Ruta por Sicilia de 9 días
Fueron 9 días recorriendo la isla en su lado más oriental. Sicilia da para mucho, así que tenemos la excusa para volver cuanto antes.
Aquí os dejo el recorrido por si os sirve de idea para planificar un viaje similar.
- Día 1. Llegada a Palermo y paseo por el centro histórico.
Como nuestro hotel estaba bastante céntrico, justo a la vuelta de la Fontana Pretoria, pudimos dar un paseo a última hora de la tarde para hacernos una idea de lo que podríamos recorrer con más calma al día siguiente.
- Día 2. Visita con alguna decepción.
Debo decir ahora que el tiempo pasado en Palermo se nos quedó algo corto. Creo que tres días completos sería lo ideal pero bueno, en aquel momento no lo pensamos, y claro, tuvimos alguna que otra decepción con los horarios de un par de monumentos significativos que nos quedamos sin ver.
Ese día recorrimos lo esencial del centro histórico visitando la impresionante Catedral, los Quattro Canti, las iglesias de Santa Catalina, Martorana y San Cataldo y llegamos hasta el puerto pasando por Piazza Marina.
También subimos por la Vía Roma y disfrutamos callejeando por los alrededores de la iglesia de los Dominicos.
El centro histórico es un batiburrillo singular en que abundan las casas señoriales, los rincones con encanto y, hasta cierto punto, el caos. A pesar de todo, nos pareció una ciudad singular, minusvalorada en general como destino, cuando tiene lugares increíbles y recomendables para visitar.
- Día 3. Valle de los Templos de Agrigento, Villa Romana del Casale y llegada a Taormina.
Y lo encontramos, caro porque era un coche con conductor que nos llevó de lado a lado de la isla en un día algo agotador, pero bien medido para las dos visitas.
Así, saliendo a primera hora de la mañana desde Palermo llegamos a Agrigento y tuvimos tiempo de sobra para visitar los templos con calma.
Tras la visita, volvimos al coche y viajamos hasta Piazza Armerina, en cuyas afueras se sitúa la increíble Villa Romana del Casale, una de las visitas culturales que más me ha sorprendido en mi vida viajera.
Allí comimos en un sitio realmente cutre antes de realizar la visita, aún recuerdo lo mala que era la comida y las moscas que había por todas partes. Espero que esto lo hayan solucionado en los últimos años.
Ya a la caída de la tarde llegamos a nuestro hotel de Taormina, el Villa Carlotta, ideal para relajarnos y descansar de la paliza del día. Solamente con la vista que había desde las terrazas, ya merecía la pena llegar hasta allí.
- Día 4. Visita a Taormina sin prisa pero sin pausa.
Este fue el día más descansado del viaje, ya que optamos por aprovechar el hotel al máximo, eso sí, sin dejar de visitar la bella Taormina (lo que se hace en un tiempo relativamente corto).
Tras un buen desayuno mirando al mar, nos dimos un chapuzón en la piscina panorámica y nos marchamos de paseo para conocer la ciudad. Nos encantó aunque quizás la recuerdo como demasiado turística. Callejeamos y nos acercamos al teatro griego y después paseamos por todo el centro histórico de la ciudad asomándonos a los miradores que íbamos encontrando.
Aunque era septiembre aún hacía bastante calor así que tras otro baño por la tarde, disfrutamos del ambiente del Corso Umberto y de un combate de boxeo al aire libre ante la multitud que, de paso, aplaudía a unos novios que salían de la iglesia de al lado. Estas cosas sólo pasan en Sicilia.
- Día 5. Mañana en Taormina y traslado en tren a Siracusa, primera impresión.
Este fue un día algo perdido porque tomamos el tren para Siracusa después de comer y lo recuerdo con cierto disgusto, ya que tardó el doble de lo previsto por una avería técnica, con lo que llegamos bastante tarde a Siracusa.
