¿Habéis hecho alguna vez un viaje motivado por una obra de arte? ¿Os habéis detenido en un lugar o desviado de la ruta para visitar un monasterio, un museo o simplemente disfrutar de un cuadro?
En mi último viaje a Londres se me ocurrió este post: arte como excusa para viajar. A mí me ha pasado más de una vez. He disfrutado mucho visitando tal o cual sitio que no conocía y sobre el que había leído y, también a la inversa, he tenido alguna decepción.
Pero hoy vamos a quedarnos con la parte amable, con esas sensaciones que nos ha transmitido alguna obra humana y que aquí comparten un buen puñado de viajeros, unos blogueros, otros viajeros sin más ni menos, pero todos con una cosa en común: amar el arte y recorrer kilómetros para disfrutarlo.
1. Rubén García Pérez de Unos amigos de Paradores nos recomienda el Puente de Alcántara como monumento que por sí mismo merece la pena un viaje.
"Te lo pueden contar, pero admirarlo in situ es algo que no hay que perderse. Los romanos cuando construían algo lo hacían para que durara y éste es un ejemplo de ello. Como curiosidad decir que nunca se ha caído, los desperfectos y reconstrucciones han sido generados por los humanos en diversas guerras."" #Extremaduranuncadefrauda
El magnífico Puente de Alcántara que ha sobrevivido a miles de avatares. |
2. La artista Eva María Villalba Vega propone el cuadro de Leonardo da Vinci,
"La Virgen, en Niño Jesús y Santa Ana". ¿Por qué lo ha elegido? "Porque suele pasar desapercibido en el Louvre y porque ha sido motivo de polémica por su restauración reciente."
"La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana" de Leonardo. |
3. Maruxaina y su mochila nos lleva a Italia para contarnos por qué le fascina "El Moisés" de Miguel Ángel:
"Cuando me encontré con una réplica de esta escultura al fondo del pasillo en el Museo Dalí de Figueres me eché a llorar. Tenía poco más de 20 años y Moisés había sido mi póster de habitación, compartiendo cabecera con nada menos que Slash.
Con estos antecedentes, en mi lista de súper imprescindibles de Interrail estaba visitar San Pietro in Vincoli, iglesia cercana al Coliseo donde me encontraría con el de verdad. La fachada estaba en obras, subí las escaleras nerviosa, como una quinceañera antes de un concierto, me cubrí los hombros como mandaba el cartel y esperé a que mis ojos se acostumbrasen a la oscuridad antes de dirigirme como una flecha al fondo de la capilla.
Obviamente no tardé ni dos segundos en echarme a llorar, sí, soy de las que llora viendo cuadros, en conciertos, con los libros... Estaba emocionada no, lo siguiente, recuerdo la cara de amable asombro de dos monjas arrodilladas ante la pequeña barandilla que nos separaba de la, para mí, mejor escultura de Miguel Ángel y del mundo mundial.
Durante un buen rato me quedé allí delante, viendo cada detalle, recordando cada apunte de lo estudiado, mirándole a los ojos. Porque es de esas esculturas que te miran, que transmite fuerza y seguridad. Por un momento estuve a punto de pedirle al de seguridad que me dejase acercarme, sabiendo que me diría que no, pero intentarlo. Porque me encantaría tocarlo, abrazarlo y sentir toda esa energía que puso su creador en él.
Mis amigas tuvieron que arrastrarme al exterior, nos esperaba Roma, una ciudad a la que he vuelto varias veces y en la que nunca falta una visita a mi querido Moisés."
El bello "Moisés" de Miguel Ángel y Maruxaina. |
4. Pilar y Paco de Turisteando el Mundo nos hablan de su amor por Leonardo que los llevó expresamente a Bruselas.
"Nuestra cita con Leonardo fue en el año 2008. La Unión Europea celebraba el 50 aniversario de su constitución y uno de los actos que iba a organizar en Bruselas sería la exposición más completa sobre da Vinci, "Leonardo, un genio europeo". Ni que decir tienen que en cuanto supimos la noticia, buscamos el fin de semana idóneo, reservamos entrada y viajamos expresamente a Bruselas para admirar la citada exposición.
