La arquitectura me fascina por lo diversa que es y hoy he querido revisar (junto a Jordi y Cristina, amigos y bloggers), 10 edificios del siglo XX ya pasado, elegidos entre mis favoritos por varias razones, algunas lejanas a motivos artísticos.
Los hay de todos los estilos y están en países diversos, pero todos incluyen alguna singularidad que los hacen únicos. Como siempre, en la variedad está el gusto y esta selección es muy, muy diversa.
(Imagen de Sergio C. con licencia Creative Commons) |
1. Pabellón de la Secesión en Viena
Por poco no entra en el siglo XX ya que se finalizó en el año 1898; sin embargo, lo incluyo aquí porque es uno de los edificios emblemáticos del movimiento Modernista (Jugendstil en Austria), que se desarrolló fundamentalmente en los primeros años del siglo XX. A la particular fachada rematada por una esfera de bronce dorado del edificio de la Secesión se añade además todo un ideario artístico reflejado en las frases que se pueden leer en el edificio: "A cada tiempo su arte, a cada arte su libertad".
Fue diseñado por Joseph Maria Olbrich y además en su decoración participaron artistas como Koloman Moser o Gustav Klimt, quien dejó su impronta en el llamado "Friso de Beethoven".
Se ha convertido en un edificio imprescindible en toda visita a Viena.
(Imagen de Wellenshik para Wiiki Commons) |
2. Mercado Central de Valencia
No soy buena cocinera pero los edificios de los mercados me encantan. Y entre todos los que conozco, este de Valencia es uno de mis favoritos. Ejemplo de arquitectura industrial en hierro con toques modernistas, fue levantado en el centro de la ciudad en 1914. Sus arquitectos fueron Alejandro Soler y Francesc Guaàrdia i Vial, alumnos de Domènech y Montaner en la Escuela de Arquitectura de Barcelona.
Su emplazamiento, muy cerca de la Lonja de la Seda (otra maravilla, de siglos anteriores) y de la iglesia de los Santos Juanes, además de su preciosa arquitectura, lo convierten en visita imprescindible en la capital valenciana.
Metal, cúpulas, vidrio, ladrillo visto, cerámica, elementos historicistas, modernistas y unas espectaculares medidas lo hacen único y singular amén de ser uno de los mayores de Europa en cuanto a venta y exposición de productos frescos.
Si te gusta la gastronomía, el arte, la arquitectura o simplemente curiosear en los mercados, este de Valencia te encantará.
(Imagen de Felivet para Wikimedia Commons) |
3. Edificio del Círculo de Bellas Artes de Madrid
Siempre me ha gustado esta construcción que se levanta orgullosa en una de los lugares más bonitos de la capital española. Aunque el círculo como tal fue constituido en el siglo XIX, su edificio no se erigió hasta el año 1921.
Fue diseñado por Antonio Palacios Ramilo y, como todos los lugares que tienen años de historia a sus espaldas, ha sufrido distintos avatares desde su construcción.
Hoy en día es un lugar muy visitado por su cafetería, su azotea desde la que divisar los mejores atardeceres de Madrid y porque en sí mismo es una joya, además de acoger eventos culturales y más de 1200 piezas de arte. Es Monumentos Histórico-Artístico desde 1981 y cuenta con espacios sorprendentes de arquitectura sinuosa como las escaleras, el salón de baile o la emblemática y futurista estatua de Minerva de Juan Vassallo.
(Imagen de Jacinta Lluch con licencia Creative Commons) |
4. Villa Saboya de Le Corbusier en Poissy, cerca de París
Estilísticamente el edificio anterior y este no tienen nada que ver, y eso que tampoco los separan tantos años. Villa Saboya fue levantada por Le Corbusier en 1929 a las afueras de París y es uno de los emblemas del Movimiento Internacional en arquitectura.
Uno de los adalides de este Movimiento fue Le Corbusier y en esta casa utilizó los cinco puntos para la nueva arquitectura que preconizaba: la construcción sobre "pilotis" o columnas en la planta inferior, la cubierta plana, el espacio interior diáfano (a lo que ayudaba la construcción sobre columnas), la fachada limpia de elementos estructurales y las ventanas corridas que permiten la entrada de abundante luz.
Este edificio es pues ejemplo y modelo a seguir y, sobre todo, puesta en práctica de unos principios que serían fundamentales en la arquitectura del siglo XX. Por todos estos valores pertenece al Patrimonio de la Humanidad, junto con el resto de obra de Le Corbusier.
(Imagen de TBA con licencia Creative Commons) |
5. Edificio Kavanagh, Buenos Aires
Situado en la calle Florida y frente a la Plaza de San Martín, este edificio de singular apariencia llamó mi atención en los días pasados en la capital argentina hace ya unos años.
Levantado entre los años 1934 y 36, fue por aquella época el edificio realizado en hormigón armado más alto de Sudamérica y contó con avances tecnológicos tales como aire acondicionado.
