Descubrir rincones de Castilla-La Mancha es una de las cosas buenas que nos ha traído la pandemia. Gracias a las limitaciones de movilidad estamos viajando mucho más por nuestra Comunidad y poco a poco conocemos lugares que ni imaginábamos. Así, camino de Almagro, paramos para visitar San Carlos del Valle: el aticano manchego. Parece exagerado pero en proporción es así. Hoy os cuento todo lo que podéis encontrar en este precioso pueblo de Ciudad Real.
Visitar San Carlos del Valle
Si viajas desde el sureste, como nuestro caso, el camino más recto es sin duda por la ruta que hacia La Roda, después Villarrobledo, Tomelloso y seguir hacia La Solana. Una vez que hemos llegado a este último pueblo nos puede quedar la duda de si desviarnos hacia Villanueva de los Infantes (si no la conocéis, os la recomiendo), pero no, debemos tomar la carretera CR-644 que nos lleva hasta San Carlos del Valle.
La carretera no es muy ancha pero el tráfico era escaso, apenas algún tractor cargado de uva en el remolque, eso sí, conviene ir con cuidado para verlos de lejos. Aunque, lo que llamará de pronto la atención es la enorme cúpula que asoma a mano derecha. Esa es la señal inequívoca de que nos estamos acercando a San Carlos del Valle.
San Carlos del Valle tiene su origen en el siglo XVIII, no es de las poblaciones más antiguas de Castilla-La Mancha, y se debe a los planes de Carlos III el gran monarca ilustrado. Al llegar a San Carlos no tendrás dificultad para encontrar aparcamiento y pronto, siguiendo un trazado urbano bastante ordenado, llegarás a la Plaza Mayor, lugar emblemático de San Carlos del Valle y una de las más bonitas y espectaculares que conozco.
La Plaza Mayor tiene el toque manchego popular en toda la balconada que rodea tres lados de la misma. A ella se accede mediante tres arcos de ladrillos rebajados en tres extremos y se articula todo su perímetro con soportales de columnas toscanas que soportan la galería adentellada y las balaustradas de madera que le dan ese tipismo tan característico.
La magnífica fachada de la iglesia cierra de manera monumental la plaza. Fue construida sobre un santuario dedicado a Santa Elena y donde, según la tradición, apareció un Cristo milagroso que había dejado un misterioso caminante.
Se terminó en el año 1729 y llaman la atención a lo lejos la enorme cúpula (de ahí lo del vaticano manchego), las torres con extrañas figuras y la imponente fachada.
La fachada principal se organiza en torno a un gran arco que cobija dos cuerpos. En el inferior se encuentra la portada, entre dos columnas toscanas; el superior dos columnas salomónicas sobre almohadillado enmarcan la escena en relieve de Cristo entre los dos ladrones.
La gran cúpula se encuentra rodeada por cuatro torres rematadas por pináculos y en cada una de ellas aparece una extraña figura antropomórfica de simbología compleja. En el interior destacan los detalles decorativos: rejerías, estucos etc. Se trata sin duda, de un gran ejemplo de barroco tardío que fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1993.
La mañana que estuvimos en San Carlos del Valle había poca gente por la calle. Era un día festivo para los estudiantes castellano-manchegos y por eso aprovechamos para hacer la escapada.
En uno de los rincones de la Plaza Mayor se encuentra el edificio del ayuntamiento de la localidad, además, desde ese rincón se tiene una vista diferente de la iglesia, ya que es uno de sus laterales.
Antes de dar un paseo por el pueblo, que como he dicho antes cuenta con un trazado muy regular y por otro lado es el típico pueblo manchego de casas bajas, reservamos para comer en la Hospedería de Santa Elena, que cierra otro de los lados de la plaza y ofrece alojamiento y un estupendo menú de mediodía.
No cabe duda de que hicimos bien en reservar, ya que cuando fuimos a comer, el bonito comedor ya estaba lleno. Y no es de extrañar, porque el menú de mediodía es muy competitivo tanto en precio (17€), como en calidad con platos imaginativos realizados con un producto excelente. Sin duda un gran colofón para nuestra visita a San Carlos del Valle.
Así pues, si piensas en una escapada castellano-manchega, no dudes en visitar San Carlos del Valle, el vaticano manchego que estoy segura te sorprenderá tanto como a nosotros en nuestros recorridos por Castilla-La Mancha.
Si te apetece dormir en San Carlos del Valle, sigue este enlace y colaborarás con el mantenimiento del blog.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Muchas gracias por dejar tu comentario en Ida y Vuelta.