmente de la ruta prevista solo para visitar el museo y lugar de las excavaciones.
Como íbamos bastante apretados de tiempo, el plan era llegar en un tren cama nocturno, visitar los guerreros de Xi'an y teníamos ya comprado por adelantado otro billete de tren para irnos esa misma noche. Llegamos a la ciudad que da nombre a los guerreros, dejamos nuestras mochilas en la consigna de la estación y tomamos un bus hacía el recinto donde está la exposición.
Cuando llegamos casi se nos cae el alma a los pies: estaba cerrado todo el día por una visita oficial del presidente de Filipinas. Casi lloramos, pero era momento de actuar: ¿queremos o no ver a los guerreros de Xi'an? ¡Queremos! Así que volvimos a la estación, cambiamos el billete de tren para el día siguiente, buscamos un hotel y así, un día más tarde y sacrificando un día en Hong Kong, pudimos visitar los famosos guerreros de Xi'an. ¡Y nos encantó haberlo hecho!
- Diabarama y lo real e irreal del Palacio de Cnossos.
Fui desde Polonia a Xaniá, y de allí a Heraklion, me las arreglé para encontrar el autobús que me llevara al yacimiento (con un cartel enorme en el parabrisas que pone KNOSSOS), lo tomo a primera hora y me bajo en la última parada para ver por fin la maravilla de las maravillas.
La primera en la frente, al decidirme a contratar un guía. No suelo hacerlo, pero con la súper ilusión que llevaba prefería que me explicaran bien las ruinas. Me dicen que a partir de 6 personas se crean los grupos y me hacen esperar. Me sirve en inglés, francés o español. Al cabo, me presentan a la guía de español e italiano, una estirada que me dice que tiene un grupo de cuatro y solo hace falta otra persona... En italiano. Le digo que yo no hablo ese idioma (empecé a estudiarlo al año siguiente) y me dice, no me pregunta, que bueno, que lo entiendo. Y se va con su grupo. Me quedo un poco ojiplática, hasta que reacciono para acercarme a ellos. "No me importa que hables en italiano, pero si no entiendo algo te pararé para que me lo expliques en español". En lugar del lógico "por supuesto", ya que mi precio es el mismo por guía que el de los demás, me dice "Ah, no sé, tendrás que pedir permiso a los italianos, y si a ellos no les molesta..."
Bien, entré por mi cuenta y sin guía en el recinto a la velocidad que saltan los salmones contracorriente, para ir viendo la mayor cantidad de cosas inconexas que en mis casi 33 años de vida pude guardar en los RAM de mi cerebro.
Al principio, todo normal. Ruinas, algunos textos y letreros, un sendero que... Oh là là!!!! Si eso ha quedado en pie tengo que verlo.
Vas casi corriendo con la boca abierta viendo habitaciones enteras levantadas como si hubiera sido ayer. Pintura intacta. ¿Cómo es posible?
A todo esto, sopla un vientecito que ya oyes a otros guías decir que es muy típico del peñasco donde estamos, que nos ha tocado un mal día. Ya, ya, me acabo de sacar un trozo de friso del ojo derecho, lo voy notando...
Entre unas y otras cosas llegas al momento de la verdad, el "momento dedo". Hay algunas pinturas, que no son las auténticas (éstan se hallan en el Museo Arqueológico de Heraklion), mostradas en los lugares en los que deberían haber estado, según Evans. Atención a estas dos últimas palabras: según Evans. Ahí está la clave de todo.
¿De quién es el dedo? Yo no lo sé. Evans dice que de una bailarina, pero es que además ha montado un cuadro de un tamaño considerable alrededor del hallazgo de... un dedo pintado. En la foto que os adjunto podéis ver lo que el arqueólogo encontró, rodeado de todo un mágico mundo de luz y de color. Yo le hubiera contratado en la Disney.
¿Qué pasa con esto? Pues que en la época victoriana, con toda su buena fe, este señor se engoriló y pensó en dar al mundo una visión cercana a lo que era una realidad en el mundo antiguo, y ni corto ni perezoso cogió partes de los hallazgos y los montó a lo Legoland, los pintó, y epaaaaaaa, toma Palacio de Cnossos.
Para el neófito o el que no sabe de arqueología (con no sabe más bien quiero decir que no le interesa, porque yo tampoco sé, pero me apasiona) y lo que le gusta es ir a hacerse la foto, pues es un lugar fantástico y podría decirse que espectacular, si comulgas con ruedas de molino.
