Dormir en el Parador de Zafra
Fue esta noble familia la que encargó su construcción al arquitecto Juan de Herrera allá por el año 1437 sobre lo que era el antiguo alcázar conquistado por Fernando III a los musulmanes.
La fachada, admirable en su conjunto desde el otro extremo de la Plaza del Corazón de María que la alberga, sobrecoge con sus enormes dimensiones, su alternancia cromática entre el enlucido y la piedra en mampostería, y los cuatro torreones que se muestran de este lado: los dos que enmarcan la entrada y los que señalan los ángulos de la edificación.
La recepción ocupa un espacio no muy grande y está atendida por un personal muy amable y servicial que en todo momento nos hicieron agradable la estancia. Nuestra habitación, en el primer piso, daba a la fachada principal. Contaba con una cama doble con cabecero de madera tallada, muebles de estilo castellano acordes con el lugar y un considerable tamaño que acogía perfectamente la cama supletoria de Javier.
El espacio del Parador de Zafra que más me gustó fue sin duda su patio central. Es una maravilla renacentista que, enlosado de mármol, se reparte con equilibrio entre dos galerías de tres arcos y un piso superior (donde están los dormitorios).
En el medio, una fuente arrulla con su rumor continuo de agua para deleite de las personas que disfrutan de este espacio sereno y fresco en días de verano tan calurosos como el que pasamos allí. Los muebles de forja que lo amueblan y las telas claras contribuyen a aumentar el confort de un café tardío.
Los detalles decorativos se corresponden perfectamente con el entorno palaciego en elementos tales como los artesonados. En la parte trasera se abre un jardín escondido y recoleto que proporciona al viajero el alivio fresco de una piscina, no muy grande pero agradable, a la vera de una de las inmensas paredes almenadas.
En días como aquel de agosto del 2012 se agradecía enormemente el soñado chapuzón, sobre todo porque fuera de los muros protectores la temperatura rondaba los 41 grados.
Aquella noche cenamos en la cafetería del Parador a base de tapas y raciones de ibéricos de la zona, croquetas y demás cosas "ligeras" y ricas. El desayuno del día siguiente, abundante y como siempre en la cadena estatal, de calidad.
Rematamos la estancia con un recorrido que hay que solicitar en recepción: se trata de la visita a las almenas del palacio, que se rodean por el estrecho camino de ronda y que permiten circunvalar todo el Parador, observar de cerca las nueve torres del mismo y sobre todo disfrutar de una espectacular vista de Zafra y los campos que la rodean.
Vista del bonito patio herreriano del Parador de Zafra. |
Los detalles decorativos se corresponden perfectamente con el entorno palaciego en elementos tales como los artesonados. En la parte trasera se abre un jardín escondido y recoleto que proporciona al viajero el alivio fresco de una piscina, no muy grande pero agradable, a la vera de una de las inmensas paredes almenadas.
En días como aquel de agosto del 2012 se agradecía enormemente el soñado chapuzón, sobre todo porque fuera de los muros protectores la temperatura rondaba los 41 grados.
Desde las almenas del Parador de Zafra, asoma la piscina. |
Aquella noche cenamos en la cafetería del Parador a base de tapas y raciones de ibéricos de la zona, croquetas y demás cosas "ligeras" y ricas. El desayuno del día siguiente, abundante y como siempre en la cadena estatal, de calidad.
Rematamos la estancia con un recorrido que hay que solicitar en recepción: se trata de la visita a las almenas del palacio, que se rodean por el estrecho camino de ronda y que permiten circunvalar todo el Parador, observar de cerca las nueve torres del mismo y sobre todo disfrutar de una espectacular vista de Zafra y los campos que la rodean.
Zafra es de esos lugares de Extremadura cargados de historia en cada rincón.
Además, en esta breve pero placentera visita canjeamos los puntos acumulados de la Tarjeta Amigos de los Paradores, con lo que tuvimos la alegría adicional de que la estancia nos salió casi gratis. Desde aquí os animo a conocer este Parador situado en un edificio histórico excepcional.
Si quieres reservar en el Parador de Zafra, sigue este enlace de afiliación y colaborarás con el mantenimiento del blog.
Lo mejor del Parador de Zafra: sin dudarlo, el patio herreriano, una joya.
Lo peor del Parador de Zafra: tener que abandonar ese oasis en mitad del campo extremeño.
Vista de Zafra. |
Además, en esta breve pero placentera visita canjeamos los puntos acumulados de la Tarjeta Amigos de los Paradores, con lo que tuvimos la alegría adicional de que la estancia nos salió casi gratis. Desde aquí os animo a conocer este Parador situado en un edificio histórico excepcional.
Si quieres reservar en el Parador de Zafra, sigue este enlace de afiliación y colaborarás con el mantenimiento del blog.
Lo mejor del Parador de Zafra: sin dudarlo, el patio herreriano, una joya.
Lo peor del Parador de Zafra: tener que abandonar ese oasis en mitad del campo extremeño.
Pues mira que tengo ganas de alojarme en un parador y todavía no se ha terciado!!! Este desde luego pinta genial!!!!
ResponderEliminarLo de la Tarjeta esa de Amigos de los Paradores cómo funciona? Es una tarjeta de fidelización?
Pues te animo a ello Mari Carmen. La Tarjeta es de fidelización y en la primera estancia que hagas te la haces y se van acumulando puntos. Además hay tarifas más ventajosas para los Amigos de Paradores y te suelen dar una copa de vino de bienvenida o un refresco. Nosotros hemos disfrutado de dos noches gratis, esta de Zafra en 2012 y este mes en Jávea. Acumulas puntos sin darte cuenta (en las estancias) y luego los canjeas. Me gusta este programa al que le ves enseguida un rendimiento.
EliminarYo te animo a alojarte en paradores, hay algunos realmente excepcionales.
Un saludo.
Cristina.