23/12/24

Four Seasons Hotel, Praga

 Si tengo que elegir un hotel de este 2024, sin duda me quedo con el Four Seasons Hotel Praga. Se trata de una de las últimas incorporaciones a la cadena en Europa que en sus escasos años de rodaje se ha convertido un imprescindible en la capital checa.



Dormir en el Four Seasons Hotel de Praga, a la vera del Puente de Carlos


En nuestro último viaje a Praga, este verano de 2024, nos alojamos en dos hoteles diferentes y dejamos para la última noche, tras visitar Karlovy Vary, nuestra estancia en el Four Seasons Hotel de Praga.

Dos de los emblemas de la bonita capital checa son el Puente de Carlos y el Castillo. Pues bien, desde el Puente al hotel hay apenas 50 metros y el Castillo luce sobre Mala Strana y al otro lado del río en las terrazas y algunas habitaciones de este Four Seasons. El hotel ocupa varios edificios entrelazados, uno es contemporáneo, otro neoclásico y un tercero, barroco. 


Four Seasons Hotel Praga


Llegamos a Praga para nuestra última noche procedentes de un tedioso autobús desde la ciudad balneario de Karlovy Vary. Además, eran días de agosto bastante calurosos y la ciudad estaba repleta de turistas por (casi) cualquier parte. 

La llegada al Four Seasons Hotel de Praga fue todo un alivio. A pesar de su céntrica localización es un auténtico remanso de paz y saber hacer.


Four Seasons Hotel Praga


Tras un rápido check-in en inglés y español (la directora y varios trabajadores del hotel son españoles o hispanoamericanos) subimos a nuestra habitación triple que daba a las calles de atrás y a la entrada principal. A pesar de su localización (sin vistas) el ruido era inexistente. Se nota que este hotel ha sido cuidado hasta el más mínimo detalle.

La habitación Deluxe, por eso del espacio para la supletoria, estaba diseñada con cuidado. Dos amplias camas y una supletoria grande ocupaban la mayor parte del espacio. En el escritorio junto a la ventana nos habían preparado unos cuantos detalles de bienvenida a base de palomitas de maíz, zumos, agua, un riquísimo pastel de chocolate y varios tarjetones recuerdo de Praga. 


Four Seasons Hotel Praga


La zona de armarios contaba con todo lujo de detalles: albornoces, zapatillas, paraguas, calzador etc. e innumerables perchas de calidad. Algo que es muy recomendable y que no siempre se encuentra en los hoteles.

El baño, con ducha y bañera independientes también tenía productos exclusivos de Dyptique y los adminículos que uno pudiera necesitar. Como cepillos de dientes, productos de higiene íntima, algodón, cintas para el pelo etc.


Four Seasons Hotel Praga


La entrada del hotel, con varios salones comunicados es pura elegancia. En el restaurante se sirve el magnífico desayuno en el que el personal es extremadamente amable, como en todo el hotel. Pero otra de las joyas de este hotel, tal y como sucedía en el Four Seasons Gresham Palace de Budapest y en el Four Seasons Instanbul by the Bosphorus, es sin duda el pequeño spa.

Este se encuentra en el subsuelo del hotel y se accede a él por un ascensor directo. En la recepción del mismo te explican la carta de tratamientos, te enseñan la pequeña sala de reposo y te llevan a la joyita que es la piscina de chorros con vistas al Castillo y al ajetreo del Puente de Carlos.

Four Seasons Hotel Praga


¿Se puede pedir más? Pues quizás podemos completar la estancia tomando algo en la terraza con vistas al Moldava, dejando pasar el tiempo y recreándonos la vista en la Ciudad Dorada al atardecer. Sin duda una manera única es hacerlo desde esta maravilla de hotel.


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Lo mejor del Four Seasons Hotel Praga: su localización excepcional, su personal y cantidad de detalles.

Lo peor del Four Seasons Hotel Praga: el tenerse que marchar y el precio, caro sin duda pero con servicio de lujo. 



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