Iglesia de la Vera Cruz, Salamanca

La iglesia de la Vera Cruz en Salamanca es uno de esos tesoros menos conocidos de la ciudad. Se trata de un pequeño templo en el que hasta hace poco vivía una congregación de monjas de clausura que se marchó en 2017. Ahora, la cofradía de la Vera Cruz, propietaria del lugar y de todo su patrimonio, se encarga de acondicionarlo y adecuarlo para el culto y las visitas. He de decir que es un lugar singular que merece la pena ser visitado.

Visitar la iglesia de la Vera Cruz en Salamanca, una oda al barroco

Si recorremos la pequeña y recoleta calle de las Úrsulas sólo tenemos que seguir un poco más allá, hasta la cruz del humilladero del Campo de San Francisco que se ve al fondo. Allí, a mano derecha se levanta la discreta fachada de Rodrigo Gil de Hontañón de la iglesia de la Vera Cruz. Fue levantada por la cofradía penitencial del mismo nombre en el siglo XVI y remodelada en el XVIII. Esto se nota cuando pasas al interior que contrasta enormemente con la sencilla fachada.

La iglesia se compone de una única nave que se encontraba hasta 2017 cortada en el transepto por una rejería. Detrás de esta se situaban en perpetua adoración las hermanas Esclavas. Éstas, con sus velos blancos, el silencio y la oscuridad de la iglesia hacían de esta iglesia un lugar único. Después, en 2018, la iglesia cerró al culto y las visitas pero comenzó a abrirse de nuevo en 2021 con un horario de fin de semana que enriquece los recorridos turísticos por la ciudad. 

La Cofradía de la Vera Cruz, fundada en 1506, es la dueña y responsable de mostrar, mantener y conservar el rico patrimonio histórico-artístico de la iglesia. Se trata de la única cofradía de la Semana Santa de Salamanca que cuenta con un templo propio. Desde esta iglesia parten y se organizan cuatro de los desfiles procesionales de la Semana Santa de Salamanca y es emblema del patrimonio religioso y procesional. Era tradición visitar los "pasos" días antes de que procesionaran y aún recuerdo la visita con mi abuelo para ver a Boca Ratonera y Culo Colorao, dos de los sayones más amados-odiados de la Semana Santa salmantina. 

Si se visita la iglesia de la Vera Cruz de Salamanca sorprende el interior magnífico y barroco que nada tiene que envidiar a los templos andaluces. Y es que Joaquín de Churriguera, en el siglo XVIII, realizó todo un programa iconográfico y excesivo propio del final del estilo. La nave, con bóveda de medio punto sobre arcos fajones culmina en la cúpula ciega decorada con yeserías y estucos que se eleva sobre pechinas.

A los pies de la iglesia se levanta el coro decorado por una curiosa pintura del siglo XVII relativa al "Juicio de Cristo" en la que se recoge todo el proceso judicial a Jesús en una obra singular con innumerables textos relativos a ese momento de la Pasión. 

El retablo, de Joaquín de Churriguera, data de 1713. Consta de tres calles con profusión de decoración dorada y estofada y está presidido por una imagen de la Inmaculada obra de Gregorio Fernández, realizada en 1620. Desde el año 1520 la Cofradía de la Vera Cruz se fusionó con la de la Purísima, por lo que además de la devoción a la Santa Cruz, la Inmaculada ocupa ese lugar preeminente. En la actualidad, se encuentra en un lateral de la iglesia en vez de en lo alto, en espera de ser sometida a la restauración que necesita. 

En el ático del retablo se puede ver una Exaltación de la cruz atribuida al imaginario José de Larra. La Cruz relicario del Lignum Crucis es una pieza de orfebrería singular que guarda un trozo de la Vera Cruz (Verdadera Cruz) traído desde Roma en el siglo XVII. 

 

El frontal del altar también merece la atención del visitante. Es una pequeña joya realizada con carey y espejo sobre el que se han realizado escenas de la Pasión y de la vida de la Virgen en trono a 1714. La imagen de Jesús Resucitado, que procesiona el Domingo de Resurrección destaca por el estudio anatómico que representa. Es una obra atribuida a Alejandro Carnicero y realizada en torno a 1724. 

A mano izquierda de la cabecera se abre la Capilla de los Dolores. La imagen de la Dolorosa (1718) cuyo corazón está atravesado por siete espadas la preside y aunque no llama la atención por lo bien integrado que está, el retablo y camarín de esta capilla data de 1924 y fue realizado en estilo modernista. 

En el Santo Sepulcro realizado en concha, madera y plata y elaborado en 1678 se encuentra la imagen de Cristo Nuestro Bien, también del siglo XVII y que cada Viernes Santo protagoniza al Descendimiento.

Los grupos escultóricos procesionales que salen el Viernes Santo son algunos de los más emblemáticos de la Semana Santa en Salamanca. "Culo Colorao" y "Boca ratonera" los protagonizan desde siempre, además de Jesús, y son de esos personajes salmantinos que todos sabemos quiénes son. Si se visita la iglesia de la Vera Cruz estarán al alcance de la vista ya que es idea de la Cofradía poderlos admirar siempre sobre sus "pasos".

Sin duda, la visita a la iglesia de la Vera Cruz es de las más curiosas y sorprendentes de la ciudad. Todo su esplendor churriguesco tardo-barroco contrasta con otros interiores más sobrios como el de la cercana iglesia de la Purísima, otra joya salmantina que hay que conocer.