Estas tres iglesias, la catedral de la ciudad y dos basílicas, pertenecen a los llamados "Caminos de Santiago" en los que se engloban una buena cantidad de edificaciones religiosas del sur de Francia.
Iglesias de Burdeos patrimonio de la Humanidad
Saint-Michel, la Catedral de Sainte-André y la basílica de Saint-Seurin son tres construcciones imprescindibles en toda visita a Burdeos.

Basílica de Saint-Seurin
Si empezamos a vistar la ciudad de norte a sur, la primera de las iglesias que debemos conocer es la impresionante Basílica de Saint-Seurin. Está dedicada a San Severino, quien fuera obispo de Burdeos, y fue fundada en el siglo XI sobre los restos de una necrópolis del siglo V y de una capilla dedicada a Saint-Étienne.
El edificio es de estilo románico y tiene planta basilical aunque fue reformada en sucesivas ocasiones: en 1566, a principios del siglo XVIII y en los primeros años del siglo XIX en los que se rehizo la fachada en estilo neorrománico.
La decoración medieval del interior se perdió a lo largo de los siglos aunque se conservan maravillosos retablos de alabastro del siglo XV, en los que destaca Nuestra Señora de la Rosa.
La cripta merovingia conserva sarcófagos de piedra y capiteles galo-romanos y es uno de los vestigios más antiguos de la ciudad de Burdeos.
Saint-Seurin pertenece al Patrimonio UNESCO desde 1998 como lugar de etapa de los peregrinos que iban a Santiago.
Catedral de Saint-André
Si vamos bajando hacia el centro de la ciudad, no muy lejos de esta primera iglesia se sitúa la catedral de Saint-André. Como sucede habitualmente en lugares con mucha historia, el edificio que ahora vemos se sitúa sobre una primera catedral galo-romana, erigida en el siglo IV y sobre un segundo templo del 1096. Poco después se reconstruyó en estilo románico, y el proyecto inicial redujo sus pretensiones originales, ya que se querían levantar cuatro torres que, en el pantanoso terreno sobre el que se eleva, no pudieron llevarse a cabo.
En la primera mitad del siglo XIII se añadió la Porte Royale en estilo gótico, y entre 1440 y 1446 el campanario, denominado Torre de Puy-Berland en honor del arzobispo que lo encargó y que llama la atención por encontrarse separado de la mole catedralicia.
Entre las muchas cosas de interés que podemos ver en el interior, destacan el baptisterio del siglo XII, los bajorrelieves medievales y una "Crucifixión" de Jordaens (siglo XVII).
En esta catedral de Saint-André tuvieron lugar muchos acontecimientos históricos entre los que cabe destacar la boda de Leonor de Aquitania y Luis VII, y la de Luis XIII y Ana de Austria bastantes siglos después.
Iglesia de Saint-Michel
Dejamos para el final la iglesia que más me gustó a mí de las tres de las que hablamos hoy: Saint-Michel. Está situada en el barrio del mismo nombre, céntrico pero no el meollo de la ciudad y con un ambiente variado y multicultural que llama la atención.
Era día de mercado cuando visitamos esta enorme basílica, y en la plaza donde se sitúa había gran cantidad de puestos, a la vez que llegaban aromas de comidas exóticas que se estaban preparando en restaurantes aledaños.
Si algo sorprende de Saint-Michel es su enorme campanario que, al igual que el de la catedral, se sitúa aparte de la edificación eclesial. Se levantó entre 1472 y 1492 sobre el osario del que era por entonces cementerio parroquial. Alberga un carillón de 22 campanas y se ve desde muchos lugares de Burdeos gracias a sus 114 metros de altitud.
La basílica fue levantada sobre otra iglesia precedente, y aunque está construida en gótico florido, no se terminó hasta 1579.
Se situaba por entonces extramuros de la ciudad y era etapa importante del Camino de Santiago. Tiene planta de cruz latina y la nave central alcanza los 23 metros de altura, mientras que las laterales albergan 17 capillas, cada una dedicada a una corporación o confraternidad.
Como curiosidad hay que mencionar la historia de las "momias de Saint-Michel" que no son más que unos 70 cuerpos perfectamente conservados que se encontraron durante las tareas de desmantelamiento del cementerio parroquial allá por 1791.
Se mantuvieron expuestas en la cripta del campanario a modo de museo hasta 1979 cuando se enterraron en el cementerio de la Chartreuse. Victor Hugo y Théophile Gautier fueron algunos de los literatos que realizaron la macabra visita.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Muchas gracias por dejar tu comentario en Ida y Vuelta.