Creednos que valió la pena, el genio de Leonardo estuvo presente en una cuidada y monumental exposición en la Basílica de Koekelberg, una de las iglesias Art Decó más grandes del mundo. Los códices, pinturas, dibujos, bocetos, inventos, planos y escritos de Leonardo estaban a escasos centímetros de nosotros y esa es una sensación que nunca olvidaremos. Además tuvimos ocasión de contemplar por primera vez su "María Magdalena desnuda" que nunca se había expuesto al público por ser de colección privada. Fue un recuerdo imborrable."
Cita con Leonardo. |
5. Inma Gregorio del blog A world to travel nos explica la sensación que tuvo al visitar la Gran Mezquita Sheik Tayeb en Abu Dhabi.
"No voy a compararla con el Taj Mahal en Agra, India, porque los dos son edificios paradigmáticos impresionantes e inspiradores cada uno en su estilo y época, pero, para mí, por muy infestados de turistas que estén, son de obligada visita.
Échale un vistazo a estas instantáneas para saber de qué te hablo.
Gran Mezquita Sheik Tayeb en Abu-Dhabi. |
Una vez más, no tenía ni idea que incluso yendo totalmente cubierta, con pantalones largos y chaqueta cumplida, no sería capaz de traspasar la entrada. Esta ropa sólo me
sirvió para acceder al vestíbulo, donde me prestaron una abaya (túnica tradicional) y un shayla (pañuelo) para vestir por encima de todas las prendas que ya estaba usando."
6. Jordi de Mil Viatges nos cuenta por qué un reloj puede merecer un viaje.
"¿Puede ser un reloj una obra de arte suficientemente extraordinaria para merecer un viaje?, Sí, si se trata del más extraordinario reloj astronómico que jamás se haya construido. Y ese se encuentra en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga. El reloj en cuestión, verdadera obra de arte, pero también obra maestra de la tecnología es una pieza de 1410 capaz no solo de indicar las horas, sino también los signos del zodíaco o las posiciones de la luna y el sol. Además, un encantador sistema mecanizado de figuras en movimiento se pone en funcionamiento a las horas en punto. Es momento de disfrutar del desfile de los 12 Apóstoles, que aparecen por las dos ventanas superiores, así como de los movimientos de cuatro figuras alegóricas de la vanidad, la lujuria, la avaricia y la muerte. El reloj astronómico es a Praga lo mismo que la Torre Eiffel a París o el Big Ben a Londres."
El maravilloso Reloj Astronómico de Praga. |
7. Desde el blog El Paso del Hombre, Salvador Gutiérrez elige una iglesia muy especial.
"En una ciudad dominada por la deslumbrante Santa Sofía y otras maravillas que iluminan Bósforo, San Salvador de Chora se escapa a la mirada de muchos turistas. No es mi caso. Desde el primer momento que supe que visitaría Estambul, marqué en rojo esta pequeña iglesia bizantina de sublimes frescos y mosaicos que es un tesoro del arte mundial."
Bellísimos mosaicos en la iglesia de Chora. |
8. Hasta Georgia nos lleva Sabela Montero de Viajando, imágenes y sensaciones para visitar la remota iglesia de la Santísima Trinidad de Kazbegi.
"Cuando empecé a organizar el viaje a Georgia y busqué lugares a visitar, me quedé prendada de una pequeña iglesia que se encontraba en lo alto de una montaña, a 2.200 metros de altitud. Enfrente de ella, las vistas a la cordillera del Cáucaso, que lo separa de Rusia, y detrás la visión del monte Kazbegi, de más de 5.000 metros. No me lo pensé y lo incluí en mi visita. Esta pequeña iglesia ortodoxa georgiana y apostólica fue construida en el siglo XIV y sirvió para custodiar las reliquias de Mtskeheta durante su invasión en el siglo XVIII. Aunque fue inhabilitada durante la era soviética, nunca dejó de ser un lugar de visita y peregrinación.
A pesar de que tan solo está a 200 kilómetros de la capital, el llegar allí se tarda casi 4 horas debido al mal estado de la carretera y a sus interminables curvas de alta montaña. Luego una ruta de dos horas cuesta arriba te lleva hasta la parte de atrás de esta preciosidad, y, supuestamente, a unas vistas espectaculares... Cuando yo subí, la niebla no me dejó ver más que la iglesia. Aún así, valió muchísimo la pena. Cuando bajé al pueblo despejó y pude ver un punto pequeño en medio de altas montañas."
