15/2/18

Santuario de Itsukushima en Miyajima

El Santuario de Itsukushima en la isla de Miyajima es una de las imágenes más famosas de Japón. La presencia imponente de su torii gigante flotando sobre el mar compone una imagen de gran belleza, considerada como uno de los paisajes más hermosos de Japón.

Hoy os traigo aquí lo que podéis encontrar en este lugar sagrado y lleno de magia.


Visitando el Santuario de Itsukushima y su torii gigante


Gran Torii en Miyajima


Para llegar al santuario de Itsukushima hay que tomar el tren desde Hiroshima. El recorrido es breve (a apenas 8 paradas); después y siguiendo las indicaciones llegaremos desde la estación de ferrocarril hasta el puerto de ferrys.

Es este el medio de transporte que nos llevará hasta la isla de Miyajima o "Isla del Santuario". Al llegar al destino ya sabremos qué dirección tenemos que tomar, ya que habremos visto desde el ferry el impresionante torii según nos vamos acercando.


Ferry a la isla

El Santuario de Itsukushima forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 1996 y su imagen está en la retina de todos nosotros, hayamos viajado o no a Japón.

Como se ha hecho tan famoso, si queremos disfrutarlo con tranquilidad habrá que madrugar y más si te vas a acercar desde algún lugar algo lejano, como fue nuestro caso. Nosotros lo visitamos en un día ida y vuelta desde Kioto.

Gente alrededor del torii marea baja

Al llegar a eso de las 11 de la mañana, el torii se podía ver en toda su inmensidad ya que había marea baja y, como se ve en la foto, los visitantes se acercaban hasta sus pies.

Miyajima es una isla sagrada desde tiempo inmemoriales. Gracias a la belleza del lugar fue elegida como morada por la diosa Ichikishima Hime y para recibirla como ella merecía se levantó el santuario en el 811.

Los edificios sufrieron daños en distintos incendios durante el siglo XIII y fueron reconstruidos. La pagada se construyó en 1533 y el famosísimo torii es una reconstrucción de 1875.

Pasadizos del Santuario

Además de las mencionadas pagodas y de las diferentes estancias (como el salón Honden o el oratorio Haiden), hay un curioso museo con interesantes piezas de arte japonés.

El recorrido a través del santuario se hace sobre plataformas elevadas, lo que hace que parezca que flota, igual que el torii, cuando sube la marea.

Ofrendas en el santuario




Vista del santuario

Conviene acercarse paseando hasta el torii o por lo menos hasta el final de la plataforma o altar ritual que hay delante de él. Sus impresionantes dimensiones y la obra de ingeniería que supone, ya que aguanta mareas, oleajes etc. no dejarán de sorprendernos.

El color tan peculiar, bermellón, sirve para alejar a los malos espíritus. Sin duda una presencia imponente en un paisaje mágico.


Vista con marea baja

Nada más llegar a Miyajima te darás cuenta de que los ciervos campan a sus anchas, igual que en Nara. Según el sintoísmo son mensajeros de los dioses y son protegidos con medidas como la de no haber perros en la isla (esto fue así hasta 1958).

Ciervos en Miyajima

Al acabar la visita al santuario comimos en un pequeño restaurante tradicional. Ya eran casi las 4 de la tarde cuando tomamos el ferry de regreso y, como queríamos hacer una visita corta a Hiroshima, nos quedamos con las ganas de tomar el funicular que lleva a la cumbre del monte Misen y que ofrece una vista preciosa de la isla.

El santuario abre entre las 6:30 y las 18:00 horas, así que te puedes organizar bien la visita desde Hiroshima. Lo ideal sería dormir allí y ver el atardecer y el amanecer en un sitio tan especial.

¿Merece la pena ir desde Kioto en el día? Todo es relativo y depende de lo que queramos. Desde mi punto de vista, el haber hecho esta visita en el día y además siendo la última jornada de Kioto supuso que ya estábamos algo cansados y no la disfrutáramos tanto.

Que sí, que el paisaje es único y muy singular pero, sinceramente, para una excursión de un día me parece algo paliza. Tras haber visitado innumerables templos y santuarios, este de Itsukushima nos pareció menos interesante, salvo por la presencia del mar y del paisaje.

Así que, si vais, que sea para dormir allí (o en Hiroshima), a menos que estéis dispuestos a una soberana paliza desde Kioto. Luego, como siempre, hay que sopesar las fechas, el calor o el frío y las particularidades de cada uno.

Corredores en el santuario


A día de hoy quizás hubiera preferido acercarnos a Osaka, a la que renunciamos por Miyajima. Pero, repito, todo va en gustos y es opinable. Viajar supone en muchas ocasiones hacer renuncias a favor de un lugar u otro.

Precio del santuario: 300 yenes.
El ferry pertenece a la compañía JR, así que, si tenemos el Japan Rail Pass, no tenemos que pagarlo. El último regresa en torno a las 22:00.



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