Alojarse en Al Cappello Rosso
Cuando reservamos en este hotel, lo hicimos con algunas prevenciones y especialmente por su localización, ideal, si vais a estar en Bolonia. Teníamos dudas en cuanto pudiera ser el típico hotel venido a menos. Pero nada que ver con la realidad.
Llegamos al centro de la ciudad anocheciendo y fuimos andando desde la parada del Aerobus, en un paseo con algo de despiste por mi parte. Había comido en la Osteria del Cappello hace cinco años, cuando estuve con mi familia en Bolonia por primera vez y me desorienté un poco al llegar.
Pero vamos está justo detrás de Piazza Grande y sólo hay que torcer a la derecha en la esquina del Palazzo D´Accursio y de nuevo torcer a la izquierda en la calle de Fusari. Allí, en esa pequeña calle se encuentra nuestro Al Cappello Rosso.
El check-in fue rápido y nos asignaron una habitación más grande de lo previsto, la habitación "Cheap". El hotel ha ido evolucionando a lo largo de los años y así ha sido en las nuevas habitaciones del hotel que se han aliado con los eventos culturales de la ciudad de Bolonia.
Las entidades que han colaborado en la creación de estas habitaciones singulares y reformadas son entre otras el Teatro Comunale, el Cinema Ritrovato Festival o la Fundación Cineteca de Bolonia.
Nuestro cuarto, decorado con cartones de manera original y creativa se llama "Cheap" haciendo referencia al Cheap-Street PosterArt Festival. Hay habitaciones relacionadas con la ópera, el cine, la composición de John Cage (4:33) o los fumetti o cómics.
La austera decoración no debe engañar al huésped ya que todas las comodidades de un alojamiento de cuatro estrellas están presentes en el Al Cappello Rosso.
Encima de nuestras camas había un saquito con detalles de acogida y zapatillas con el consiguiente color rojo-cardenalicio. Pero además contábamos con guías del propio hotel en italiano e inglés, albornoces, productos de acogida de Etro etc.
La habitación estaba perfectamente insonorizada y daba hacia un patio exterior que continuaba la originalidad con esculturas decorativas.
En los pasillos hay libros disponibles, decoración variada en las puertas de las habitaciones (hay que darse un paseo para verlas todas), máquina de hielo y de agua caliente y limpiador de zapatos.
La planta baja cuenta con un acogedor salón decorado con posters del Festival Internacional del Cómic de Bolonia y también hay una zona para tomar café y pastas a cualquier hora. Todo un detalle.
A la hora del desayuno hay que ir a la zona de restaurante en el que se habilitan mostradores con productos de la zona del norte de Italia (quesos y embutidos), cereales, bollería bastante rica, mermeladas caseras, espacio sin gluten etc.
Allí podemos ver el cartel de 1911 en el que se anunciaba la nueva hostería reformada con las comodidades de la época: luz eléctrica, teléfono, salones para eventos. Vamos, una maravilla tecnológica de hace más de 100 años.
El exterior de Al Cappello Rosso es discreto, no desentona de los edificios colindantes en un centro histórico discreto y hermoso como es el de Bolonia.
El precio, cuestión importante, es bastante razonable para un alojamiento tan céntrico y de cuatro estrellas.
Así pues, si vuestro próximo destino es la capital de Emilia- Romagna, cuando podamos viajar, que espero sea pronto (estamos en plena crisis del Coronoavirus), os recomiendo este lugar por histórico, confortable y original.
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Lo mejor del Hotel Al Capello Rosso: la localización a dos pasos casi literales de Piazza Grande.
Lo peor del Hotel Al Capello Rosso: por decir algo, en ese momento no les funcionaba el datáfono y tuvimos que pagar en efectivo.
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