La Clerecía es uno de los espacios más monumentales de Salamanca y fue ideada como colegio para los jesuitas con el apoyo y promoción de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III.
Se trataba de competir en majestuosidad con el edificio de la Universidad y así se hizo con esta magna obra que comenzó en 1617 y que añadió al perfil salmantino las dos torres y la cúpula de la iglesia del Real Colegio del Espíritu Santo. Los jesuitas no disfrutaron demasiado del gran edificio ya que, tras 150 años de obras, fueron expulsados de España en 1767, ya bajo el reinado de Carlos III.
Los bienes de la Compañía de Jesús fueron repartidos entre distintas órdenes e instituciones de carácter religioso. En Salamanca la iglesia y la sacristía pasaron a ser propiedad de la Real Clerecía de San Marcos (de ahí su nombre actual) mientras que las dos grandes alas residenciales se repartieron como hogar de sacerdotes irlandeses y como seminario.
La visita que hicimos comienza en el claustro barroco, una de las obras magnas de este estilo en toda Europa, y enseguida se pasa por una trabajosa escalera mediante la que se tiene acceso a unas salas con maquetas y documentación sobre la Salamanca de la época de construcción de la Clerecía.
Desde aquí ya se tiene la primera vista original, en este caso de la iglesia del Espíritu Santo, desde el llamado matroneo (lugar destinado a las mujeres de alta estirpe para que no se mezclaran con la multitud durante las celebraciones religiosas): la vista del magnífico retablo barroco "pre-churrigueresco", organizado mediante columnas salomónicas. Pocas veces se puede ver tan de cerca.
Tras esta visión del interior de la iglesia queda subir por una escalera de caracol realizada expresamente para acceder a las torres de la Clerecía. Una vez allí la sensación es estupenda ya que pocas veces se tiene al alcance de la mano una obra tan magnífica sino que además la vista nocturna del centro histórico salmantino es memorable.
Las campanas penden sobre las cabezas de los visitantes con sus toneladas de peso y desde los múltiples vanos y balcones se tiene una vista única del patio barroco de la propia Clerecía, de las dos Catedrales y del convento de San Esteban más a lo lejos, así como de la iluminada y deslumbrante Plaza Mayor.
Las Torres merecen un pequeño aparte porque figuran entre las obras más perfectas del Barroco español. Son de planta octogonal y se reparten en dos cuerpos (a los dos se puede acceder) y se rematan mediante cúpula con linterna. Entre ambas y rodeándolas hay una balaustrada por la que se puede pasar de una a otra por delante de la grandiosa espadaña con el relieve de Pentecostés o venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
Varias estatuas adornan las dos Torres con representaciones de los monarcas fundadores del convento, de la Asunción, los Padres de la Iglesia y las Virtudes teologales y cardinales.
La visita a las Torres, denominada con tino "Scala Coeli", es sin duda una de esas visitas originales y diferentes que se puede realizar al patrimonio de una ciudad como Salamanca, tan visitada y en la que a veces buscando los lugares más comunes, se dejan de lado algunos tesoros como este.
Espero que si vais por mi tierra os animéis a subir al cielo a través de esta obra magna del Barroco para disfrutar de un modo único de la bella Hemática.
- Calle de la Compañía, 5 (por el acceso a la Universidad Pontificia, no por la iglesia, está justo al lado y hay que subir una escalinata hasta el portal).
- De marzo a noviembre: de 10:00 a 20:00 horas
- Diciembre, enero y febrero: de 10:00 a 18:00 horas
Visita nocturna:
- Julio, agosto y septiembre: viernes y sábados a las 22:00, 22:30 y 23:00 horas.
Tarifa de 5€ (en la visita nocturna)
Precio:
- Entrada individual: 3,75€
- Entrada grupos: 3, 25€
Gratuita: los martes de 10:00 a 12:00, excepto días de fiesta y meses de julio y agosto.
(Actualización de abril 2017)
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