Visitando Kazimierz, el barrio judío de Cracovia
Hoy quiero recordar el día pasado en Kazimierz, en que tuvimos la oportunidad de recorrer sus sinagogas, hacer un "free-tour" que profundizó en su pasado y sentir que, desgraciadamente, hoy en día sólo es sombra de lo que fue. Eso sí, está muy bien conservado y merece mucho la pena conocerlo.
Kazimierz lleva el nombre de Casimiro el Grande, monarca que la fundó en el siglo XIV al sur del castillo de Wawel. El centro de la misma lo constituía una gran plaza del mercado y poco después fue amurallada completamente. En ella vivía sobre todo población cristiana y, a partir del siglo XV, fueron llegando moradores judíos que formaron una comunidad variopinta y de convivencia entre ambas culturas.
Buena muestra de esto es que muy cerca de las calles en las que se encuentran las diversas sinagogas se puede ver la iglesia del Corpus Christi, de construcción gótica y una de las primeras que se levantaron al poco de fundarse la entonces ciudad.
A pesar de ser una iglesia interesante, lo que más llama la atención de Kazimierz son sin duda las sinagogas, a las que hay que dedicar un buen rato, ya sea por los diferentes horarios de apertura o por el interés que unas más que otras despiertan.
La más destacada por tamaño es la Sinagoga Vieja, situada en la calle Szeroka, que sorprende por su curiosa fachada. Se levantó a principios del siglo XVI para sustituir a la que había quedado destruida tras un incendio. Su estilo original es renacentista e incluso tuvo algún añadido siguiendo este modo de construir, ya en el siglo XIX.
En el interior de la Sinagoga Vieja sen encuentran las colecciones judías del Museo de Historia de la Ciudad que están compuestas en su mayoría por objetos de artesanía vinculados a celebraciones judías (como el Yom Kipur o el Hannukah).
En la sala de oración llama la atención el "bema" o altar reconstruido de estilo gótico-renacentista. Alrededor de esta estancia se reparten los objetos antes mencionados, así como documentación e imágenes relativas a la persecución y el exterminio de los judío de Cracovia durante la ocupación nazi.
Tras la visita a este templo, fuimos a ver la más pequeña Sinagoga de Isaac, también con innumerables documentos sobre la vida de los judíos en los años 30 y 40 en Cracovia. Fue construida debido a una fundación privada de un banquero del siglo XVI, Izaak Jakubowicz, para tenerla cerca de su casa y no tener que desplazarse demasiado. Hoy en día funciona como sala de conciertos o conferencias.
Después nos dirigimos a la Sinagoga Tempel que llama la atención también por su tamaño y magnificencia. Se construyó a finales del siglo XIX por judíos progresistas y sorprende por lo ornamentado de su sala de oración, con vidrieras coloristas y dorados en gran cantidad de rincones.
A la hora de comer nos fuimos a uno de los múltiples restaurantes kosher que hay enfrente de la Sinagoga Vieja y a pocos pasos empezó el "free-tour" en español con una guía bastante simpática y sobre todo conocedora del lugar.
Entre anécdotas diversas del barrio e historias del ayer de Kazimierz, nos contó que albergaba casi un tercio de la población de Cracovia antes de la II Guerra Mundial y que se vio menguada hasta extremos increíbles tras la persecución nazi de los judíos. De hecho, el barrio de Kazimierz empezó a renacer a raíz de la película de Spielberg "La lista de Schindler" que en gran parte fue rodada allí.
En dicha película aparecía como localización del guetto de Cracovia, aunque la verdadera ubicación del guetto fue al otro lado del Vístula, en Podgorze. Sin embargo se utilizó Kazimierz por su mayor encanto y belleza; así por ejemplo un patio de vecinos tipo corrala fue protagonista en un par de escenas y hoy en día está de lo más "turistizado" con terrazas varias.
Tras pasear por Kazimierz con la guía del "free-tour" cruzamos el Vístula y fuimos hasta la Plaza de los Héroes del Guetto, en la que llaman la atención las enormes sillas-escultura que la ocupan. Esta plaza fue el centro del guetto de Cracovia donde se hacinaron los judíos provenientes de Kazimierz y otros lugares de la ciudad.
Las sillas los homenajean hoy en día ya que en la terrible guerra psicológica de los nazis contra los judíos entraba el moverlos cada poco tiempo de lugar de residencia, cargando con las sillas de su antigua casa hasta el siguiente lugar a habitar. Así los podréis ver mudándose en algunas fotos expuestas en las sinagogas mencionadas.
En una de las esquinas de la plaza está la Farmacia "Pod Orlem" (Farmacia del Águila) en la que su dueño, Tadeusz Pankiewicz, único habitante no judío del guetto, fue no sólo farmacéutico durante las 24 horas del día, sino también enlace con el mundo exterior. Es una de tantas curiosidades que puedes encontrar en las calles de la ciudad, aunque en este caso tenga un contexto bien triste.
Aquí terminó nuestro "free-tour" pero no nuestra visita a Kazimierz. Con un cielo amenazando lluvia volvimos sobre nuestros pasos para visitar la sinagoga que más me gustó y que es la única que sigue funcionando como tal: la Sinagoga Remuh.
Tiene una entrada discreta por la calle Szeroka y fue fundada en 1553 por un judío proveniente de Ratisbona. Debe su nombre al hijo del fundador que está enterrado en el cementerio vecino. Dentro tiene una pequeña y recogida sala de oración con un Arca de la Torá renacentista y una copia del "bema" original. Se dice que el fantasma del rabino Remuh todavía anda por allí.
El cementerio está en la parte de atrás y en él las lápidas aparecen bien colocadas en orden, no como suele suceder en otros cementerios judíos (como el de Praga). Se debe a que tras la profanación sufrida en la II Guerra Mundial, se encontraron muchas lápidas enterradas siglos atrás y fueron colocadas de nuevo para dar sentido a este espacio de descanso eterno.
La comunidad de 200 judíos practicantes que quedan en Kazimierz sigue usando semanalmente este templo para sus ceremonias religiosas.
Aquí sí terminó nuestra visita a Kazimierz, en una tarde que empezó brillante y acabó lloviendo, como queriendo rendir homenaje en forma de agua a los miles de judíos que tanto sufrieron en una época no tan lejana y que tendemos a olvidar.
Estuve hace tiempo en Cracovia, pero no pude saborearlo bien en un solo dia. Habrá que volver. Muy buena entrada y muy buenas fotos.
ResponderEliminarSaludos viajeros. LoBo BoBo
Es tan triste recorrer "escenarios" así, verdad? Sobre todo cuando conoces la historia que hay detrás de ellos. En tu relato me ha sorprendido la repoblación del barrio tras la película de la lista de Schindler, es increible la repercusión que el cine puede tener.
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
Un barrio muy interesante. ��
ResponderEliminarQué socorridos son los free tours para conocer un poquito mejor las ciudades durante nuestros viajes. Nosotros somos cada vez más aficionados a ellos.
¡Saludos! ��