Florencia en 10 visitas
El Duomo
La obra maestra del Renacimiento italiano en la que intervinieron grandes arquitectos (desde Brunelleschi pasando por Pisano o Ghiberti), bien merece ser la primera parada en nuestra visita a Florencia.
Hay que tener en cuenta que visitarla lleva su tiempo, ya que es grande y llena de arte en cada esquina. Además de la propia Catedral, se puede subir al Campanile y visitar el Baptisterio. En el Museo della Opera del Duomo se encuentran elementos originales de las fachadas de los tres edificios y también maquetas y estatuas que en su momento fueron propuestas pero que finalmente no se utilizaron.
La Piazza della Signoria y el Palazzo Vecchio
La piazza es una de las más bellas de Europa y acoge todo un museo viviente de edificios llenos de historia y obras escultóricas importantes. Os recomiendo tomar un café tranquilo en alguna de sus terrazas para ver pasar la ciudad y disfrutar de ella.Después acercaros a visitar el Palazzo Vecchio, que fue primero municipalidad y luego sede del ducado de la ciudad hasta su traslado al Palazzo Pitti. Es todo un compendio de estancias magníficas que dan buena nota del poder que tuvo la ciudad.
La Galería degli Uffizi
Todo un recorrido por la historia del arte italiano. Eso sí, compra las entradas con antelación si quieres evitar largas colas y quedarte con las ganas de verlo.
El Ponte Vecchio y la ribera del Arno
Se trata sin duda del emblema de la ciudad, junto con la cúpula de Brunelleschi, y conviene pasar por él en nuestros trayectos turísticos así como verlo en la distancia de día y de noche. Acoge infinidad de pequeñas tiendas, casi todas joyerías, y antiguamente todavía estaba más lleno de casas adosadas a él.
La ribera del Arno ofrece también un buen motivo para pasear tranquilamente y admirar a lo lejos casas señoriales, cúpulas de iglesias y el paisaje de colinas que rodea la ciudad.
La basílica de Santa María Novella
Con una fachada impresionante, rediseñada por Alberti en pleno Renacimiento, la basílica de Santa María Novella es una de las joyas del Renacimiento italiano y está justo al lado de la estación de ferrocarril.
Si la recorremos como se merece, es decir, con calma, disfrutaremos de la Capilla Strozzi y sus frescos de Filippino Lippi; de la capilla Tornabuoni y los de Ghirlandaio; y en la nave de la izquierda la magnífica "Trinidad" de Masaccio, quien aplicó en este fresco los elementos básicos de la pintura renacentista (perspectiva, mesura, realismo...), convirtiéndola en paradigma.
Las tumbas Mediceas en la iglesia de San Lorenzo
En el centro del bullicioso mercado matutino del mismo nombre se levanta San Lorenzo, una iglesia de tosco exterior e increíble interior. La entrada a la Sacristía Nueva, donde se hayan las tumbas, hay que buscarla por el lado opuesto a la entrada de la iglesia (está señalada).
La magnífica obra bicolor y escultórica es de Miguel Ángel, quien desarrolló todo un programa iconográfico para rendir tributo a los Médici, eso sí, inacabado.
La Capella Brancacci en la iglesia del Carmine
Merece la pena acercarse hasta esta pequeña iglesia de Oltrarno aunque sólo sea para contemplar una joya de la transición pictórica del Medievo al Renacimiento: la Capilla Brancacci. El paseo, además, nos acercará a un barrio mucho menos turístico pero lleno de atractivos.
Piazza y Basílica de Santa Croce
Con esta plaza del centro de la ciudad sucede algo parecido a la de la Signoria: tanto esplendor abruma. Así que mejor tomarlo con calma y descansar mirando la plaza desde los escalones de la basílica.
Santa Croce, iglesia franciscana, es espléndida por el contenido artístico que tiene y por el continente. Es uno de los templos más grandes de Florencia y hay que señalar que los revestimientos son modernos, del siglo XIX, aunque se hicieron imitando el gótico del siglo XIV. Esta iglesia acoge las tumbas de algunos italianos ilustres, siendo ellas mismas obras de arte: Miguel Ángel y Galileo Galilei reposan aquí.
La subida a San Miniato al Monte
La recomiendo para andariegos y curiosos. Unos y otros podrán no sólo hacer ejercicio, sino además ser recompensados en su esfuerzo con una impresionante vista de la ciudad desde lo alto. La pequeña iglesia es una joya del románico toscano y se levantó en el siglo XII. Por el camino a San Miniato se pasa por el celebérrimo Piazzale Michelangelo, donde se toman las vistas más clásicas de Florencia.
Hola Cris,
ResponderEliminarMuy buenas tus recomendaciones de una ciudad que hay que visitar al menos una vez en la vida. Creo que no conozco la iglesia de San Lorenzo, y si tiene tumbas de Miguel Angel es motivo suficiente para verla. Para la próxima anotada queda :)
Un abrazo.
¡Claro! Las tumbas de San Lorenzo, entre el jaleo del mercado del mismo nombre, son memorables. Como tantas cosas en una de las ciudades más hermosas (y más turísticas).
EliminarUn abrazo.