Hoy vamos a visitar San Clemente,
en la provincia de Cuenca. Se trata de una localidad situada a pocos kilómetros de Albacete, pero que nunca habíamos visitado hasta hace pocos días. Es un lugar repleto de sitios históricos, de rincones especiales y de la huella de los siglos que han dejado un conjunto monumental único.
Visitar San Clemente en Cuenca: un paseo por la pequeña corte de La Mancha
Pues bien, como indica el subtítulo San Clemente fue una importante villa que se sitúa al sur de la provincia de Cuenca, cerca de Belmonte y
de Alarcón.
Se la conocía como San Clemente de La Mancha y fue la capital de La Mancha Alta y de La Mancha de Montearagón. El siglo XVI fue el de máximo esplendor y en ella llegaron a vivir ochenta familias hidalgas, lo que da buena cuenta de su poderío económico.
Ahora, en el siglo XXI nos queda pasear por su casco histórico y admirar las hermosas muestras de arte renacentista que se nos muestran: no en vano cuenta con dos Bienes de Interés Cultural y fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en el año 1980.
Al llegar a San Clemente os recomiendo dejar el coche aparcado cerca del centro, pero tened en cuenta que no podréis llegar con él hasta la Plaza Mayor. En breves minutos llegaréis andando al centro del pueblo, una plaza sorprendente por la calidad de sus dos edificios principales: la iglesia de Santiago Apóstol y el Antiguo Ayuntamiento.
En este último se sitúa la oficina de turismo, en ella te darán todo tipo de indicaciones para visitar San Clemente y un plano para no perderte los edificios más importantes. Todos se encuentran en los alrededores de la Plaza, así que el paseo será de lo más agradable.
Nuestra primera parada en la magnífica parroquia de Santiago Apóstol. En el exterior destaca por lo macizo de su apariencia. No obstante cuenta con elementos decorativos tardogóticos y otros claramente renacentistas.
Dos puertas se abren al exterior: una a la Plaza Mayor, la otra a la Plaza de la Iglesia, ambas se encuentran alojadas en sendos arcos de triunfo. Una gran torre con tramos separados por líneas de imposta, completamente el conjunto.
El interior cuenta con tres naves, siendo la central más elevada y ancha que las laterales y cuenta con una magnífica bóveda estrellada como cubierta. El material utilizado es sillarejo y sillar. Un retablo sencillo de cinco calles y tres tramos más el ático preside la capilla mayor.
Si salimos por la puerta que da a la Plaza de la Iglesia nos encontraremos de frente El Pósito, un interesante edificio que en la actualidad es el juzgado y que está adosado al nuevo ayuntamiento. Fue en su momento depósito de cereales y destaca en su fachada una bonita portada renacentista dividida en dos tramos con el escudo de Felipe II en el superior. En esta misma plaza en el edificio de la Antigua Cárcel se encuentra el Museo de Artes Navideñas.
Si volvemos sobre nuestros pasos, a la Plaza Mayor pasaremos por alguno de los singulares arcos que la enmarcan, el más llamativo está justo al lado del antiguo Pósito y es de estilo churrigueresco.
Tenemos que pararnos a admirar el edificio que preside la Plaza, junto con la iglesia, el maravilloso Antiguo Ayuntamiento del siglo XVI y una joya decorada con detalles platerescos.
En la parte inferior se compone de una galería de siete arcadas de medio punto sobre columnas dóricas a modo de loggia italianizante. Dicho espacio inferior se corresponde con un cuerpo superior con el mismo número de ventanas acristaladas. El friso que lo decora y el escudo real lo completan. Merece la pena pararse a admirar la decoración de medallones, ya que en ellos aparecen Carlos I y su esposa Isabel de Portugal quien pasó a ser señora de San Clemente tras su matrimonio.
Otros medallones acogen a personajes de la mitología clásica como son los faunos. Los escudos también están presentes siendo el más importante el gran escudo imperial que está tal cual aparecía representado en la Historia General de Indias de 1535. El poder religioso también aparece con la efigie del papa Clemente, tocado con la tiara pontifical.
La curiosa torre lateral anexa fue añadida a finales del siglo XVI y es llamada "Torre del Toril". Sufrió el terremoto de Lisboa de 1755 y tuvo que remodelarse.
En el interior del edificio, al que accedemos por una escalera amplia podremos admirar no sólo bellos artesonados originales, sino también una estupenda colección de obra gráfica perteneciente a la Fundación Antonio Pérez de Cuenca.
Es llamativo el contraste entre el edificio renacentista y la colección artística que engloba a pintores de El Paso (Feito, Canogar o Saura), una obra de Warhol y varias del Equipo Crónica y de Manolo Valdés en solitario. Además es una visita que seguramente haréis en total tranquilidad y desde la que podréis tener una singular vista de la Plaza Mayor y de las edificaciones del centro histórico de San Clemente.
Os recomiendo salir de la Plaza Mayor para curiosear las calles adyacentes, repletas de tesoros con forma de casonas con escudos o de fundaciones conventuales: así la Casa de los Acacio, la de la Reina Mora o la de los Picos, así como la del Marqués de Valdeguerrero.
Frente a esta última se levanta una torre-fortaleza de gruesos muros de sillares apenas abiertos en dobles vanos a distintas alturas. Nos traslada sin duda al Medievo, época de construcción de esta torre de vigilancia, almenada en lo más alto y que hoy hace las funciones de Museo Etnográfico.
Un sentido homenaje a la solidaridad del pueblo de San Clemente en la época de la pandemia de COVID que estamos atravesando nos hace regresar a la realidad del siglo XXI.
Sin duda, visitar San Clemente nos ha permitido evadirnos por sus calles repletas de historia y casi sin tráfico, viajar en el tiempo por su época de mayor esplendor. De ésta nos han llegado innumerables vestigios que están ahí para que nos animemos a descubrirlos en nuestros viajes por Castilla-La Mancha.
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