El Cementerio de La Carriona en Avilés es de esas joyas que no puedes pasar por alto y a las que muchas veces llegamos de casualidad.
Así fue hace un par de meses cuando visitamos la ciudad camino de Puerto de Vega. Tomamos un desvío para entrar en Avilés y de pronto, a mano derecha teníamos esta joya de cementerio de la que habíamos oído hablar. Dicho y hecho, muchas veces el viaje nos sorprende y este fue el caso.Aquí os cuento qué podréis encontrar en uno de los camposantos más monumentales y bellos de España.
Visitar el Cementerio de La Carriona en Avilés
El Cementerio de La Carriona pertenece a la Ruta Europea de Cementerios y a la Asociación de Cementerios Significativos de Europa y no me extraña. Tenemos que remontarnos hasta el siglo XIX para conocer su origen. A finales de siglo, en torno al año 1888, Avilés había adquirido importancia gracias al comercio y al puerto y, más adelante, a la minería.
La figura de los "indianos" o emigrantes que fueron a hacer las "Américas" y que en muchos casos retornaron con dinero es importante para Asturias y en concreto en Avilés y en este cementerio decidieron levantar panteones y tumbas propias de su estatus social y económico.
Ricardo Marcos Bausá, arquitecto municipal de Avilés, fue el responsable del proyecto del cementerio de La Carriona que se diseñó en función de los avances del momento. Hoy en día es una sorpresa encontrar este lugar a pocos kilómetros del centro de Avilés, una de esas que te deparan las visitas a la inagotable Asturias.
Contaba el cementerio con capilla, sala de autopsias, osario, conserjería y hasta parte "civil" para los que no deseaban enterrarse según el rito católico.
En el mapa que podemos ver a la entrada y que nos servirá para orientarnos podemos apreciar perfectamente la disposición de planta cuadrada, con la capilla en el eje central y justo en el centro del mismo y una gran cruz griega formada por los dos ejes principales.
Los paneles nos ayudan a orientarnos y a buscar las tumbas principales conociendo sus orígenes y quizás, desentrañando en parte su simbología.
Es en la calle principal donde se encuentran los panteones y tumbas más impresionantes encargadas por las familias avilesinas más importantes. No sólo en vida hay que manifestar el poderío económico y social, es importante dejar para la posteridad el legado artístico que ha convertido al cementerio de La Carriona en un verdadero museo al aire libre.
Conviene darse un paseo tranquilo por el camposanto deteniéndose en lo que más llama la atención y, si tenemos tiempo, parar en el centro de interpretación que profundiza en esos años de esplendor de Avilés, cuando cada familia de indianos, industriales, etc competían por dejar su legado para la posteridad.
Tumba de Armando Palacio Valdés.
Pasamos varias veces despistados ante ella, sin darnos cuenta y buscándola, pero si te fijas verás el retrato del literato en lo alto del monolito construido por Jacinto Higueras en 1941. La mujer doliente con el traje asturiano es Demetria, personajes de "La aldea perdida", una de las obras del autor asturiano que vivió gran parte de su vida en Avilés. Asimismo, se puede ver el siguiente texto:
"Viajero, si algún día escalas las montañas de Asturias y tropiezas con la tumba del poeta, deja sobre ella una rama de madreselva. Así Dios te bendiga y guíe tus pasos con felicidad por el Principado". Sin duda, un bonito homenaje a un autor que ha dado a conocer Asturias en su literatura.
Enterramiento de la Marquesa de San Juan de Nieva.
Esta tumba es de las más espectaculares con su ángel señalando al cielo recordándonos cuál es nuestro destino, siempre y cuando obremos bien en vida. Se reclina sobre el arca funeraria que está cubierta por paños y flores y en la que se adivina una cruz. El rostro es severo y se dice que los ojos estaban compuestos por piedras preciosas que fueron robadas en la Guerra Civil. El cuerpo tiene formas femeninas, mientras que el rostro es mucho más masculino y llevándonos a la duda e incertidumbre propias de no saber qué sucederá en la otra vida. Las esculturas fueron realizadas por Cipriano Folgueras y el monumento data de 1902.
Enterramiento del Marqués de Teverga.
Dicho marqués fue una figura importante en el Avilés de la época e hizo su fortuna a través del Atlántico y trayendo "coloniales" de Cuba. Fue también impulsor del ferrocarril en la localidad, entre otras muchas cosas. Para su morada eterna contó con el arquitecto que diseñó el cementerio, el antes mencionado Ricardo Marcos Bausá y para ello se edificó un templete de cruz latina cubierto por una bóveda de cañón.
Se remataron una torre sobre el crucero de dicho templete y en lo más alto se sitúa un ángel.
Otros panteones e hipogeos
La grandiosidad de este cementerio salta a la vista a la hora de ver el tipo de enterramientos: casi todos son panteones e hipogeos. Estos cuentan con hasta tres plantas y considerable altura y en muchos casos se rememora la antigüedad clásica, como en el caso del que ilustra el post. En otros ejemplos se mira hacia la época del Gótico con tracerías, arcos ojivales y múltiples detalles y siempre aparecen por doquier elementos religiosos como los ángeles (más o menos amigables), las cruces y en definitiva, el recordatorio de que todos vamos a morir.
Eso sí, aquí el descanso eterno está envuelto de elegancia y mucho, mucho arte.
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