Su construcción, con detalles de corte modernista, recuerda a un barco y apunta al Río de la Plata, y entre otras curiosidades se narra una venganza de amor como origen de su edificación y no tiene portero automático, por lo que si alguien quiere subir, debe anunciarse al portero físico del edificio.
6. La Casa de la Cascada de Frank Lloyd-Wright
¡Cómo me gustaría ver este edificio en directo! Lo tuve que estudiar en Historia del Arte y me enamoró desde el primer momento. Su nombre auténtico es Casa Kaufmann ya que era la casa de fin de semana de una rica familia de industriales de Pensilvania.
La llamada arquitectura orgánica, de la que Lloyd-Wright era adalid, tiene en esta obra maestra su edificio más conocido. Tal y como se pretendía, la Casa de la Cascada está perfectamente integrada en el paisaje que la rodea.
Desde la elección del lugar donde levantarla, el sitio frecuentado para merendar por la familia Kaufmann, pasando por los materiales elegidos y las terrazas en voladizo se integran de modo único en el paisaje boscoso que la envuelve.
(Imagen de Pablo Sánchez con licencia Creative Commons) |
7. Centro Georges Pompidou, París
Este edificio no es uno de mis favoritos de París, pero ante esta selección de construcciones emblemáticas del siglo XX no puedo dejar de elegirlo por el revulsivo que supuso para una ciudad tan clásica y bien diseñada como París, allá por el año 1977.
Encargado durante la presidencia de Georges Pompidou a Renzo Piano y Richard Rogers, fue un soplo de aire fresco y de escándalo en mitad del centro histórico de la ciudad. Ocupó su lugar en un solar próximo a los antiguos mercados de Les Halles y hoy en día es uno de los museos más visitados de Francia, ya que acoge desde su inauguración una colección de arte contemporáneo muy interesante.
Que los conductos de aire, calefacción o agua, es decir, las tripas del lugar, se vieran por fuera y además en colores diferentes y nada discretos, fue algo muy innovador. Hoy ya nos hemos acostumbrado, aunque no podemos evitar sonreír ante la visión de contraste de sus tuberías según nos acercamos a pasear cerca cuando vamos a París.
8. Museo Guggenheim de Bilbao
En 1997 se inauguró este museo de arte contemporáneo en la ciudad de Bilbao, diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry. Si el Centro Georges Pompidou supuso la polémica, el Guggenheim fue el impulsor de la ciudad.
Las líneas curvas recubiertas de titanio del edificio del museo lo han convertido en emblema y su situación, junto a la ría de Bilbao, no hace sino acrecentar su singularidad.
Se precia el Guggenheim de no tener ni una sola línea plana, es pura curva que semeja un barco varado en la ría. Así se unen el presente y el pasado de Bilbao, rindiendo homenaje a los astilleros de la ciudad.
Un museo símbolo que en sí mismo, como contenedor de arte, es una obra arquitectónica emblemática de finales del siglo XX.
9. Reichstag de Berlín
El parlamento o Reichstag alemán terminó de levantarse en 1894 con un estilo neorrenacentista. Tras los diferentes avatares sufridos, primero en un incendio en 1933 y después la Batalla de Berlín al final de la II Guerra Mundial, quedó prácticamente en ruinas.
Lo traigo a esta lista porque por este edificio suntuoso de finales del XIX han pasado multitud de acontecimientos de la Europa del XX y además porque ha sabido resurgir de sus cenizas tras la reunificación alemana de 1989.
El arquitecto inglés Norman Foster fue el encargado de la remodelación, manteniendo elementos estructurales e históricos y añadiendo otros tan emblemáticos como la cúpula de acero y cristal. Esta es sin duda una de las visitas que hay que hacer en la capital alemana.
10. Cúpula de la bomba atómica en Hiroshima
Termino mi selección de edificios del siglo XX con una construcción que en principio no pasaría de ser un edificio levantado con motivo de una exposición, y que por avatares del destino se convirtió en un lugar que todos guardamos en la memoria.
Sin duda sobrecoge al visitante pensar que se está ante el único edificio superviviente de la explosión de la bomba atómica en la ciudad japonesa de Hiroshima. Una construcción que fue mudo testigo de la aniquilación de miles de vidas en pocos minutos y que, sin embargo, permaneció sorprendentemente en pie.
Silencio, respeto, memoria y horror se unen ante este edificio, símbolo del daño que puede hacer el ser humano y que no debería repetirse.
Y tú, ¿tienes algún edificio emblemático del siglo XX en tu memoria? Aquí te dejo las elecciones de Kris por el Mundo y de Mil Viatges. ¿Habremos coincidido en alguna?
Una gran selección, desde luego. Varios de los lugares no los conozco, como la Casa de Cascada, que me encantaría o Villa Saboya de Le Corbusier, otro clásico de la arquitectura moderna. Casi que te ha faltado poner la Vila Tugendhat de Van der Rohe para poner la tríada de este tipo de construcciones que marcaron una época.
ResponderEliminarUn placer compartir post.