Iglesia de la Santísima Trinidad de Kazbegi en Georgia. |
"Imagínate entrar en un bosque y encontrarte con sirenas, dragones, osos, una casa inclinada o una tortuga gigante. Pues en el Sacro Bosco di Bomarzo, también conocido como la Villa delle Meraviglie o el Parco dei Mostri, es posible. Está a unos 100 kilómetros de Roma, por eso te animamos a visitarlo y descubrir las más de 30 esculturas gigantescas de piedra que seguro te sorprenderán."
"Ogni pensiero vola" en Bomarzo. |
10. Mar Vara de A un clic de la Aventura nos lleva a un palacio emblemático y lleno de historia.
"La primera vez que vi una foto del Castillo de Chambord me dije: tengo que ir a conocerlo; así que cuando hace dos veranos decidimos hacer la ruta del Loira no tenía muy claro cómo organizarla, pero de una cosa sí que estaba segura, este castillo tenía que formar parte de ella sí o sí.
Sabía que era el castillo más grande de los del Loira, pero hasta que no llegas a él no te puedes hacer idea de su grandiosidad.
Lo que más impresiona es conocer su historia ya que fue construido con la intención de que fuera sólo un pabellón de caza para el rey Francisco I, pero se les fue la mano y acabó teniendo 440 habitaciones. Cuando se construyó tenía el mismo tamaño que el París de la época. Tardaron en construirlo 20 años, cuando el rey murió estaba inacabado, así que fueron sus sucesores los que se encargaron de terminarlo y acondicionarlo al gusto de cada uno de ellos.
Una de las cosas que más me llamaron la atención es su escalera de doble hélice, que permite a dos personas subir y bajar al mismo tiempo sin cruzarse. Se dice que podría ser obra de Leonardo da Vinci, y aunque no hay ninguna prueba que lo demuestre, Leonardo sí que tenía bocetos de este tipo de escaleras.
El estilo del castillo mezcla los elementos tradicionales de la arquitectura medieval francesa con elementos del Renacimiento italiano, a semejanza de Francisco I, que era un rey heredero de las tradiciones francesas, pero también hombre moderno fascinado por la cultura italiana, lo que le llevó a atraer a su corte a los mejores artistas e intelectuales de la época, como Leonardo que fue su más ilustre invitado.
El Castillo de Chambord es una construcción singular, con su torre del homenaje encerrada entre otros cuatro torreones, la simetría de su fachada, su azotea con construcciones de aire gótico, el foso de agua... Es toda una obra de arte que merece un viaje por sí misma."
Castillo de Chambord. |
11. Mi amigo y profesor de estética, Sixto J. Castro nos hace una propuesta rompedora por si nos animamos a viajar a Texas.
"En Amarillo, Texas, merece la pena convertirse en artista en el Cadillac Ranch, una obra de arte que consiste en 10 cadillacs semienterrados que van siendo pintados con sprays por quien quiera hacerlo. Así ha sido durante años y así seguirá siendo. Estamos ante una "work in progress" que permite que todo el mundo sea artista. Si, saciada el hambre espiritual al convertirse en creador, uno se queda con hambre de otro tipo, ha de pasarse por The Big Texan un establecimiento típicamente texano de la ciudad en el que, si uno se come 72 onzas de carne en una hora le salen gratis. El caveat es que en 50 años sólo han logrado hacerlo unas 8000 personas (por cierto, el más veloz en poco más de 8 minutos)."
Ejerciendo de artistas en Cadillac Ranch en Texas. |
12. Desde el Guisante Verde Project nos llevan a Albi, la bella ciudad cátara que podría ser destino en sí misma, pero de la que eligen la Catedral de Santa Cecilia.
"En la ciudad medieval de Albi, en pleno país cátaro, su catedral es una de las más visitadas de Francia y el mayor edificio de ladrillo del mundo. Su aspecto exterior, sobrio y austero, como una fortaleza inexpugnable, contrasta con un interior pleno de luz y de vida gracias a su extraordinaria decoración, unas naves que parecen tener el cielo por techo, al magnífico jubé y al deambulatorio. Forman un conjunto excepcional que por sí sólo merece un viaje."
