14/9/17

Museo Casa Lis, Salamanca

El Museo Casa Lis es una de las joyas de Salamanca menos famosas que merece ser visitada. Cada vez es más reconocido, de hecho, este verano había una pequeña cola ante la entrada a la hora de abrir. Sin embargo, con la monumentalidad de los edificios que la rodean y algo disimulada en la calle Gibraltar, sigue siendo una visita no tan conocida en la ciudad.


Visitar el Museo Casa Lis



Hoy doy un paseo muy particular por la Casa Lis y digo que es particular porque, a parte de mis palabras, que pueden ser más o menos acertadas, lo que es innegable es la belleza de las fotografías que ilustran este post.

Dentro de la Casa Lis no se puede hacer fotos, pero los responsables de prensa del Museo no tuvieron inconveniente en facilitarme las imágenes que acompañan el post, realizadas por el gran fotógrafo salmantino Puparelli. La belleza de la construcción de Lis luce como nunca en estas imágenes que espero disfrutéis.

patio central Casa Lis
Patio interior Casa Lis (imagen de Puparelli para Museo Casa Lis)

La Casa Lis nació en el año 1905 de la mano del empresario don Miguel Lis, dueño de una fábrica de curtidos y quien tenía una estupenda posición económica. El estilo en boga de la época era el llamado Art Nouveau y para levantar la que sería su casa contrató al arquitecto jerezano Joaquín Vargas.

A pesar de las dificultades del terreno en el que se edificó, el arquitecto pudo realizar esta obra singular con dos fachadas, norte y sur, muy diferentes entre ellas. El desnivel y el estar el solar sobre las antiguas murallas de la ciudad, no hacen sino incrementar la destreza del autor y la peculiaridad de la Casa Lis.

La entrada a la misma se encuentra en la pequeña calle Gibraltar, justo en el lado opuesto al claustro de la Catedral Vieja, y fue realizada en piedra con rejerías sinuosas de temática vegetal, algo propio del Art Nouveau. Esta fachada singular es única en la ciudad y aunque nos quedemos embobados con el interior, antes de pasar tenemos que fijarnos en ella.

Toda la Casa Lis se encuentra repartida en torno a un patio interior y si la fachada norte es estrecha y discreta, la sur cuelga sobre la antigua muralla y fue realizada utilizando los materiales propios de la arquitectura industrial de principios del siglo XX: el hierro forjado y el vidrio.

El desnivel del terreno fue salvado a base de diferentes terrazas que van bajando mediante escalinatas hacia el Paseo del Rector Esperabé, junto al río Tormes.

En el momento de su inauguración, en 1906, fue todo un compendio de novedades, ya que contaba con agua corriente caliente y fría, salones de invierno y verano, oratorio, galerías acristaladas con vidrieras de gran colorido y fantasía, electricidad, etc.

En el año 1917 la Casa Lis pasó a ser propiedad del rector de la Universidad de Salamanca, que dio nombre al paseo antes mencionado, y después de varias propiedades y vicisitudes entró en una época de decadencia, con la zona bastante degradada a la que los salmantinos no solíamos acercarnos.

Se pueden ver fotos de los años iniciales de la Casa Lis en la Filmoteca Regional de Castilla y León realizadas por Gombau.

Tras un periodo de abandono en el año 1981 fue expropiada por el Ayuntamiento y comenzó su recuperación, que culminó en la apertura en el año 1995 del Museo Art Nouveau y Art Decó gracias a la colección donada por el anticuario salmantino Manuel Ramos Andrade.

Fachada Sur Casa Lis
 (imagen de Puparelli para Museo Casa Lis)

Nada más traspasar la puerta nos quedaremos embobados ante la belleza del patio interior. Este fue diseñado en un principio como patio abierto, a la manera andaluza que tan bien conocía Joaquín Vargas.

En el año 1995 Manuel Ramos Andrade ideó un diseño homenaje a la flor de Lis del apellido que da nombre a la Casa para un techo de cristal emplomado que encargó a la empresa Villaplana. De ese modo se aumentó en espectacularidad y se cubrió el espacio central de la vivienda que reparte las estancias.

Igualmente se recuperaron las vidrieras de la fachada sur, que lucen como nunca en la noche salmantina, con la iluminación discreta de las escalinatas de acceso y las torres de las Catedrales asomando al fondo.

El Museo Casa Lis es de los pocos lugares en los que la colección está íntimamente ligada al edificio que la contiene. Así, una casa palacio de época modernista acoge una colección única de artes decorativas de la época más fructífera en estos objetos, hechos para ser admirados y estar rodeados de belleza.

Los fondos del museo superan las 1600 piezas y, como ya he dicho, son fruto de la donación del mecenas Ramos Andrade, anticuario especializado en la época Art Decó que consiguió crear una de las mejores colecciones del mundo en dos tipos de objetos: las criselefantinas y las muñecas.

Además hay gran cantidad de objetos increíbles: porcelanas, esmaltes, bronces (muchos de ellos de temática animal), vidrio de la casas Lalique y Gallé (impresionantes los frascos de perfume de principios del siglo XX), muebles y joyas de maestros como Fabergé.

Figura criselefantina Casa Lis
(imagen de Puparelli para Museo Casa Lis)

De las 19 colecciones con las que cuenta el Museo Casa Lis, mi favorita es la de las criselefantinas. Varias razones hacen que me decante por ella y que siempre que vaya me detenga. Por un lado por su singularidad: las criselefantinas son sutiles figuras realizadas con bronce y marfil y base de mármol u ónice. Por otro, la temática tan característica de bailarines, músicos y artistas en general que nos llevan hasta la época de la Belle-Époque, tan loca y tan al margen de los acontecimientos que se cernían sobre las cabezas europeas.