A cambio, cuando salimos de nuestro hotel para pasear de noche por la ciudad, el impacto fue tremendo al llegar a la magnífica Piazza del Duomo, casi vacía y oscura en contraste con los bellísimos edificios del barroco siciliano que la conforman.
- Día 6. Neápolis griega y Ortigia, patrimonio y belleza a raudales.
Siracusa tiene dos partes claramente diferenciadas y esa mañana nos fuimos andando (éramos optimistas pensando que estaba más cerca del hotel) hasta la Neápolis griega, una auténtica joya arqueológica en la que descubrir restos arquitectónicos variados y alguno magnífico, como el teatro griego.
Tras un buen rato de intenso calor, nos marchamos hacia Ortigia, el centro histórico junto al mar, barroco y excesivo que tan lleno de bellas calles está y que ofrece al visitante lugares como el Duomo o una ribera (lungomare en italiano) ideal para pasear.
El tener el hotel junto al mar nos permitió también refrescarnos tras un intenso día de calor antes de volver a Ortigia para cenar y disfrutar de su belleza nocturna.
- Día 7. Valle de Noto, aunque sólo visitamos Ragusa (pudimos hacerlo mejor pero más caro).
Cuando montamos el viaje pensamos que podríamos ir en transporte público a más de una población del Valle de Noto. Ahora, varios años después, sí hay un tren que en temporada alta te lleva de una localidad a otra, pero entonces no.
Así que tomamos un autobús que hacía la ruta hasta Ragusa-Ibla en el que subían escolares cada dos por tres y que paraba cada cinco minutos. ¡Tremendo! Así que nuestro gozo en un pozo, ya que nos quedamos con las ganas de Modica y Noto. Sí aprovechamos al máximo Ragusa, repartiendo el tiempo entre las dos poblaciones que la conforman.
Gracias a la estupenda información de la señora que había en la oficina de turismo, supimos de los horarios de tren para volver a Siracusa y pudimos visitar Ragusa e Ibla (ambas son sólo una población dividida en dos zonas) con tranquilidad. De no poder hacer más trayecto, por lo menos merecía la pena hacer la primera y única parada bien y con calma.
Por la noche, ya en Siracusa, nos despedimos de la Piazza del Duomo, esperando poder volver algún día.
- Día 8. Regreso a Palermo con lluvia y visita a otras zonas de la ciudad
Este día empezó con nubarrones sobre nuestras cabezas mientras desayunábamos y la borrasca nos acompañó en el autobús de vuelta a Palermo, descargando al llegar en una especie de gota fría increíble que atascó toda la ciudad con una riada incontrolable.
Nuestro segundo hotel palermitano estaba en la zona de Vía della Libertà, así que cuando escampó y nos secamos tras la lluvia que nos había calado de camino al restaurante, salimos a recorrer lo que días antes no habíamos conocido: el Teatro Massimo, la Piazza Castelnuovo y llegamos de nuevo caminando hasta los Quattro Canti y la Fontana Pretoria. ¡Teníamos que disfrutar de nuevo de ese bello centro histórico!
- Día 9. Paseo matinal y vuelta a España pensando en regresar.
Nuestra última mañana siciliana la pasamos paseando tranquilamente, haciendo alguna compra de artesanía de última hora y comiendo pronto para luego ir al aeropuerto y regresar a España.
Nos enamoró Sicilia, sus paisajes y contrastes, su gastronomía, su mezcla exuberante de lo árabe y lo normando, lo griego y lo romano. Y también se nos quedó corta la visita: nos perdimos Monreale, Selinunte y Sagesta, así como Módica y Noto. Es una isla única, bella y poco conocida a la que pensamos volver para visitar todo lo que podamos, disfrutando tanto o más que esta primera vez.
Vaya que si fue un gran recorrido, conociste muchos lugares emblematicos y magicos, me guto mucho la parte arqueologia, yta que conocer como vivian nuestros antepasados me parece fant{astico.
ResponderEliminarSaludos,
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