Visitar la iglesia de San Martín en Salamanca
La iglesia de San Martín también fue llamada San Martín de la Plaza o del Mercado, por su situación en medio de lo que fue la enorme plaza central de la ciudad en tiempos medievales.
Se mandó construir por el conde Martín Fernández en torno a 1103 y es uno de los templos románicos más importantes de la ciudad. En el año 1931 fue declarada Monumento Histórico-Artístico.
Hay dos entradas posibles a San Martín; la que se ve desde la Plaza Mayor, en la transitada Plaza del Corrillo, es de estilo románico y está protegida por un gran arco, y su portada consta de arquivoltas decoradas con diversos elementos como florines y lóbulos. F
Forma una de esas plazas recoletas que han quedado eclipsadas por la Plaza y es un rincón salmantino singular.
Los arcos de esta portada norte reposan sobre columnas de capiteles decorados con motivos vegetales e historiados. Sobre ellos una figura de San Martín repartiendo la capa con un pobre y policromada nos recuerda quién es el titular del templo.
En el lado opuesto, el sur, se encuentra la otra entrada, con portada en este caso renacentista que cubre la primitiva entrada románica.
Una tercera, la orientada a Poniente, fue cegada en época barroca y se transformó en la Capilla del Carmen, que, enseguida veremos, fue redescubierta hace poco y guarda uno de los tesoros de la iglesia de San Martín.
La iglesia es de planta basilical, sin crucero ni cúpula pero con tres altas naves rematadas por ábsides que no se pueden ver al exterior por los edificios que la rodean.
Es curioso que la iglesia de San Martín desde su construcción tuvo problemas estructurales que obligaron en el siglo XIII a reforzarla, ya que el peso de las bóvedas hacía peligrar los elementos sustentantes, que se vieron deformados.
Debido a esas reparaciones tempranas, los únicos capiteles románicos que quedan son los de las naves laterales.
Un incendio a mediados del siglo XIX destruyó el retablo del altar mayor, de la escuela vallisoletana.
A pesar de ello podemos aún disfrutar de algunos de sus tesoros.
En la nave izquierda, según miramos el altar mayor, se encuentran sendos sepulcros góticos del siglo XV de bella factura. Son enterramientos de padre e hijo, el primero más antiguo con figura yacente tradicional de guerrero con la espada y la armadura, mientras que el segundo se ve de lado, apoyándose en una mano y "mirando al espectador" en una actitud menos medieval.
En la nave lateral derecha se sitúa otro bello ejemplo de sepulcro gótico en el que, como nota anecdótica, aparece a los pies de la figura yacente un perrito, símbolo inequívoco de fidelidad.
Dirigiéndonos a los pies de la iglesia de San Martín, una bella escalera de factura renacentista sube hasta el coro, construido en 1516 por Juan de Álava.
Hacía mucho que yo no entraba en San Martín. Era una de las iglesias que más frecuentaba cuando era pequeña e iba a misa con mis padres. Aún recuerdo la sonora voz, algo exagerada, de don Andrés, el párroco, en sus sermones dominicales. Yo, lo reconozco, me entretenía mirando el interior de la iglesia y especialmente los sepulcros mencionados, que me fascinaban con las tracerías góticas que los envuelven.
No sabía por entonces que San Martín iba a mostrar al visitante desde 2015 (por un euro y medio de nada), un tesoro oculto y descubierto en 1958: la tercera portada románica, la que da a poniente. Fue tapada a modo de camarín por un añadido barroco que da a la calle del Corrillo y por el que habré pasado miles de veces: la Capilla de la Virgen del Carmen, antes de las Angustias.
Ahora, tras la intervención realizada por el proyecto Románico Atlántico, se puede visitar a la vez que entender mejor la obra de la iglesia, lo que supuso en la Salamanca de la repoblación y las diversas vicisitudes por las que ha pasado.
Esta capilla fue financiada por un mercader de paños en el siglo XVII y se levantó más allá de la portada románica que ahora podemos contemplar entrando en ella y dándonos la vuelta.
Si miramos para arriba veremos un cupulín que remata una minúscula planta centralizada de cruz griega. Detrás de la imagen titular, ahora perdida, de la Virgen se encuentra una ventana que sobresale en volumen al exterior y que funcionaba a modo de transparente para iluminar la figura de la Virgen.
Pero lo verdaderamente curioso de este lugar es que aquí podemos observar la maravillosa portada románica que se integró como puerta de acceso a la capilla.
Está formada nada menos que por seis arquivoltas con decoración variada de tipo vegetal, pequeños arcos de herradura, animales más o menos fantásticos y los meses del año; alguna de ellas con policromía que ha llegado a nuestros días.
Contrasta esta portada románica riquísima (que puede recordarnos el arte de la Colegiata de Toro, no en vano los repobladores que fundaron la iglesia eran toreses de origen) con las decoraciones florales y de ángeles en las pechinas de la cúpula barroca.
Gracias a la indicación de uno de los empleados en la iglesia que andaba por allí enseñando los detalles más curiosos del lugar, pudimos ver en unos pequeños espacios que quedaron entre la parte románica y la barroca los antiguos capiteles de las columnas sobre los que descansan las arquivoltas mencionadas.
Se encuentran tapados a la vista por la arquitectura barroca de la capilla de la Virgen del Carmen. Una vez más sorprende la maestría de los canteros que hace tantos años dejaron su impronta en la piedra salmantina.
Marchando ya hacia la salida unos paneles nos explican dónde estaba situada la iglesia de San Martín, en el contexto de la Salamanca medieval y renacentista. En ellos podemos ver el gran tamaño de la plaza de San Martín, que ocupaba cuatro veces el tamaño de la futura Plaza Mayor.
La última visita de interés dentro de la iglesia de San Martín es la de la llamada Capilla del Conde de Grajal. Con origen en el siglo XV, como bien muestra su bóveda de crucería, tuvo que ser reconstruida más adelante, y fue cuando se colocó el aparatoso retablo barroco con figuras de los que pasan por ser mártires de Salamanca: Arcario, Provo, Eutiquio, Pascario y el pequeño Paulino.
En esta capilla un documental nos informará más aún de la historia de la ciudad y de la iglesia.
Hasta aquí nuestra visita a la iglesia de San Martín, el antiguo San Martín del Mercado, cuando ocupaba el centro neurálgico de una Salamanca aún sin nuestra Plaza Mayor. Un templo románico único, considerado por algunos como copia pequeña de la Catedral Vieja y, sin duda tras ésta, el ejemplo de Románico en Salamanca más interesante. Y es que en la ciudad no todo es Plateresco.
ACTUALIZACIÓN AÑO 2022
Hasta el inicio del próximo 2023 la Iglesia de San Martín permanecerá cerrada para llevar a cabo trabajos de rehabilitación y mejora de su interior. Se trata de actuaciones necesarias ante ciertos derrumbamientos y humedades que se habían presentado.
Datos prácticos de la Iglesia de San Martín
Plaza del Corrillo
De martes a domingo: de 11:00 a 14:00 horas
Sábados: de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00
Precio de la entrada a la parte del audiovisual y Capilla de la Virgen del Carmen: 1,5€ y gratis para los nacidos o empadronados en la ciudad.
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