Recomiendo encarecidamente la visita al museo después (y no antes) de haber visitado el enclave de Cnossos. De esta manera averiguaremos lo que es real y lo que no de lo encontrado en el área arqueológica, porque cualquier cosa puede ser una reproducción bienintencionada de un hombre que quiso instruir con un método muy, muy controvertido.
- Un arco en obras en Medinaceli por A un clic de la aventura.
Pasaron unos años hasta que volvimos otra vez a Medinaceli y, esta vez, si pudimos ver el arco. Un arco que es excepcional ya que es el único arco romano con triple arquería que se conserva en España. Los romanos lo erigieron con una doble función, servía como elemento conmemorativo y, a la vez, era la puerta de acceso a la ciudad. El arco central estaba destinado al paso de carruajes y animales y los laterales, que son más pequeños, para el paso de los peatones. Aunque su decoración está muy desgastada por todo el viento que le ha azotado durante todos estos siglos, todavía conserva su encanto.
- Una Ciudad "Prohibida" de verdad para La Cosmopolilla.
Puertas que se quedaron cerradas para nosotros: esa semana se celebraba el 70 aniversario de la Guerra Chino - Japonesa, para la cual habían cerrado TODO el perímetro central: el mercado de los insectos, la plaza, la Ciudad Prohibida... Para realizar un desfile militar. Tan solo acercarse a las murallas rojas del antiguo palacio del emperador ya era una gymcana de vallas, registros, cámaras de vigilancia... Un final agridulce para un viaje legendario.
- Un jardín que no era para tanto y un palacio-centro comercial para Krisporelmundo.
Allí había un buen número de turistas sentados frente al jardín contemplando embelesados lo que tenían frente a ellos... Yo probé a sentarme y observar pero la primera impresión fue igual a la última: me pareció el jardín japonés más simple y feo que había visto. Dicen que observar este jardín es muy relajante, pero yo me relajo mucho más frente a un bonito paisaje o un jardín convencional, con árboles y flores. Fue sin duda el mayor y casi diría único "chasco" viajero que tuve en Japón.
Gente que iba y venía, grupos de hasta 50 personas siguiendo desesperados a su guía para no perderse... no daba crédito. Colas en todas partes, hasta en la torre de la Catedral había que pedir permiso para poder disfrutar de las vistas. Y por si eso fuera poco todo está lleno de restaurantes que sacan sus mesas a la calle llenando cualquier hueco con ellas, las cuales además cubren con sombrillas que hacen imposible disfrutar de los edificios de Split. Tiendas, cafés, heladerías... Todo el Palacio de Diocleciano se ha convertido en una especie de centro comercial, sobre todo cerca de la Plaza de la Catedral. Por fortuna finalmente, cerca de la Sinagoga, encontramos algunas calles tranquilas que mantienen el encanto de antaño y por la tarde subimos al monte Marjan que nos regaló una bonita vista de la ciudad como recuerdo con el que abandonar Split.
- Florencio de Fmanega y un clásico de las decepciones artísticas: la Mona Lisa.
Foto con licencia Creative Commons de Richard Schneider. |
Aunque, equiparemos obras del mismo autor. ¿Muestra el retrato de Lisa Gherardini alguno de esos sutiles rasgos humanos que delatan a los protagonistas de La Última Cena? ¿Que el tamaño no importa? Pues claro. Pero no es lo mismo poder contemplar una obra de arte en todo su esplendor que tener que hacerlo a distancia, tras la barrera que forma una legión de cabezas. Creo que me has convencido. La próxima vez que visite el Louvre le prestaré más atención a la Venus de Milo.
- El Manneken Pis visto con los ojos de María de Tu Hobbie tu viaje.
La estatua del niño es una figura de apenas ni medio metro que no resalta para nada, a no ser que ya sepas que estas ahí. El Niño con su pitilín es gracioso pero poco más, quizás lo interesante es lo que se cuenta de éste, cómo lo visten para los acontecimientos del país y el por qué es el símbolo de la ciudad. Para quitarnos esa decepción decidimos buscar a los otros meones de la ciudad, a la niña Jeanneke Pis y el perro meon, Zinneke Pis, este último fuera de los circuitos turísticos. Estos dos sí que nos gustarían mucho más y no nos decepcionaron.
- Un Luxor mal cuidado por Ismael de Whattimesailing.
El primer golpe fue nada más llegar a Luxor, un enorme cartel con los precios al centro y el taxista nos quería cobrar el triple. Esa fue la tónica del viaje. Querer asustarnos para pagar una propina por llevarnos a unas tumbas, llevarte a lugares donde le habías dicho que no al taxista (tienda del primo, etc..), cobrarte una barbaridad por un pastelito mientras la muchacha de la caja no podía mirarte de la vergüenza que estaba pasando. Podríamos contaros un montón de situaciones por el estilo que te termina cansando y aburriendo. También encontramos a un par de personas que nos indicaron una dirección o un restaurante donde comer sin pedirnos nada a cambio.
