Qué ver en Burdeos: 10 visitas
Si Francia es mucho más que París, y ya lo hemos visto en otras ocasiones como cuando fuimos al sudeste del país, ahora añadimos a nuestra lista de ciudades favoritas francesas esta población llena de encanto, arte en cada rincón y estupenda gastronomía.
Estas 10 visitas resumen un poco lo que puedes hacer si vas hasta allí. Tres días quizás sea el número ideal de jornadas a dedicarle, ya que sobre todo el paseo por el centro histórico requiere de tiempo para disfrutar de sus innumerables fachadas del XVIII, sus iglesias medievales y plazas llenas de encanto.
Aquí van mis 10 propuestas.
1. La Place de la Bourse: sin duda el lugar más espectacular de la ciudad y por el que tuvimos el placer de pasear más de una vez durante nuestra estancia. Obra del arquitecto del rey Ange-Jacques Gabriel, fue terminada en 1775 y desde entonces asombra con su forma de medio arco y la mesura de sus edificios neoclásicos.
Ha tenido diferentes denominaciones a lo largo de los siglos y en la actualidad lleva el nombre de uno de los dos palacios que la conforman: el de la Bolsa. En el centro, la fuente de las Tres Gracias, ya del siglo XIX, evoca la belleza clásica de las figuras mientras contrasta con la instalación contemporánea que es el Espejo de Agua del que hablaré más adelante.
2. Las puertas de la ciudad: hay varias que, bien fueran realmente utilizadas, bien fueran añadidos posteriores para marcar la situación de la muralla, dan buena muestra de la importancia de la ciudad desde tiempos antiguos y la gran cantidad de caminos que salían de ella hacia lugares más o menos lejanos.
Si tuviera que elegir me quedaría sin dudarlo con las espectaculares Puerta Cailhau y la de Saint-Eloi y la Gran Campana. En esta última, como su nombre indica, se encuentra además la Gran Campana, símbolo de la ciudad y muy querida por sus habitantes, tanto que Enrique II para castigarlos por una revuelta la hizo destruir. La que hoy se ve es de 1775.
3. El Grand-Théâtre Opéra National de Burdeos: sin duda uno de los edificios más bellos de la ciudad y que se puede visitar fuera de las representaciones en horas y días fijados desde la oficina de turismo (que se encuentra un poco más allá). La belleza del edificio del Teatro bien hace que merezca la pena pasar por allí a distintas horas para admirarlo con diferente luz.
Fue edificado por el arquitecto Victor Louis en 1773 siguiendo las normas de los teatros "a la italiana". La bella fachada neoclásica de 88 metros de largo tiene un peristilo de 12 columnas corintias que soportan la cornisa sobre la que se sitúan otras tantas estatuas de las Musas, Juno, Venus y Minerva.
En los días que estuvimos por allí se inauguraba la temporada 2016-2017 con representaciones operísticas en torno a la figura de Don Quijote.
Justo frente al Teatro, en plena plaza de la Comédie, se encuentra el imponente edificio de uno de los hoteles más tradicionales de la ciudad, el Grand Hôtel Bordeaux, y en un lateral de la plaza llama la atención una escultura de Jaume Plensa que parece cambiar de volúmenes según el ángulo desde el que se mira.
4. La Plaza de la Bolsa se abre al río Garona y precisamente se situó allí porque fue durante siglos puerto de gran importancia comercial. Hoy es un placer pasear por los "quai" u orillas del río que van cambiando de nombre según avanzas y que son realmente atractivos con los edificios del siglo XVIII, los campanarios de iglesias como Saint-Michel y la vista de puentes como el Pont de Pierre.
Si puedes, realiza este paseo al atardecer, cuando las luces del cielo aún realzan más este bello paseo bordelés.
5. La iglesia de Saint-Michel: de todas las iglesias de la ciudad que visitamos, esta es la que más me gustó. Se encuentra en el centro del barrio del mismo nombre y que está separado del centro histórico por el cours Victor Hugo. Es una zona multiétnica que huele a Oriente y que traslada al paseante a otros paisajes.