La impresionante catedral de Santa Cecilia en Albi. |
13. Florencio Moreno Anega de Fmanega por el Mundo nos lleva un país remoto de esos a los que sólo han llegado viajeros de pro como él para contemplar los petroglifos de Cholpon-Ata en Kirguistán.
"Situado junto a la orilla del lago Issyk-Kul, Cholpon-Ata es un auténtico museo al aire libre. Además de centenares de petroglifos, allí pueden verse también diversos balbal, enigmáticas figuras típicas de Asia Central. Pero la auténtica estrella de este lugar es una roca de amplias dimensiones, decorada con diversos motivos que representan escenas de caza. Además de diversos seres humanos en actitud cinegética, en ella se muestran diversas especies típicas de la zona, entre las que destacan varias cabras de montaña tocadas con espectaculares cornamentas. Si alguien duda de que sus creadores no eran artistas en el más puro sentido del término, tan solo tiene que acercarse hasta allí para corroborarlo."
Magníficos animales en escenas de caza de Cholpon-Ata. |
14. Con Gran Pumuki nos vamos a la "ciudad que nunca duerme" para visitar uno de sus magníficos museos, el MOMA, que merece por sí sólo cruzar el Atlántico.
"El corazón de Nueva York, Manhattan, ofrece atractivos para todos los gustos. Para los amantes del arte moderno, una visita al MOMA puede justificar en sí sola una visita a la ciudad de los rascacielos. En él se presentan desde su inauguración en 1929 todo tipo de tendencias alternativas a las de la época, como el Cubismo o el Arte Abstracto. Están representados pintores como Picasso, Dalí, Van Gogh, Andy Warhol, Kandinsky, Matisse o Miró entre otros. Pero además de pintura, a lo largo del tiempo ha abierto sus puertas a todo tipo de artes como escultura, arquitectura, fotografía, cine, diseño gráfico o industrial e incluso ha adquirido el código de video-juegos como Pac-Man o Tetris, a los que califica de arte".
Obras que puedes ver en el MOMA. |
15. Mi tocaya y amiga Cristina de Kris por el Mundo elige uno de los lugares más bellos del mundo y representativo de un país amado por ella: India.
"Aún no sé cuándo fue la primera vez que el Taj Mahal se cruzó en mi vida como un sueño, algo que estaba en los libros y en los documentales pero que yo difícilmente llegaría a conocer. Esa estructura blanca que se recortaba contra un horizonte azul me parecía el monumento más bello que alguien podía tener como lugar de reposo para toda la eternidad. Pero India me parecía un lugar demasiado lejano y exótico al que nunca iría... Pasaron los años y resulta que a veces los sueños se hacen realidad, de repente allí estaba, montada en un avión sabiendo poco de India pero sí teniendo claro que lo que me motivaba a pasar un montón de horas volando era que iba a ver el Taj Mahal. Y lo mejor de todo es que no lo he visitado una vez sino tres. Me siento muy afortunada por ello y sobre todo porque un monumento de la belleza de esta tumba me hizo descubrir un país del que no me canso de conocer lugares nuevos y en el que he aprendido mucho de mí misma."
Taj Mahal, emblema de India y uno de los lugares más bellos del mundo. |
16. Olga, de Charcotrip, nos lleva hasta extremo Oriente para contarnos por qué se desvió de su ruta estando en Corea del Sur.
"Al hacer el itinerario de Corea pensaba empezar en Seul y luego pasar solo por la parte este del país. Pero hubo una foto que me hizo cambiar totalmente los planes, dicha foto mostraba un templo con dos puntas y lleno de pagodas hechas enteramente de piedras pequeñas. Además de todo, el lugar se encontraba en un parque natural al lado de una montaña a la que llaman "orejas de caballo" porque tienen esa forma.
La combinación de todo me hizo desviar completamente el itinerario ya que había que ir hacia el oeste para visitar ese lugar. Pero no me importó, yo quería ir a ver ese templo, el templo Tap-Sa que se encuentra en el parque Maisan. La particularidad del templo es que está formado de piedras que una persona sola fue juntando durante los días y construyendo durante las noches. Al menos eso dice la leyenda.
Y a pesar de que supuso una gran desviación y de que seguramente me perdí de otras cosas, no me arrepiento de haber ido. Fue uno de mis lugares favoritos de Corea del Sur."