Otra gran decepción fue la dejadez de mantenimiento que tiene todo. Basura en las pirámides, cabras dentro del templo de Luxor, luces arrancadas en el interior de la pirámide combada, un saquito de arroz para controlar la humedad dentro de las vitrinas en los museos, etc...
Es lo que tiene viajar por libre sin una agencia que lleva todo pactado, pero os decimos una cosa, si alguna vez volvemos a Egipto lo volvería a hacer exactamente igual.
- Y termino yo misma hablando de unos cuadros de Botticelli más verdes de lo normal que vi en los Uffizzi.
No es oro todo lo que reluce en el mundo del arte y así me sucedió en Florencia la primera vez que visité la Galería de los Uffizi. Fue hace muchos años y quizás las condiciones hayan variado en este tiempo.
No os podéis imaginar la ilusión que me hacía ver la obra de Botticelli en directo. Allí, en la increíble galería de Florencia están buena parte de sus obras más conocidas, y entre todas ellas reinan "La Primavera" y "El Nacimiento de Venus", obras imprescindibles del maestro del Quattrocento.
Cuál fue mi sorpresa cuando, además de estar la sala abarrotada y tener que desfilar por una plataforma sin poder pararme apenas, vi que estas dos obras tenían un extraño toque verdoso, fruto del cristal protector que las cubrían.
Me quedé francamente sorprendida por esa tonalidad rara de las obras y, más aún, por el grueso cristal, extraño de ver habitualmente incluso en obras aún más famosas.
Esto me pasó en 1997, así que posiblemente en todo este tiempo hayan cambiado las cosas. Entonces me sentí como a medio gas de haber estado ante unas obras únicas que sólo mostraban parte de su belleza.
Y hasta aquí llegan estos fracasos artísticos. Gracias a todos los participantes en este divertido post, por vuestras palabras y por vuestras imágenes. Hasta las obras más grandiosas decepcionan, sobre todo cuando no se corresponden con la imagen mental que llevamos de ellas.
Cuál fue mi sorpresa cuando, además de estar la sala abarrotada y tener que desfilar por una plataforma sin poder pararme apenas, vi que estas dos obras tenían un extraño toque verdoso, fruto del cristal protector que las cubrían.
Foto de Mr.Omega con licencia de Creative Commons. |
Me quedé francamente sorprendida por esa tonalidad rara de las obras y, más aún, por el grueso cristal, extraño de ver habitualmente incluso en obras aún más famosas.
Esto me pasó en 1997, así que posiblemente en todo este tiempo hayan cambiado las cosas. Entonces me sentí como a medio gas de haber estado ante unas obras únicas que sólo mostraban parte de su belleza.
Y hasta aquí llegan estos fracasos artísticos. Gracias a todos los participantes en este divertido post, por vuestras palabras y por vuestras imágenes. Hasta las obras más grandiosas decepcionan, sobre todo cuando no se corresponden con la imagen mental que llevamos de ellas.
jejejeje. He de decir que comparto varias de las decepciones comentadas. Con los cuadros y el color me pareció algo semejante con el Grito de Munch, que tenía muchas ganas de conocerlo y me pareció "descolorido". En cambio, elñ palacio de dioclecaido, si me gustó. Me gustço el hecho que se hubiera reinventado y pasase a formar parte de las misma ciudad habitada por los lugareños. Claro que, a menudo hay demasiados turistas allí. Como nosotros, claro.
ResponderEliminarJordi. .. no es que hubiera demasiados turistas. Es que en una parte del palacio solo había sombrillas y una marabunta de gente. Entre ellos yo. Está ��claro
EliminarClaro, si nosotros somos parte del asunto pero la verdad es que da mucha rabia cuando vas a un sitio y ni te puedes mover.
EliminarEl "Grito" no lo he visto en directo así que no sé cómo estará aunque lo de poner un cristal tintado encima de una obra de arte me parece de "delito".
Gracias por vuestra aportaciones.
Estupendo artículo. Lo raro es que todo saliera bien cuando viajas pero mira que fastidia. Jordi en 2018 a Salamanca de Nuevo, Florencio tenemos una Gioconda en el Prado y a nosotros nos gustó más que la parisina, Spit nos encantó Kris y además había poquita gente. Y Xian cerrado, " pa" morirse.... y aquí paramos para no alargar esto! Feliz ruta viajeros
ResponderEliminarJa, ja Me he reído mucho con vuestra calada de Chichén Itzá...os debió ver finos el taxista para daros las camisetas. ¡Vaya anécdota! La verdad es que esto es lo que tiene viajar, que te sorprende: la mayor de las veces para bien y otras para mal...Y luego estas anécdotas se recuerdan con humor, lo que es genial.