Las delicadas esculturas, bellamente presentadas en pedestales giratorios, parecen cobrar vida sobre los fondos negros que las hacen destacar. Las texturas, los colores y, especialmente, el movimiento de las piezas las convierten en obras de arte únicas.

Vidriera Casa Lis
 (imagen de Puparelli para Museo Casa Lis)




En la segunda planta, a la que se accede por una escalera, se encuentra otra colección impresionante: la dedicada a las muñecas. Está considerada la más importante del mundo de muñecas de porcelana. Procedentes de diferentes países y muchas de ellas de la reputada casa francesa Jumeau, sorprenden con sus rostros serios y distantes y sus ropas delicadas, lujosas y hechas con todo detalle y exquisitez.

Muñecas alemanas, francesas, autómatas y kewpies (figuras emblemáticas de la Casa Lis que remiten a cupido), nos llevan a un viaje en el tiempo que se remonta al siglo XIX y que muestra una vez más la increíble capacidad para seleccionar piezas únicas de Ramos Andrade.

Estatua en fachada sur
(imagen de Puparelli para Museo Casa Lis)

En este segundo piso conviene, y mucho, acercarnos al llamado salón de columnas ya que en él, además de muebles de la época, luce una pared acristalada en tonos verdes que nos traslada a un bosque imaginario por el que nos podemos asomar al río Tormes.

El Museo Casa Lis completa su oferta expositiva con muestras de carácter temporal de lo más interesantes. Anglada-Camarasa, los ballets de Dialighev, Alfons Mucha, Chanel o Gaudí han pasado por sus salas, vinculando una vez más el edificio con la época modernista en general.



Cafetería
Café de Lis (imagen de Puparelli para Museo Casa Lis)

El Café de Lis es también un buen lugar para descansar en las visitas a la zona monumental de Salamanca y, además, en verano abre su terraza en la fachada sur, para disfrutar de atardeceres, música y vistas únicas sobre el río y los puentes que lo cruzan.

Así pues, si quieres completar tu visita a la Salamanca plateresca y barroca, no dudes en pasar por el Museo Casa Lis, todo un canto para los sentidos y un viaje en el tiempo que no olvidarás.

Salón columnas vidrieras
Vidriera Salón de Columnas (imagen de Puparelli para Museo Casa Lis)

Datos prácticos del Museo Casa Lis

Dirección: Calle Gibraltar número 14. Se llega fácilmente bajando por la calle Tentenecio y torciendo a la izquierda a la altura del Archivo provincial.

Horario tras la reapertura el 26 de mayo de 2020 por la crisis del COVID-19
De martes a domingo entre las 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00.

Precio: adultos 5€/ estudiantes y jubilados 3€/ desempleados 1€ / niños menores de 14 años, gratis.

11 comentarios :

  1. Un sitio super recomendable si vas a Salamanca. Preciosos objetos decorativos, abalorios de mujeres, las cristaleras y la propia casa te transportan. Tengo que volver!

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    1. Es verdad María. Es un lugar único por el entorno y por las joyas que contiene. Un sitio que mucha gente no espera encontrar en Salamanca.

      Un abrazo.

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  2. ¡Pero qué belleza! Los vitraux, las cerámicas... una joyita a visitar

    Ale Martinez Notte

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    1. Todo, Ale. Todo merece ser conocido. Salamanca siempre sorprende.

      Un saludo.

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  3. Un lugar precioso. Como dices tu, una auténtica joya. Y, además, el museo en si mismo merece mucho la pena. A mi, al menos me sorprendió gratamente. Pensaba que se trataba de un edificio bonito y ya está y el contenido ya de por sí merecería la visita. Pasear por orillas del Tormes, al atardecer, con las luces interiores iluminando los vitrales es uno de los momentos más bonito de un paseo por Salamanca.

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    1. Y que lo digas Jorge. Los vitrales son una belleza y los objetos expuestos también. Una colección creada con esmero y conocimiento de la época que tanto dio a las artes decorativas.

      Ver atardecer desde la terraza de Lis es otra maravilla.

      Un saludo.

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  4. En nuestra visita a Salamanca no tuvimos tiempo de ver el museo Casa Lis por dentro y veo que tengo que organizar otra escapada a Salamanca para visitarlo porque merece mucho la pena!!

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  5. Hermoso lugar, muy refrescante pues es un cambio de paso luego de todo lo que vamos viendo, mucho más antiguo!
    Lo único que lamenté fue no poder tomar fotografías...
    Gracias Cristina por el recuerdo!

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    1. De nada Enrique, un placer hablar de lugares menos conocidos de mi ciudad natal. Aunque poco a poco va haciéndose un merecido hueco en los recorridos por Salamanca. Las fotos me las han dejado para este post porque, efectivamente, está prohibido fotografiar el interior.

      Un saludo.

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  6. Anónimo de Salamanca30 de enero de 2023, 11:53

    Es una reconstrucción casi completa de mediados de los años 80. Allá a donde mires todo es falso. Ni siquiera se mantuvo la tabicación original. El edificio estaba ocupado por personas marginadas de la sociedad. Hacían fogatas dentro (como es normal) para calentarse en invierno, no había un sólo cristal o azulejo indemne y era una ruina. Cuando el barrio antiguo comenzó a ser reconstruido y habitado por la burguesía de la zona, mandaron a los marginados más allá del río. El PSOE invirtió en el edificio, pero no se trató de una restauración sino de una anastilosis completa.
    Está bien disfrutar del lugar, pero es un kitsch gigantesco. No hay nada original allá adentro, salvo el enclave. Brilla mucho, eso sí, lo mismo que la pirita y todo lo falso.

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