Templo Tap-Sa. |
17. Desde la bella Galicia, Miki de Demikublog elige un lugar que, sin duda, merece un viaje por lo menos una vez en la vida.
" Si había un rincón al que tenía ganas, y que merecía un viaje, era el Mont Saint-Michel. Fue quizás la razón de más peso para hacer un roadtrip por la Bretaña y Normandía este verano.
La primera vez que lo vi, a muchos kilómetros de distancia, en la lejanía, el corazón se me puso a mil. Allí estaba. Majestuoso como ninguno. Emergiendo entre la bruma en medio de la amplia bahía.
Nada más llegar al parking, dejas el coche y casi corriendo te diriges a los buses lanzadera que te dejan a los pies del Mont, como si se fuese a escapar de ti. Da igual que sepas que no, tienes ganas de llegar, de quedarte frente a él y de ir escaneando con la mente cada rincón, cada edificio.
Luego de un buen rato, decides entrar. Para eso habías ido hasta allí, ¿no?. Atraviesas la muralla de entrada y subes por esa callejuela empinada que te lleva hasta la Abadía. Por el camino has dejado tiendas de recuerdos, algunos restaurantes y un buen puñado de escalones que te han quitado el aliento. Pero ya estás allí, sobre el Monte, en la Abadía.
Estás disfrutando de la visita como si fueses un crío, y encima, por una casualidad buscada, ese día hay una de esas grandes mareas que han hecho mítica la zona. Desde la Abadía observas cómo en minutos el agua inunda la bahía. Nunca habías visto subir el agua a ese ritmo, es increíble. La carretera de acceso por la que hace poco habías pasado, ahora está bajo una fina capad de agua. Ahora sí es una isla. Para salir tienes que descalzarte y atravesar con el agua por las rodillas.
Pero la experiencia no acaba aquí, es una cálida noche de verano y estás sentado frente al Monte. Es un anochecer increíble y que aún tengo grabado en mi mente (y en mis fotos). La luz, los edificios iluminándose, los colores, y el olor a noche de verano."
Muchas gracias a todos por vuestras aportaciones y os deseo un feliz y viajero 2016, con mucho arte del que disfrutar.
" Si había un rincón al que tenía ganas, y que merecía un viaje, era el Mont Saint-Michel. Fue quizás la razón de más peso para hacer un roadtrip por la Bretaña y Normandía este verano.
La primera vez que lo vi, a muchos kilómetros de distancia, en la lejanía, el corazón se me puso a mil. Allí estaba. Majestuoso como ninguno. Emergiendo entre la bruma en medio de la amplia bahía.
Nada más llegar al parking, dejas el coche y casi corriendo te diriges a los buses lanzadera que te dejan a los pies del Mont, como si se fuese a escapar de ti. Da igual que sepas que no, tienes ganas de llegar, de quedarte frente a él y de ir escaneando con la mente cada rincón, cada edificio.
Luego de un buen rato, decides entrar. Para eso habías ido hasta allí, ¿no?. Atraviesas la muralla de entrada y subes por esa callejuela empinada que te lleva hasta la Abadía. Por el camino has dejado tiendas de recuerdos, algunos restaurantes y un buen puñado de escalones que te han quitado el aliento. Pero ya estás allí, sobre el Monte, en la Abadía.
Estás disfrutando de la visita como si fueses un crío, y encima, por una casualidad buscada, ese día hay una de esas grandes mareas que han hecho mítica la zona. Desde la Abadía observas cómo en minutos el agua inunda la bahía. Nunca habías visto subir el agua a ese ritmo, es increíble. La carretera de acceso por la que hace poco habías pasado, ahora está bajo una fina capad de agua. Ahora sí es una isla. Para salir tienes que descalzarte y atravesar con el agua por las rodillas.
Pero la experiencia no acaba aquí, es una cálida noche de verano y estás sentado frente al Monte. Es un anochecer increíble y que aún tengo grabado en mi mente (y en mis fotos). La luz, los edificios iluminándose, los colores, y el olor a noche de verano."
Espléndido el Mont Saint-Michel una noche de verano. |
18. Mi amiga Antonia Molina, odontóloga de profesión y viajera amante del arte por vocación, nos lleva a Berlín para visitar algo poco alemán pero emblemático en la capital de Alemania.