EliminarUn abrazo y mil gracias por participar.
Buena lista no hay duda aunque lo curioso es q lo que para unos es un chasco para otros es una visita fabulosa. Esta claro que muchas veces el mismo lugar se ve distinto dependiendo sencillamente del día en que se visiten. Un abrazo tocaya y gracias por contar conmigo.
ResponderEliminarEso pasa mucho. Realmente en un mundo tan globalizado y viajero la gente se mueve muchísimo, así que en cualquier rincón suele haber más personas de las deseadas. A veces compensa madrugar o trasnochar para ver un lugar vacío (a ser posible). Así en Roma, por ejemplo. Aunque simplemente saliéndose de lo más visitado te das cuenta de la masificación general porque la cosa varía en cuestión de pocos metros.
EliminarUn abrazo y gracias a ti.
Qué gracia! Comparto decepción con Jordi, hace un par de semanas de vuelta de la Sierra de Gata paramos en Salamanca para dar una pequeña vuelta, ya que hacía tiempo que no íbamos, y también nos llevamos un chasco al ver esa lona en la fachada de la Universidad.
ResponderEliminarY opino lo mismo que Florencio respecto a la Gioconda, ya sabía que era un cuadro pequeño, pero que además de ser pequeño lo tengas que ver tras un muro impenetrable de gente, pues te decepciona bastante.
Un abrazo!
¡Anda que estamos apañados con la Universidad! Aunque realmente necesitaba un lavado de cara. Precisamente hace 3 veranos pude subir a los andamios en una visita guiada y verla muy de cerca. En ese momento estaban puestos para hacer el estudio previo a la restauración, pero te permitían ver detalles a un palmo de distancia, lo que fue un privilegio (que se pagaba y que no sé cuanto duró).
EliminarUf, la Gioconda es imposible. La última vez que estuvimos en París, Javier se empeñó en ir a verla porque en el colegio le habían hablado de ella y dijo..."pero ¿es eso?". Y la vio cogido en brazos sobre la multitud, porque si no, imposible. En mi humilde opinión es una obra sobrevalorada. Me gustó mucho más la Dama del Armiño de Cracovia. Y no había nadie viéndola en ese momento.
Un abrazo fuerte también para ti.
Me ha encantado leer vuestros chascos, en los biajes no siempre todo es de color de rosa. Lo que todos tenemos en común es que nos vuelve locos viajar y que a pesar de estas decepciones viajeras lo seguiremos haciendo y con gusto, ¿verdad?
ResponderEliminarMe ga encantDo participar Cristina.
Un abrazo
Carmen
Gracias a ti Carmen. Lo seguiremos haciendo encantados de la vida aunque nos decepcionemos de vez en cuando. Así es la vida.
EliminarUn abrazo.
¡Gracias por el artículo, Cris! Y por contar conmigo, ha quedado fenomenal. Desde luego no se puede pretender que te salga todo a las mil maravillas cuando viajas pero es que hay charcos que son descomunales y te causan mucha frustración... Como en mi caso no poder ver el centro histórico de Beijing.
ResponderEliminarLo de la Mona Lisa ya me lo esperaba je je y el manneken piss es verdad que es enano... ¡Mañana voy a verlo de nuevo! Un besito
La verdad es que de los chascos que comentáis con el que estoy más de acuerdo es con la Gioconda. Aunque conocía por libros y documentales todo el tema del tamaño cristal blindado el mostrador que separa la obra del público... fue un chasco. Tuvimos la suerte de poder verla desde primera fila y con poca gente (pasamos casi todo el día en el Louvre, fuimos mientras la mayoría estaba comiendo, jejeje) aún así fue decepcionante.
ResponderEliminarDe todos modos nos dedicamos al Louvre como museo arqueológico, para pinacotecas El Prado y está aquí mismito, ������
Me gustó más un ídolo Asirio de unos quince centímetros. Algo tan pequeñito, olvidado por la inmensa mayoría dé visitantes, es una preciosidad.
También es cierto que a veces tenemos expectativas demasiados altas.
Un saludo.
Genial artículo, está guay leer de vez en cuando las cosas "malas" que pasan en los viajes, sin todo ese espíritu de "todo es guay en los viajes" que parece obligatorio en muchos blogs. Saludos!
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