La Colegiata de Belmonte es de esos tesoros algo escondidos que abundan en tierras castellanas. No hace falta viajar muy lejos para disfrutar de construcciones cargadas de historia y arte, muchos pueblos de alrededor cuentan con tesoros de este tipo.
Visitar la Colegiata de San Bartolomé
Belmonte es una población cargada de historia, una historia que se remonta muy lejos atrás. Para conocer la historia de la Colegiata tenemos que mirar al siglo XIV, cuando el Infante Don Juan Manuel comienza a erigir importantes edificios en la localidad.
Sin embargo fue Juan Pacheco, Marqués de Villena y maestre de la Orden de Santiago, quien ordena levantar la Colegiata en 1461. El hecho de que sea Colegiata en vez de iglesia la dota de gran importancia, ya que contará con un cabildo, aunque no se trate de una catedral, compuesto por un deán o prior y por clérigos seculares (que no pertenecen a ninguna orden religiosa). Se levantará, tal y como se ha conocido recientemente, sobre los restos de un templo visigótico del siglo V.
Al exterior la Colegiata presenta un aspecto macizo y sobresalen en ella la torre del campanario y la que señala al exterior la Capilla Mayor. Distintos estilos arquitectónicos aparecen en toda la construcción que, como era frecuente, se iba completando a lo largo de los siglos.
Dos puertas dan acceso al interior de la Colegiata: la denominada del Sol y la de los Perdones. La segunda está compuesta por dos arcos rebajados sobre los que se erige la estatua de San Bartolomé. En la puerta del Sol, enmarcada por dos pináculos góticos, podemos ver un gran arco trilobulado que enmarca elementos decorativos ya platerescos. En la hornacina se encontraba originalmente una estatua de la Virgen que fue expoliada y sustituida por una imagen de San Andrés.
El interior de la Colegiata de Belmonte sorprende por su amplitud y por la calidad artística de los elementos que la componen.
Se dispone en tres naves bastante anchas y cuatro cuerpos separados por gruesas columnas sobre las que reposan los arcos apuntados, que a su vez soportan las bóvedas de crucería. Las armas del escudo del marquesado de Villena aparecen representadas en las columnas.
Como sucede con la gran mayoría de los templos, las familias más notables de Belmonte tenían como aspiración contar con sus capillas, que iban ampliando la Colegiata y dotándola de un interesante patrimonio que ha llegado a nuestros días.
Entre todos estos elementos sin duda hay que destacar varios:
- En la llamada Capilla de la Anunciación os sorprenderá su preciosa rejería. Fue llevada a cabo por el mismo rejero de la Catedral de Cuenca. Por cierto, la capilla fue encargada por el abuelo de Fray Luis de León (que era de Belmonte) y allí descansa junto a su esposa.
- En la Capilla del Bautismo hay que destacar la bonita pila bautismal, realizada por Egas Cueman y su hermano Hanequin de Bruselas, grandes escultores que trabajaron en infinidad de lugares, como Toledo o Guadalupe durante el reinado de los Reyes Católicos. Como su nombre indica, eran artistas procedentes de Flandes, como tantos otros en la época.
- La Capilla Mayor llama la atención por su monumentalidad. Tiene planta poligonal, de nueve lados, y en ella, en sendas hornacinas, se encuentran las estatuas funerarias realizadas en alabastro, de los padres y abuelos del Marqués de Villena. Los escudos del marquesado se sitúan sobre los cuerpos, enterrados en el presbiterio, ya que están en la clave de la bóveda de crucería que cubre la capilla, como si se tratara de la bóveda celeste.
- La Sillería del Coro de la Colegiata de Belmonte es una obra singular, ya que se trata del primer coro historiado de España. Fue realizado en torno a 1454 por los hermanos Cueman antes mencionados, en madera de nogal y fue hecho para la Catedral de Cuenca. Allí se les quedó pequeño y sabiendo esto el prior lo compró para la Colegiata, ya en el siglo XVIII.
También destaca el magnífico órgano barroco que perdió los tubos en 1936 y que ha sido recientemente restaurado.
Como veis la Colegiata de Belmonte tiene mucho arte y elementos de interés, lo que la convierte en uno de los lugares más importantes de la localidad. No es de extrañar que fuera declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.
Uno de los muchos tesoros que hay en la provincia de Cuenca y que se puede completar perfectamente al visitar San Clemente, una localidad que también nos sorprendió mucho cuando estuvimos en ella.
Datos prácticos para visitar la Colegiata de Belmonte
Abierta de martes a domingo. Los domingos por la mañana no hay visitas.
Horario:
De abril a octubre: de 11:00 a 14:00 y de 16:30 a 19:30
De noviembre a marzo: de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:30
Precio: 2, 5€
Importante: en el interior de la Colegiata no se permite hacer fotos. Las que aparecen en este post han sido cedidas por la propia Colegiata. Muchas gracias por dejármelas y así dar cuenta de la belleza del templo.
Hola, que bonita verdad, fui bautizada en su pila bautismal, donde también fue bautizado mi paisano Fray Luis de León.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias. Estupendo sitio para ser bautizada. Tu localidad natal es preciosa, la verdad.
EliminarUn saludo.
Muchas gracias, Cristina, por tomar nota de la pila bautismal. Como bien dice Piruja en su comentario, Fray Luis fue bautizado en ella y solo por eso mereceria mencion. Saludos cordiales,
ResponderEliminarMiguel Torrens
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