2/3/20

Hotel Landa, Burgos

Siempre en un placer viajar a Burgos, y más si el alojamiento es tan espectacular y singular como el hotel Landa, nuestro lugar de reposo en la ciudad.

Pocos hoteles españoles han sabido mantener la calidad a tan alto nivel, tanto gastronómico como hotelero, a lo largo de los años. Así que no pudimos elegir mejor. Aquí os dejo nuestra experiencia.



Dormir en el hotel Landa


Hotel Landa Burgos entrada


El hotel Landa hunde sus raíces en una tradición hostelera familiar y en la década de los 50 del siglo XX. El origen se encuentra en un pequeño restaurante de carretera, situado a dos kilómetros de Burgos y destinado a los viajeros que iban por la nacional Madrid-Irún.

No había muchos lugares en los que parar y comer bien, así que la mano de la familia Landa aseguraba el éxito. Ellos ya habían bregado en lides gastronómicas con restaurantes en Madrid y la gestión de La Perla en San Sebastián.

En ese 1959 se encuentra el origen de este establecimiento que ha ido creciendo con los años, tanto en servicios como en instalaciones; manteniendo la esencia y el gusto por el buen hacer.

Cuando llegas al hotel Landa tienes que estar atento ya que las indicaciones en la autovía son más poco visibles. Nosotros nos lo pasamos y ya fue en un segundo intento cuando vimos que el torreón medieval característico asoma entre los árboles y enseguida está la salida.

Vamos, que se encuentra junto a la autovía, pero el ruido no te llegará a ese remanso de paz y buen gusto que esa el hotel Landa.

Hotel Landa Burgos entrada en el torreón


¡Ah del castillo! Esto es lo que dan ganas de decir a las puertas de la enorme torre medieval del siglo XIV tan característica del Landa. Por ellas se entra a este mundo exquisito y peculiar. 

En esta torre se encuentra la recepción, siempre atenta y amabilísima, y la escalera que lleva a las habitaciones, así como la entrada de huéspedes en el restaurante y un gran salón de techos altísimos y muchos detalles.

Es fácil esperar, lo que sea, en este hall-estancia palaciega que es la torre del Landa. Y en ella, además se encuentran varias de las 37 habitaciones del hotel.


Hotel Landa Burgos nuestra habitación


Nuestra habitación se encontraba en el ala más nueva, aunque en ningún momento se pierde la esencia de este hotel de clásicas intenciones. Amplios espacios, con recibidor repleto de armarios, un baño espectacular y un dormitorio con camas de buen tamaño y altura considerable.

Estar en un ambiente tan clásico decorativamente hablando tiene su encanto, y más cuando todo lo que puedes pedir de un alojamiento actual está más que servido en el Landa. Hay un wifi estupendo, carta de almohadas, aire acondicionado, balcón con vistas al jardín y a la maravillosa piscina, un baño  muy especial, servicio de cobertura cada noche etc.

¿Se puede pedir más? Pues por pedir que no sea...



Hotel Landa Burgos baño


Exactamente, mira que me gustan los baños de los hoteles. Y este baño, lleno de detalles y de buen gusto me encantó. Con doble lavabo, bañera y ducha separada, zapatillas, albornoces y productos de acogida de Molton Brown, Acqua di Parma o Penghalion´s hará las delicias de los más sibaritas. 

Hotel Landa Burgos productos de acogida


Pequeños detalles de nuevo, como las esponjas que crecen al contacto con el agua y que vienen tan bien. A mí siempre se me olvida llevar esponja en los viajes y para una escapada corta no hay problema, pero al cabo de los días prefiero usarla. En el hotel Landa no tendrás problema.

Hotel Landa Burgos detalle recepción


Otra de las joyas del Landa, y como veis ya van muchas, es la piscina. O para ser más precisa, las piscinas, ya que hay una exterior y otra interior. La primera se ubica en el bonito jardín en el que da gusto tumbarse a leer en las largas tardes de verano. 

Tuvimos suerte en cuanto al tiempo ya que en Burgos no suele hacer demasiado calor y el que hubo esos días de julio nos permitió el doble chapuzón.

Porque si agradable es la piscina exterior, más aún lo es la interior que está abierta todo el año. Enmarcada en un entorno abovedado de estilo neogótico, bañarse entre tracerías y al calor de la chimenea mientras nieva fuera, debe ser un lujo a tener en cuenta para otra escapada invernal. 

Sea como fuera, nosotros lo hicimos todas las tardes, al volver de nuestros recorridos turísticos, y la verdad es que se convirtió en una de nuestras piscinas de hotel favoritas.

Hotel Landa Burgos piscina


Si hasta aquí ya entran ganas de volver, el aspecto gastronómico, tan importante en un hotel, en el Landa está sobradamente aprobado y con nota alta. 

Son míticos entre los viajeros al norte de España los desayunos del Landa. Desayunos que puedes tomar a cualquier hora, a la carta o con precio cerrado.

Sólo tienes que acercarte a la barra y elegir entre los dulces del aparador, exquisitos y con merecida fama, o atreverte con unos huevos fritos con morcilla. En la cafetería con trazas de cocina medieval y de taberna de los Países Bajos o en la preciosa galería (si eres cliente del hotel).

Nosotros cenamos dos noches a base de esas delicias y los desayunos daban para mucho, así que nos costaba ponernos en marcha. 


Hotel Landa Burgos cocina antigua en la cafetería del Landa


Por lo demás, si es que no ha habido suficiente, quedaría mencionar la bonita plaza en la que puedes pasear o tomarte una copa. Y en la que además hay instalada una tienda exquisita en la que comprar la bollería del Landa o el aroma del hotel, que te aseguro es riquísimo. Yo me traje una vela; tenía que traerme algo de recuerdo de este pequeño paraíso burgalés.

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Lo mejor del Hotel Landa de Burgos: todo él, es muy difícil elegir.

Lo peor del Hotel Landa de Burgos: no es barato, pero la calidad que ofrece está sobradamente compensada. Lo malo es tener que irse.






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