9/10/23

Hotel Alma Pamplona

El hotel Alma Pamplona es una de las mejores opciones de alojamiento en la capital navarra. Este verano hemos pasado unos cuantos días en este estupendo hotel, próximo a la ciudad y rodeado de naturaleza. Sin duda un lugar para descansar y contar con la mejor gastronomía.


Alma Pamplona: relax y gastronomía en la capital de Navarra


Si hablamos de localización, conviene decir que el Hotel Alma Pamplona no está en el centro de la ciudad. Esta puede ser la única pega "a priori", sobre todo si vais sin coche (como fue nuestro caso). Sin embargo, lo que puede ser una desventaja se convierte en un privilegio cuando descubres ese emplazamiento apartado y te asomas a los exteriores del hotel. 

El Alma Pamplona se encuentra justo antes de la rotonda que lleva hasta Burlada, una población asimilada como barrio de la ciudad. Si vas en taxi desde el centro llegarás en pocos minutos, según la densidad de tráfico. Si decides darte un paseo será cuesta arriba y entre árboles para llegar a la Plaza del Castillo y te llevará unos 20-25 minutos. A nosotros que nos gusta andar no nos supuso demasiado esfuerzo, salvo la leve lluvia que cayó un par de veces. La vista por el paseo es además muy bonita ya que vas viendo el perfil de la ciudad de Pamplona según te acercas a ella. 



Hotel Alma Pamplona


El aspecto de la fachada principal del hotel no dice mucho, salvo en sus líneas puras y rectas. Digamos que es más bien serio. Todo cambia al pasar por la puerta. Los ventanales se abren entre los muros lisos y te hacen partícipe del bonito jardín y la campa que se extiende justo detrás. El verde entra por todas partes, igual que la luz, con la sierra de Aralar de telón de fondo.

La atención en recepción es atenta y relajada; no hay prisas y merece la pena recrearse en los elementos decorativos artísticos que cuelgan en las paredes. Las flores frescas y la tenue iluminación hacen el resto. 


Hotel Alma Pamplona


Nuestra habitación se encontraba en la segunda planta y el pasillo de acceso era largo y sutil. La cosa cambiaba al entrar en la habitación. Grande, próxima a los 50 metros cuadrados, cálida a pesar del uso de materiales oscuros y de nuevo con el verde entrando a raudales. Verde en la alfombra del rincón de lectura y verde a raudales por los ventanales.

La zona del baño se encontraba nada más entrar, separada por un murete del resto de la habitación. Doble lavabo y bañera por un lado y por otro, ducha de lo más agradable y wáter. Un gran módulo de corte minimalista separaba el dormitorio del armario- vestidor y la zona de lectura con dos sillones y cafetera a mano era ideal para contemplar el exterior y relajarse. 

Un amplio balcón, con zona de descanso, se abría al jardín de aromáticas y al verde del césped. Desde él se podía apreciar la estructura arquitectónica del edificio y las habitaciones con pequeño jardín-terraza de la primera planta. Lujo sutil por todas partes, sin oropeles ni florituras pero lleno de detalles que hacen confortable tu estancia como el hecho de poder cerrar perfectamente los ventanales dándole a un botón; o la calidad de la ropa de cama y de la lencería de baño. 



Hotel Alma Pamplona




                                                                                   
Hotel Alma Pamplona


Tras descansar de todo lo que podemos visitar en Pamplona conviene hacer una parada en el jardín del hotel Alma Pamplona. Este se extiende junto al restaurante proporcionando una bonita vista al atardecer. Hay una terraza disponible para leer al fresco ( no es la única, hay más que hay buscar curioseando en el hotel). Junto a ella podemos disfutar de unos cuantos maceteros grandes en los que hay plantadas innumerables aromáticas y verduras y frutas utilizadas en los menús del restaurante La Biblioteca. El chef Leandro Gil reinterpreta de múltiples maneras la riqueza de la huerta navarra. 


Hotel Alma Pamplona

 
El aspecto gastronómico es un plus para todos los amantes de la buena mesa que se alojen en hotel Alma Pamplona. Nosotros cenamos algo ligero la primera noche y nos dimos el gusto de tomar los desayunos gastro que destacan por la gran calidad de sus productos. Todo lo que podáis imaginar está a vuestra disposición para iniciar el día con energía y de manera saludable. Productos frescos y hechos en casa: yogures, bollería, charcutería, tortillas riquísimas etc. El restaurante se pone en marcha desde primera hora de la mañana para disfrute del huésped. 


Hotel Alma Pamplona


Como colofón a la apacible y relajante estancia en el hotel Alma Pamplona no puede faltar una visita al spa. Lo visitamos todos los días, a diferentes horas ya que tiene un horario muy amplio y siempre había muy poca gente, lo cual lo hacía aún más relajante. 

Sin duda, nuestra experiencia en el hotel fue excelente y no fue inconveniente ninguno la corta distancia al centro de la ciudad. Hay veces que estos paraísos merecen tanto la pena que conviene disfrutar de ellos y "sacrificar" un poco la localización.  Así nos ha sucedido con el hotel Landa en Burgos y a partir de este verano con el Alma Pamplona.

 
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Lo mejor del hotel Alma Pamplona: todo, aunque quizás el precio de los desayunos sea algo elevado.

Lo peor del hotel Alma Pamplona: el paseo al centro, si no nos apetece caminar demasiado.


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