El Montebelo Vista Alegre Ilhavo Hotel es de esos establecimientos que tanto me gustan porque cuentan una historia de muchos años.
En nuestra última escapada antes de acabar el año 2019 hemos visitado Aveiro y nos hemos alojado en este maravilloso hotel del que ahora os voy a hablar.
Dormir en el Montebelo Vista Alegre Ílhavo Hotel
Llegamos al hotel cuando ya se había hecho de noche en esa zona de Portugal. Llama la atención el tamaño del lugar de Vista Alegre, especialmente cuando se hace de día y lo puedes apreciar con claridad. No me extraña nada el nombre de este sitio luminoso y cercano al río Boco. La playa tampoco se encuentra lejos y la humedad del ambiente le da una sensación irreal de noche y templada en días como los de diciembre pasado.
El hotel Montebelo Vista Alegre es parte desde su inauguración hace tres años del emblemático recinto formado por la fábrica de cerámica, referente de Portugal, del mismo nombre. El complejo de Vista Alegre está compuesto por el antiguo palacio de los fundadores, el hotel nuevo, la fábrica, el museo y la antigua capilla.
Merece la pena no sólo alojarse (en la parte antigua o en la nueva) sino también hacer el recorrido museístico y visitar la capilla de un barroco exacerbado y que data del siglo XVII.
El llamado Palacio de los Fundadores es un edificio de corte sencillo de tres plantas al que se accede por un jardín anexo a la capilla o bien por una escalera de caracol de diseño contemporáneo que une el antiguo palacio con el hotel de nueva planta.
A través de las diferentes estancias del palacio nos quedan claras dos cosas: la importancia de la luz en un establecimiento abierto a la naturaleza de la ría y el valor decorativo de la cerámica en un lugar, Vista Alegre, en el que no podía ser de otra manera.
La habitación que nos habían asignado no podía ser más bonita. Era la suite del Palacio de los Fundadores antes mencionada, la habitación número 1.
La suite es espectacular y cuenta con salón, dormitorio, despacho, un amplio corredor y un precioso baño con bañera exenta, productos de acogida de Castelbel y detalles cerámicos en lavabo, espejo, suelo etc.
Perfectamente insonorizada y a buena temperatura, la decoración de la suite es acogedora con su toque antiguo en la lámpara del salón, la bañera o los estucos del techo, pero también cuenta con buen wifi, productos de calidad, albornoces y zapatillas y todo lo que podáis imaginar en un hotel de cinco estrellas.
Las ventanas de la suite se abren al pequeño jardín de la entrada y está lindando con la impresionante capilla de Nuestra Señora de la Peña de Francia.
Pasear por el antiguo Palacio de los Fundadores es ver pinturas delicadas en la pared haciendo alusión al lugar de Vista Alegre en el que se fundó la fábrica de cerámica en 1824 por José Ferreira Pinto Basto. Un hombre emprendedor que puso el granito de arena inicial para los logros que han llegado a 200 años después.
La cerámica es el hilo conductor de todo el Montebelo Vista Alegre Hotel y así podemos encontrar detalles decorativos en las habitaciones, los pasillos, los vestuarios del spa o la entrada del restaurante.
En recepción nos sorprende la instalación realizada con diversas vasijas y tazas, y en el restaurante, una bonita combinación de platos adosados a la pared nos dan la bienvenida al espacio gastronómico del hotel.
En el ala nueva, que consta de tres plantas, se sucede el homenaje a la cerámica de Vista Alegre: en la primera planta con los moldes de fábrica, en la segunda con las mayólicas sin vidriar y en la tercera con la cerámica ya vidriada.
El restaurante, como todo el hotel, goza de unas vistas impresionantes sobre la ría y luz a raudales que entra por unas ventanas enormes. Nosotros cenamos allí y no podíamos imaginar la maravilla que al día siguiente disfrutaríamos a la hora del desayuno.
En el aspecto gastronómico se cuida al máximo la atención al cliente y al producto de esta zona de Portugal. Podrás probar platos tan típicos como la anguila frita, el carpaccio de pulpo o el bacalao a la parrilla.
También hay menús infantiles y platos destinados a clientes vegetarianos. Si eres goloso no puedes dejar de probar el dúo de mousses, creo que podríamos haber repetido varias veces. ¡Qué rico estaba!
Otro plus del hotel es sin duda su zona de piscinas cubiertas y de spa. Abierta en amplio horario, puedes ir a descansar un rato tras las visitas a Aveiro. En el exterior una lámina de agua paralela al río promete placeres veraniegos en época estival.
Tuvimos, además, la suerte de contar con Don António Machado, el director del hotel, quien nos mostró las dos alas, nos guió por la espectacular suite del edifico moderno y en definitiva, supo transmitirnos la pasión por un proyecto que une hostelería y una marca de prestigio que conoce muy bien y en el que está involucrado desde el principio.
Nos mostró Don Antonio muchos de los secretos del Montebelo Vista Alegre Hotel, desde la Fuente Carapichel y sus aguas de propiedades sanadoras, pasando por la sutil técnica de la manufactura de la cerámica o el cuidado decorativo en cada estancia del hotel. La naturaleza forma parte del lugar de Vista Alegre e inspira muchas de las creaciones de cerámica que se pueden ver en el Museo.
De todas las cosas que pudimos ver en este quizás lo más interesante fue observar la técnica de decoración a mano de unos espectaculares platos con motivos vegetales.
Es admirable la labor artesanal de incalculable valor que realizan los artistas que decoran y moldean las piezas una a una. Con pulso firme y trazos sutiles de color y de tinta poco a poco van surgiendo esas decoraciones que quedan fijadas en los hornos.
Dos de los antiguos hornos se pueden visitar y así os quedaréis tan sorprendidos como nosotros ante su imponente tamaño y el vidrio que se ha ido pegando a sus paredes interiores a través del proceso químico de fijación.
El Museo, ideado y museilizado por el Museo Nacional de Arte Antiga de Lisboa, nos lleva desde los orígenes de la marca, con ropajes, cuadros y objetos del fundador y su familia, pasando por las primeras creaciones, el modo de vida de los trabajadores de la fábrica (con su escuela, parque de bomberos, banda de música etc) a través de fotografías y por los diferentes objetos decorativos fabricados que van más allá de las conocidas vajillas.
Hoy en día Vista Alegre pertenece al Grupo Visabeira, un conglomerado al que pertenece también Montebelo Hotels. Estos tienen presencia en Portugal y en Mozambique donde podrás elegir entre varios establecimientos.
Para terminar nuestro recorrido por el Lugar de Vista Alegre fuimos a maravillarnos un rato ante el barroquismo de la capilla de Nuestra Señora de la Peña de Francia, de advocación salmantina, que os dejará de piedra con sus dorados, estucos, retablos, tumbas historiadas a base de recordatorios propios del barroco y hasta una sacristía decorada al fresco de manera colorista.
Tras una cuidada restauración se ha recuperado este espacio histórico del siglo XVII y anterior a la fundación de la fábrica y que hoy en día es solicitado para celebrar matrimonios. No es de extrañar ya que es un lugar tan bello que se ha convertido en monumento nacional. Sin duda una de esas sorpresas a las que nos tiene tan bien acostumbrados Portugal.
Muchas gracias a Montebelo Hotels por habernos invitado a conocer este establecimiento singular y especial cargado de historia y de belleza. Y gracias a Don António Machado por su amabilidad, anecdotario y pasión por un lugar tan especial.
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