Nos apetecía visitar algún sitio cómodo y en el que no hiciera demasiado calor, así que escogimos Estocolmo y Tallinn, dos ciudades interesantes y que no conocíamos. Además, cerca una de la otra, apenas una hora de avión.
Tras mucho mirar varios hoteles en Estocolmo, nos decidimos por el Hotel J. Nos apetecía estar en un entorno urbano "pero menos" y para eso, este bonito alojamiento es ideal.
Está situado en la zona de Nacka, junto al brazo de mar que entra en la ciudad para formar su puerto y frente a la isla de Djurgärden, pulmón verde de Estocolmo donde se sitúan algunos de los museos más interesantes.
Esta ubicación lo hace especial ya que se disfruta doblemente tanto del paseo en barco de 15 minutos al centro de la ciudad como del jardín del hotel, que, decorado con muebles blancos, se extiende hasta la misma orilla del mar y permite ver con tranquilidad el tráfico de embarcaciones más o menos grandes, como el ferry que cruza el Báltico camino de Estonia.
Recuerdo que la cama era enorme, ocupando casi todo el espacio, Javier tenía su cuna de viaje y aún quedaba hueco para una butaca y una mesa. El baño tenía lavabo y bañera de cerámica exentos y con grifería cromada. Todo muy cuidado.
Las zonas comunes del Hotel J de Estocolmo consistían en una recepción pequeña y un amplio salón-comedor con zona de estar y zona de comer, con grandes mesas corridas alrededor de un "honesty bar" del que podías coger algún tentempié a lo largo de todo el día.
El desayuno, estilo sueco, era abundante aunque le faltaban algunas cosas que echamos de menos, como más bollería y fruta.
Este espacio se abre al jardín donde hay tumbonas de madera para contemplar el paso de los barcos o simplemente la bella puesta de sol. No nos engañemos, es Suecia y hace fresco en el eterno atardecer veraniego, así que cada tumbona tiene su manta para estar más a gusto.
Durante el verano la frecuencia de los barcos es de 10-15 minutos y tras un recorrido de otros tantos minutos atraca justo frente al Dramaten, uno de los teatros más antiguos de la ciudad. El viaje además permite avistar desde el mar el barrio de Söder y la isla de Djurgärden, así como disfrutar de una magnífica vista de la Ciudad Vieja.
Lo peor del Hotel J: precisamente su situación lo hace estar un poco alejado del centro.
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Bonito sitio, pero no parece barato no?... Estocolmo y Tallin son dos ciudades preciosas y en verano buenos destinos para visitar con un bebe! saludos!
ResponderEliminarHola Lola: efectivamente, barato no es, aunque no fue disparatado el precio del Hotel J ya que cogimos una promoción de Design Hotels que nos salió aproximadamente por 175€ la noche. Además, tuvieron el detalle de no cobrarnos la noche que nos quedamos atascados en Copenhage por culpa de la compañía aérea, que fue un "no show" en toda regla. También hay que decir que fuimos en 2007, así que han pasado unos añitos y la economía está para menos alegrías.
ResponderEliminarUn saludo viajero.
Cristina.
El hotel es una preciosidad !!! Da sensación de tranquilidad absoluta y de querer quedarte allí toda la tarde con un libro al sol. Buenos destinos para viajar con niños, Estocolmo y Tallinn. Hace ya tiempo que tengo muchas ganas de Estocolmo. Tallinn ya la conocemos (aunque sin niños)
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Ana: es un hotel precioso, recuerdo especialmente darle el biberón a Javier sentada en una de las tumbonas del jardín….y mientras, el atardecer que no acaba en el verano del norte de Europa. Qué buenos recuerdos me trae ese viaje. Cuando vió Javier las fotos el otro día preguntó por qué no volvemos….A lo mejor nos animamos. Es un buen destino para viajar con niños.
EliminarUn abrazo.
Cristina.