"El busto de Nefertiti bien merece un viaje a Berlín. Su belleza serena y mayestática recuerda a Marlene Dietrich y parece que fuera hecha para lucirse en la capital alemana. Quizá en otro lugar no llamaría tanto la atención, no dejaría de ser un busto de escayola del Antiguo Egipto parecido a otros tantos desperdigados por museos de medio mundo. Pero, en Berlín, su único ojo nos observa desde la posición algo altanera que le da el mentón alzado y nos recuerda que la inmortalidad puede existir y que es elegantemente BELLA."
19. Eva y Carmelo de Dónde vamos Eva, nos llevan a uno de los lugares donde nació la civilización occidental.
"No recuerdo la primera vez que mis ojos vieron la impresionante Puerta de las Naciones de Persépolis, sólo sé que desde ese momento soñé con viajar hasta Irán para poder tocas las piedras de ese lugar, para sentir su magia, para empequeñecer como persona ante una de las obras más increíbles que ha construido el ser humano y que la UNESCO reconoció como Patrimonio Mundial en 1979.
Persépolis fue la excusa de nuestro viaje a Irán. Admirar cada uno de los relieves, de los capiteles, de las columnas que quedan en pie, pero sobre todo ser consciente de que estás pisando un lugar cargado de arte y mucha historia. Un lugar que consiguió arrancar lágrimas de emoción contenidas durante muchos años... Aún hoy seguimos pensando que nuestra visita fue un bonito sueño.
Si eres un amante de la historia del arte, ¡éste es tu lugar!"
Leones antropomorfos guardan la entrada a Persépolis. |
20. María de Tu Hobbie tu Viaje nos acerca a otro lugar emblemático de la Historia Antigua, esta vez en Egipto: el Templo de Abu Simbel.
" Construido en el siglo XIII a. C. son dos templos excavados en la roca, uno en honor al propio faraón Ramsés II y el otro, dedicado a su esposa Nefertari.
El Gran Templo cuenta con cuatro figuras gigantescas dedicadas al propio faraón. Entre octubre y febrero (en unos días concretos) hay un fenómeno curioso pues los rayos del sol penetran por el interior del templo hasta llegar al mismísimo santuario e iluminar a tres de las cuatro estatuas de dioses: Amón, Ramsés II y Ra-Horakhti. La cuarta estatua representa la muerte (Ptah) y precisamente "no le llega la luz".
El Templo Menor está dedicado a su esposa Nefertari e incluye en su fachada dos estatuas de ésta junto a otras cuatro de su esposo. Todas son del mismo tamaño, como si ambos estuvieran en igualdad de condiciones. Algo inaudito para la época.
Merece la pena ver esta maravilla que fue desplazada a unos 65 metros de altura "piedra a piedra" en un esfuerzo titánico de varios países por salvarlo de las aguas de la presa de Asuán".
Gran Templo de Abu Simbel. |
21. Para cerrar el post, que ha quedado bien completo y variado, yo os propongo una visita en España, una visita poco conocida y que bien merece un viaje: el palacio de don Álvaro de Bazán en El Viso de El Marqués, provincia de Ciudad Real.
Don Álvaro fue almirante invicto de Felipe II, con él se ganaron batallas a los turcos, portugueses, berberiscos, ingleses, etc. Los importantes servicios hechos a la corona de las Españas fueron premiados con el título de Marqués de Santa Cruz, y Don Álvaro decidió que tenía que hacer honor a su gloria construyendo un palacio en sus tierras.
Así hizo, e inspirado por los palacios vistos en Italia, levantó un edificio propio del "Cinquecento" italiano en pleno Campo de Calatrava. El Palacio, con unos ocho mil metros cuadrados, conserva una de las mejores colecciones de frescos renacentistas que he podido ver (y han sido unas cuantas). Desde que estudié la obra como paradigma de la representación de la ciudad en el arte hace unos años, decidí que tenía que visitarlo, y así hicimos hace apenas unas semanas, desviándonos de la ruta que nos llevaba por tierras del sur de Ciudad Real.
La visita, siempre conducida por un guía de buen carácter y mayor sabiduría, te lleva a través del claustro impresionante que ha conservado durante siglos la colección de frescos con las batallas navales del Don Álvaro, las ciudades que conquistó e innumerables alusiones mitológicas y alegóricas a las glorias conseguidas.