En medio de toda la amalgama cultural surge el imponente campanario de la iglesia que se encuentra separado del edificio principal y que se ve desde muchos sitios de Burdeos. Construida en gótico tardío pertenece al Patrimonio de la Humanidad desde 1998 como parte de las iglesias de peregrinaje del Camino de Santiago.
6. El Museo de Bellas Artes: si te gusta el arte este museo te encantará ya que es de esos pequeños y menos conocidos.
Se encuentra en la parte trasera del Palais Rohan, el ayuntamiento de la ciudad, y hay que buscar la entrada varias calles más allá del mismo. En él se expone una deliciosa colección de pinturas dividida en dos edificios. Obras de autores tan variados como Delacroix, Hals o Rubens pueden verse con la tranquilidad propia de un lugar no demasiado frecuentado.
7. Triángulo de Oro: así se llama a la zona que se encuentra entre las Allées de Tourny, el corso Clemenceau y el corso de l'Intendance. Todas las calles que lo atraviesan llevan el nombre de grandes prohombres bordeleses significativos en el mundo del arte o el pensamiento (Diderot, Montesquieu o Voltaire tienen calle en este triángulo). En el medio se encuentra la Place des Grands-Hommes con un mercado cubierto en el que comprar productos de todo tipo.
También merece la pena acercarse hasta la Esplanade de Quinconces, una de las plazas más grandes de Europa, en la que reina el Monumento a los Girondinos.
En el número 57 del corso de l'Intendance se encuentra la casa en la que vivió y murió Francisco de Goya entre 1824 y 1828 durante su exilio en francés.
8. La iglesia de Saint-Sevrin: tiene el grado de basílica menor y es de los más bellos edificios religiosos de la ciudad. Se sitúa al oeste del centro histórico, cerca de la Place Gambetta. Se fundó en el siglo XI sobre los restos de una necrópolis del siglo V.
Lo que más llama la atención es el gran tamaño del edificio así como la mezcla de estilos, desde el románico de la portada principal hasta el XVIII en el que fue reconstruida en parte. La cripta meronvingia es de los restos más antiguos de la ciudad de Burdeos. Al igual que Saint-Michel pertenece al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1998 como parte de las iglesias del Camino de Santiago.
9. Las plazas recoletas que salen a cada paso, como la de Saint-Pierre y la iglesia del mismo nombre que la preside, o la Place du Palais que se abre detrás justo de la Porte Cailhau y que hace referencia al palacio que se situaba no lejos de allí.
La Place Gambetta con su tremenda actividad a todas horas y la de Pey Berland que acoge al ayuntamiento y la catedral son también lugares de paso en los que merece la pena estar un buen rato.
10. El Miroir d'Eau o Espejo de Agua: forma parte de la Plaza de la Bolsa desde su colocación en 2006. Tiene 3450 metros cuadrados y es el espejo acuático más grande del mundo. Según la hora en la que te pases por allí podrás observar de un modo u otro los reflejos de los edificios de la Plaza o de las riberas del Garona en un juego de imágenes dobles único.
Los días que estuvimos en Burdeos pasamos calor y pudimos disfruta paseando por el Espejo descalzos al igual que otros muchos bordoleses, grandes y pequeños, que chapoteaban en medio del vapor de agua, de los remolinos o de cualquiera de las formas acuáticas que surgen en un ciclo incesante.
Como dijo el barón Haussmann, el gran urbanista francés del siglo XIX, "tome Versalles, añada Amberes y tendrá Burdeos". Una ciudad sin duda bella e ideal para pasar unos cuantos días de visita tranquila.
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Pues tiene muy buena pinta esta ciudad. Vamos a tener que plantearnos conocer un poco más de Francia porque sólo conocemos París y poco más.
ResponderEliminar¡Saludos! ��
Le tengo ganas desde que hice un vuelo y el piloto nos dijo que sobrevolábamos Burdeos. Una pasada ver todo el estuario del Garona desde el aire. Eso fue hace años y aún no lo visité, y la verdad que no tenía mucha idea de qué se encuentra uno en Burdeos. Me guardo tu post para cuando lo visite.
ResponderEliminarLa puerta es muy de castillo lego, me encanta. ¿Queda más muralla o sólo las puertas? Es que me pirran las murallas.
Saludos!