2/4/20

Museo de Aveiro

El Museo de Aveiro es de esas joyas pequeñas y no muy publicitadas que sorprenden cuando entras en ellas y agradeces no habértelas saltado.

Hoy os traigo esta delicatessen que es la visita al Museo de Aveiro.


Visitar el Museo de Aveiro o el Antiguo Convento de Jesús


Pues sí, tras ese nombre algo soso se encuentra el antiguo convento dominico femenino de clausura de la ciudad. A apenas cinco minutos del centro más ajetreado de la ciudad de Aveiro y a pocos pasos de la catedral de la ciudad, este edificio discreto por fuera no llama la atención.

De hecho, fue una visita casual que estuvimos a punto de no hacer. Gracias a leer en un guía sobre él, decidimos que merecía la pena antes de volver a Salamanca, parar un rato allí. ¡Y tanto!

La discreta entrada, sobria y con algún elemento contemporáneo y un carruaje de época te conduce hasta la taquilla. Allí una amable señora, quizás algo sorprendida de nuestra visita, nos indicó por dónde empezar la visita.


Museo de Aveiro iglesia


Este maravilloso convento fue fundado en la primera mitad del siglo XV por Don Brites Leitao y Doña Mencía Pereira y fue elegido por Juana, la hija del rey Alfonso V para profesar como monja dominica.

Allí vivió el resto de su vida en santidad, por lo que fue proclamada santa. Está enterrada en el primer lugar que deja sin palabras en la visita al Museo de Aveiro.




Primera sorpresa: el túmulo de Santa Joana



En el la planta baja del Museo se recorren las estancias más importantes del antiguo Convento de Jesús y la primera que deja con la boca abierta es la dedicada a albergar la tumba de la Santa princesa. 

El túmulo, realizado en mármoles de distintos colores, es creación barroca y fue realizado una vez que Juana fue proclamada santa.



Museo de Aveiro túmulo



Todas las paredes aparecen revestidas de azulejos elaborados a juego y dos ángeles sujetan la corona y el escudo dando buena muestra de la dignidad de Santa Juana.




Segunda sorpresa: la Iglesia de Jesús



Siguiendo el recorrido marcado, se pasa a la Iglesia de Jesús, la segunda y apabullante sorpresa del Museo de Aveiro.

Museo de Aveiro iglesia



La iglesia no deja lugar al descanso visual. Las bóvedas se entrecruzan en un estilo casi fantasioso, mientras los altares barrocos con doseles alternan con cuadros y ventanales. Desde luego es un ejercicio de "horror vacui" portugués.

En los paneles de azulejo se ilustra la vida de Santa Juana y en dos lápidas podemos ver los nombres de los donantes de la iglesia: Francisco Tavares y Joana (Juana) Távora, quiene encargaron la reconstrucción de la iglesia en 1592. Los altares laterales rinden culto a advocaciones dominicas (Virgen del Rosario y Santo Domingo de Guzmán) y a la Santa patrona de Aveiro.

Una puerta de doble hoja daba acceso directo al capítulo del convento. Mirando hacia atrás se perciben sendas celosías, a través de la de abajo se atisba el túmulo que hemos visto antes, mientras que desde la de arriba asistía la comunidad a misa cumpliendo la clausura.


Museo de Aveiro órgano






El órgano, la decoración del techo y cada detalle de esta iglesia que comenzó siendo gótica y acabó de barroco exacerbado dan buena cuenta del poder económico que tuvo el convento gracias a las donaciones de las monjas que ingresaban en él. No en vano fue convento elegido por la hija de un rey.


Volviendo un poco sobre nuestros pasos saldremos a otro espacio singular y que no puede faltar en un convento.




Tercera sorpresa: el claustro


Los claustros, esos espacios de paz que tanto me gustan, ofrecen aquí una versión sencilla para lo que es el Convento de Jesús. La comunidad rezaba, descansaba, paseaba, meditaba o simplemente gozaba de un lugar de esparcimiento que se veía reforzado por el sonido del agua de la fuente del centro, ahora en desuso.


Museo de Aveiro claustro



Desde el claustro se tenía acceso asimismo a la sala del capítulo, al refectorio, a las capillas dedicadas a devociones especiales de la comunidad. La fuente, de creación más tardía que el claustro (que data de la época de la fundación), tiene un gran significado simbólico.

El obelisco del centro representa a Dios, la esfera a Cristo y los cuatro caños a los cuatro evangelistas que divulgan la palabra de Dios, al igual que hacen los caños con el agua.

Se rodea la fuente de asientos en piedra y azulejo. Sin duda debía ser espléndido ver en funcionamiento esta singular obra de ingeniería religiosa.

Tras recorrer la parte de abajo del Convento de Jesús, debemos subir a la primera planta, desde la que tendremos una magnífica vista de la iglesia (por la celosía superior) y podremos pasar a visitar el completo museo. 

Cuando estuvimos allí, había casi más gente trabajando y guardando las salas que visitándolo. Ofrece una colección interesante y diversa de pintura, escultura, mobiliario etc. casi todo proveniente de este convento o de otras instituciones religiosas cerradas.


Museo de Aveiro Santa Joana



El retrato anónimo de Santa Juana que data de la época en la que entró en el convento, nos permite verla poco antes de su profesión con los trajes propios de una princesa de su época. Otra curiosidad que no hay que perderse en esta visita singular.


Sin duda, un museo con sorpresa, tal y como sucedía con el Museo Nacional del Azulejo en Lisboa, otro tesoro portugués, muy recomendable. 


Horarios del Museo de Aveiro

El museo abre entre las 10:00 y las 12:30 y vuelve a abrir de 13:30 a 18:00 horas. 
Los lunes está cerrado.







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