5/1/21

Parador de Oropesa, Toledo

El Parador de Oropesa se divisa varios kilómetros antes de llegar a esta localidad toledana situada a escasos kilómetros de Extremadura y de Castilla y León. Un triángulo y cruce de caminos que lo han hecho como hoy lo podemos disfrutar. Sin duda es uno de los paradores que más mantiene su esencia histórica y tras Gredos, el segundo en abrir sus puertas en 1930.


Dormir en el Parador de Oropesa


Como sucede en la historia de Paradores, muchos de ellos han sufrido innumerables vicisitudes hasta convertirse en Parador. En este de Oropesa tuvo mucho que ver la intervención de Platón Páramo, hombre de singular visión (además de nombre) y boticario de Oropesa, quien vio la necesidad de crear un alojamiento digno en la localidad y pensó en el antiguo Palacio Condal. 

El mismísimo Sorolla se alojó con don Platón cuando fue a pintar para su serie de la Hispanic Society de Nueva York a las mujeres y hombres de Lagartera, localidad que se encuentra a escasos tres kilómetros de Oropesa. El pintor valenciano, hombre de mundo y amigo de Don Benigno de la Vega-Inclán el fundador de Paradores, se asombró del modo de vida de Oropesa. 

Así que, tras la remodelación y rehabilitación del Palacio de los Álvarez de Toledo abrió sus puertas en el año 1930 dando empleo a gran cantidad de habitantes de Oropesa que incluso tenían sus habitaciones en el Parador para dar servicio de 24 horas a los huéspedes.

 

Parador de Oropesa


Fue precisamente Francisco Álvarez de Toledo, quinto virrey del Perú y fundador de Cochabamba el primer dueño del Palacio Condal que se entrevera con el castillo con el que está unido y comparte espacios centrales, torres de origen andalusí y forma un conjunto muy singular. 

El patio ha visto pasar a personalidades como Carlos I, Santa Teresa de Jesús y más recientemente a Sofía Loren y Cary Grant en el rodaje de "Orgullo y Pasión" del que todavía se recuerda que participó gran parte del pueblo como extras.

Es fácil llegar al Parador de Oropesa siguiendo las indicaciones y subiendo las calles hasta la imponente fachada que se abre en un gran arco para pasar hacia el patio antes mencionado. Allí se aparca el coche y tras entrar en la recepción sólo queda seguir las indicaciones para llegar a la habitación.

Parador de Oropesa fachada


La nuestra se encontraba en la planta noble y se llegaba a ella atravesando el gran salón, decorado exquisitamente. Era amplia y contaba con zona de escritorio, armarios empotrados y sofá cama para Javier. El balcón, ligeramente abocinado, daba a la fachada principal y desde él teníamos vistas del pueblo, el jardín bajo nuestros pies y la Sierra de Gredos a nuestra derecha.

En contra de lo que yo pensaba antes de ir (los prejuicios no son buenos), el Parador de Oropesa es de lo más confortable y cálido y eso que estos día de finales de diciembre han sido muy fríos. El suelo aportaba calidez a una ambientación de tonalidades rojas y ocres pensada para ser acogedora sin perder ese toque señorial requerido por el entorno del Palacio Condal. 


Parador de Oropesa


En la planta noble, muy cerca de nuestra habitación hay una sala muy distinguida y más pequeña que el gran salón, por ella se puede acceder a través de una puerta pequeña en una esquina a la celda donde vivió y oró un tiempo San Pedro de Alcántara. Este santo extremeño fue amigo y confesor de Santa Teresa de Jesús y es un privilegio contar en el Parador de Oropesa con este espacio singular que nos ha llegado a través de los siglos. 

Parador de Oropesa San Pedro


Con vistas al patio y con tonalidades velazqueñas el gran salón del piso noble invita a descansar junto a la chimenea, a leer un rato en un sillón o, simplemente a imaginar la historia de este lugar por el que tantas personalidades pasaron. En las paredes, merece la pena curiosear las fotografías de época que nos narran las andanzas del edificio desde principios del siglo XX.


Parador de Oropesa salón

A la hora del desayuno, como estos días de diciembre de 2020 el Parador no contaba con demasiados huéspedes este se servía junto a la cristalera gótica del comedor, justo mirando hacia la Sierra de Gredos. 
También se sustituyó el habitual bufet de Paradores por una bandeja con fruta, bollería, cosas saladas, zumo, etc a la que se podía añadir lo que uno quisiera de la carta de desayunos.

Pocos lugares son más hermosos para desayunar que estos ventanales únicos volcados sobre un paisaje verde con las montañas al fondo. Justo debajo se encuentra la piscina que debe ser de lo más agradable en el calor estival toledano.

La gastronomía del Parador se vuelca en el producto local con platos de perdiz, cordero, carnes de potente sabor y un servicio estupendo.

Parador de Oropesa

Si te animas a conocer esta zona de la provincia de Toledo o la próxima Extremadura, no dudes en quedarte en este maravilloso Parador de Oropesa. Te sentirás transportado a otras épocas en un entorno natural precioso.


Lo mejor del Parador de Oropesa: su emplazamiento en el Palacio Condal y su cuidado ambiente y confort.

Lo peor del Parador de Oropesa: por decir algo, los cuartos de baño de estética algo añeja.


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