12/4/18

Qué ver en Marrakech: un recorrido con los cinco sentidos

Los sentidos se ponen en marcha en una ciudad como Marrakech. Por eso en este post sobre qué ver en Marrakech he querido hacer un recorrido algo diferente, parándome en todo aquello que me gustó pero desde el punto de vista de cada uno de los sentidos.

Gusto, olfato, oído, tacto y vista se agudizan en una ciudad hecha para ir con los cinco sentidos despiertos.



Plaza Jemaa El Fna con los cinco sentidos




Qué ver en Marrakech con los cinco sentidos 




Oído


- Escucha las llamadas a la oración del muecín. Es un canto monótono y ancestral que a diversas horas del día podrás oír por toda Marrakech.  Desde la megafonía de las mezquitas retumban por toda la ciudad entremezclándose unas voces con otras ya que hay abundancia de templos. 


Cantos del muecín, oído en Marrakech




- Oye los sonidos de la plaza Jemaa El Fna. Son variados y, como la propia Plaza, ofrecen diferentes versiones según la hora a la que te pases por allí. Por la tarde te llamarán la atención para que que compres cosas o te hagas fotos con animales como monos o para que veas a los encantadores de serpientes.

Por la noche diversas voces querrán que te acerques a sus puestos de comida, otras te ofrecerán zumos de miles de frutas, y el jaleo de música y gente retumbará en tus oídos de un modo que te resultará atractivo o que no te gustará (eso ya depende de ti).




-Estate atento a los ruidos de los trabajos artesanales del Zoco y a los pitidos y llamadas de atención desde motocarros, carros con burros, motocicletas y demás si no quieres que te pillen.

El martilleo en el cobre, en el latón repujado o en el hierro son sonidos de trabajo y de labor reposada que podrás escuchar en los zocos de la ciudad. Son sonidos de vida y de oficios perdidos en muchos lugares. Préstales atención (eso sí, si quieres ignora las llamadas a que compres que recibirás de muchos de esos puestos).

Oído en Marrakech



- Presta atención a las mil y una historias que te contará un buen guía como el nuestro, Hamid de Viajes Marrakech. Con él recorrimos los zocos sin miedo a perdernos, visitamos palacios y recibimos consejos, además de miles de curiosidades que nos iba contando a cada paso en un recorrido de más de tres horas.

Rincones con historia


- El rumor del agua está presente en fuentes que podrás encontrar en los jardines, en los riads y en la entrada a las mezquitas. En el desierto el agua es un bien muy preciado y su sonido es de lo más relajante. 





Olfato y gusto


- Huele los aromas de los puestos de comida de la Plaza por excelencia. Intentarán seducirte para que te sientes con ofertas tentadoras. Siempre puedes optar por un rico zumo recién exprimido a modo de tentempié mucho más que asequible.




- Inspira hondo el olor de la canela en la naranja que podrás probar como postre, del té caliente que te ofrecerán en cada momento o del aceite de argán y su peculiar olor almendrado. Las especias están presentes en la comida desde el desayuno hasta la cena, aportando un toque delicioso y aromático.

Olores diferentes en la Medina


- También habrá olores que te sorprendan por fuertes (y hasta desagradables según la sensibilidad de cada uno), como los del zoco de los tintoreros o el de los excrementos de burros, mulas y otros animales de tiro que se mueven por la Medina ayudando en el transporte de mercancías.


- Al atardecer los olores de las plantas y árboles de jardines como los de La Mamounia te cautivarán y te aportarán tranquilidad si paseas por ellos tras un día agotador por la Medina.

Olfato en La Mamounia


- El gusto y el olfato van muchas veces de la mano y en Marrakech no va a ser de otro modo. Si la comida huele bien, apetecerá más y los múltiples sabores mediterráneos con un toque de exotismo te cautivarán de la mañana a la noche. Desayunos con mueslis, zumos naturales, tortitas y mermeladas, tés y cafés humeantes te cargarán las pilas para una jornada en la que no faltará ricas ensaladas, carnes guisadas con gusto o cuscús exquisitos. Sin duda, es un destino para comer y muy bien.

Desayuno en Marrakech




Tacto


- Prueba la textura de las cremas realizadas con aceite de argán y verás lo bien que se queda hidratada tu piel.

- Hunde las manos ( o quédate con las ganas, como yo) en los cestos con flores secas que verás en tiendas de especias, no puede haber tantos colores bellos juntos como aquí.

Tacto y olfato en flores secas


- Píntate las manos con tatuajes de henna realizados artesanalmente por mujeres que conocen esta tradición ancestral.





Vista

- Recréate en el contraste de colores del Jardín de Majorelle. El azul del mismo nombre es único, de hecho venden botes de pintura de ese color que te podrás traer de recuerdo. El contraste con los amarillos de parte de los edificios y con los verdes del jardín hacen de este lugar uno de los más visitados de Marrakech. Así que vete preparado para hacer una buena cola.

Vista en los Jardines de Majorelle



- Disfruta de los mocárabes, yeserías y demás decoraciones del Palacio de la Bahía o de las Tumbas saadíes. Si has viajado por las capitales del sur de España te recordarán la decoración de la Alhambra o la de los Reales Alcázares, no en vano fueron artesanos nazaríes de Al-Ándalus los que llevaron al norte de África las tradiciones decorativas de tierras hispanas. 

Mocárabes, yeserías y artesonados vista


- Mira para arriba pero no olvides tampoco bajar la vista, algunos pavimentos te asombrarán tanto o más que las decoraciones de los techos.

Qué ver en Marrakech suelos



- Mira los colores de un atardecer en Marrakech con la nieve del Atlas al fondo. No lo olvidarás ya que sin duda se trata de uno de los atardeceres más bonitos que he podido disfrutar jamás. Los colores ocres de la ciudad se multiplican en reflejos en el cielo y contrastan con el blanco de las cumbres de las montañas.

Vista atardecer



Y si después de tantos sentidos en marcha, te sientes abrumado, vete a descansar a un riad, es una experiencia única que cobra nuevo sentido en la hermosa ciudad de Marrakech.



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