Alojarse en el Parador de Almagro
Buscando en la web, encontré una buena oferta para Amigos de Paradores que incluía la habitación doble con cama supletoria, el desayuno y media pensión a elegir entre comida o cena.
Lo que más me gusta de Paradores, es la vinculación entre turismo y patrimonio que realizan. La excepcionalidad del lugar elegido para situarlos (en la mayoría de los casos), consigue hacer alojamientos únicos a la vez que protegen dicho patrimonio y lo acercan a los clientes.
El Parador de Almagro cumple perfectamente estas premisas ya que se sitúa en un antiguo convento franciscano fundado por la familia Dávila de la Cueva en 1596. Más de cuatrocientos años después se mantiene muy bien conservado y el viajero puede disfrutar de toda una serie de dependencias cuidadas con todo detalle.
La sucesión de patios en torno a los cuales se organizan las habitaciones crean un ambiente de sosiego que dota al Parador de una personalidad excepcional.
Las habitaciones se sitúan en las dependencias de los frailes, conservando elementos como los armarios con celosías de madera, los suelos de barro y los cabeceros de las camas que han aprovechado el antiguo alicatado. La nuestra, que era triple, contaba con un pequeño sofá-cama.
Por todo esto, recomiendo pasar un par de días en este remanso de paz, que además se encuentra en uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha. Descansar en el antiguo Convento de Santa Catalina, Parador de Almagro, es para las personas de hoy en día un lujo simple que permite serenar no sólo el cuerpo, sino también el alma.
Lo mejor del Parador de Almagro: el recinto del Parador, una maravilla conventual llena de patios y silencios.
Lo peor del Parador de Almagro: fuimos en una época heladora, me gustaría conocerlo con calor para disfrutar del frescor de sus espacios.
Si quieres reservar en el Parador de Almagro sigue este enlace y colaborarás en el mantenimiento del blog.
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