Si como yo amáis Italia y el arte del Renacimiento, si os apasiona la historia de la época Moderna y queréis viajar al siglo XVI, acercaos al Viso del Marqués y, os lo aseguro os quedaréis con la boca abierta.
Claustro del Palacio del Marqués de Santa Cruz en El Viso del Marqués. |
Muchas gracias a todos por vuestras aportaciones y os deseo un feliz y viajero 2016, con mucho arte del que disfrutar.
Menuda recopilación! Nos van a faltar vidas para conocer tantos rincones. La verdad es que he tenido la oportunidad de conocer a varias de estas obras pero no así el palacio de don Álvaro de Bazán en El Viso de El Marqués, el Mont Saint-Michel o los petrogliflos de de Cholpon-Ata en Kirguistán.
ResponderEliminarMuchas gracias por dejarme colaborar con mi humilde aportación y feliz navidad!
Te encantará el Palacio de Don Álvaro, qué maravilla. Y aún recuerdo que cada vez que pasábamos por la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga nos quedábamos embobados con el Reloj Astronómico. Una joya conocida pero un poco desapercibida en la gran joya que es Praga.
EliminarHay mucho, mucho para ver y conocer y si lo pienso me da el "mal de Stendhal", así que poco a poco.
Un beso y Feliz Navidad.
Cristina.
Quedó muy guapo! Da muchas ideas de lugares para descubrir...
ResponderEliminarYa sé lo que le voy a pedir al año nuevo, más viajes!!
Tu aportación de Bomarzo siempre me ha parecido mágica, además fue referente para la construcción de jardines así que tomo nota para una futura estancia en Roma.
EliminarUn abrazo y a seguir viajando.
Cristina.
Muchas gracias por promocionar el arte como excusa para viajar, en un momento en el que parece que todas las facetas de la vida que le confieren su denominación de "humana", se ven arrinconadas por las máquinas y la tecnología, desde el diseño curricular hasta la valoración de la valía de la personas y su trabajo. Por supuesto, gracias por incluirnos en este gran equipo viajero.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Roberto & Maribel
Gracias a vosotros chicos. Para mi el arte y la historia son fundamentales, soy historiadora del arte de vocación tardía y siempre me ha apasionado la observación del arte (que no hacerlo, ya que soy un desastre). Es básico en la formación de las personas y efectivamente, una lástima que se esté perdiendo el gusto por viajar para conocer algún lugar artístico, ver un cuadro o disfrutar una plaza. Desde Ida y Vuelta seguiré dando la lata con el asunto, espero que mucho tiempo más.
EliminarUn abrazo.
Cristina.
¡Me ha encantado el post! Hay una buena recopilación de obras de arte que, sin duda, merecen un viaje para ir a conocerlas. Así que la lista infinita de cosas para ver sigue aumentando, voy a necesitar más vidas para poder verlo todo.
ResponderEliminarMuchas gracias por permitirme colaborar en este post.
Que pases unas Felices Fiestas.
¡Un fuerte abrazo!
Hola Mar: me alegro de que te haya gustado. Como siempre, gracias a ti por animarte a participar, como siempre. Hay una enormidad de visitas por hacer y lugares de los que disfrutar.
EliminarUn abrazo y Feliz Navidad.
Cristina.
Estamos con Jordi en que nos faltarán vidas para ver tantas maravillas. Nos quedan algunas propuestas por conocer que las apuntamos en nuestra libreta. Gracias por contar con nosotros y feliz Navidad a todos. Pilar y Paco
ResponderEliminar¡Desde luego! Hay tanto que conocer. Encantada de que hayáis participado, gracias a vosotros. Un abrazo y feliz Navidad.
EliminarCristina.
Muy buena recopilación! Aunque me parece que a ninguno nos hacen falta "excusas" solo tiempo para viajar :)
ResponderEliminarGracias, Leticia. Me alegro de que te guste. Aunque no nos hagan falta excusas, viajar para conocer algún espacio de arte quizás sea la mejor.
EliminarUn abrazo.
Cristina.
Muchas gracias por hacernos participes!
ResponderEliminarSalud, muchos viajes y feliz 2016!
A ti Inma, muchas gracias por participar.
EliminarFeliz 2016, que ya lo tenemos a la vuelta de la esquina.