7/12/14

Otoño en París (II): de la Île de la Cité al Marais

Este segundo recorrido parisino de la serie París en Otoño, va de la Île de la Cité al Marais. Es aquí donde nació la bella capital de Francia allá por el año 53, cuando la conquistó Julio César y era apenas un poblado. Más tarde, ya en época medieval, se convirtió en centro político y religioso.

Es una zona con mucho turismo, con trasiego hacia el Palacio de Justicia y el Mercado de flores y pájaros. A pesar de todo ha sabido conservar el encanto de las estrechas calles, los puentes de piedra y las plazas recoletas.

1. Iniciamos nuestro recorrido frente a la magnífica catedral de Notre-Dame. Es uno de los símbolos indiscutibles de París y merece la fama que tiene por su historia, el lugar que ocupa en la vida parisina y los recuerdos que trae su sola mención. Su construcción se alargó durante 170 años en los que maestros canteros y artesanos dieron lo mejor hasta su finalización en torno a 1330.

Fachada Notre Dame
La famosa fachada oeste de Notre-Dame de París. A la derecha, estatua de Carlomagno.

Su imponente fachada principal se abre a una plaza en la suelen colocar un abeto navideño y una pista de patinaje sobre hielo en fechas cercanas a la Navidad. Sus dos torres enmarcan el rosetón central y dan cobijo a tres portadas góticas entre las que destaca la dedicada a la Virgen María con una magnífica composición estatuaria.

Estatuas jambas
Estatuas de las jambas de Notre-Dame.

El interior es reflejo del magnífico exterior. Entre otras muchas obras de arte, destacan los cuatro rosetones que se sitúan en los puntos cardinales. Aquí se coronaba a los reyes y se bendecía a los cruzados que partían a los Santos Lugares. La estatua de la Virgen y el Niño que da nombre a la catedral, la sillería del coro y las pinturas religiosas de Le Brun, son algunas de las maravillas que alberga.

En la época navideña se instala en la girola un bello Belén que hace las delicias de los pequeños visitantes.

Por la torre norte de la catedral se puede acceder a la Gallerie des Chimières o Gárgolas, desde la que la vista de París enmarcada por los monstruos medievales tiene que ser magnífica (nunca he subido).

Vidriera Notre Dame
Vidriera de Notre-Dame.

Merece la pena rodear la catedral atravesando los jardines de Juan XXIII junto al Sena. Es otra forma de admirar la catedral y sus detalles arquitectónicos, tales como los delicados arbotantes de Jean Ravy.

Jardines Juan XXIII
Javier en los Jardines de Juan XXIII.

2. El segundo gran punto de interés en la Île de la Cité es una maravilla escondida y delicada. Se trata de la Sainte-Chapelle que, dentro del recinto del Palacio de Justicia, asoma su aguja gótica como reclamo al visitante.

Este pequeño relicario arquitectónico fue encargo de San Luis (rey de Francia como Luis IX) para albergar la corona de espinas y un fragmento de la cruz de Cristo.

Sainte Chapelle
La Sainte-Chapelle vista desde la calle dentro del recinto del Palacio de Justicia.

La entrada a la Capilla está indicada en la calle mediante un cartel y suele haber una pequeña fila de gente que espera. El interior de esta magnífica obra gótica se distribuye en dos alturas: la capilla inferior como oratorio para el pueblo, con techo abovedado decorado con estrellas, y la superior, todo un relicario de vidrieras y dorados que transporta al visitante a las puertas del cielo.

Vitrales Sainte Chapelle
Interior de vidrieras y dorados de la Sainte-Chapelle.

Mediante unos guiones que te prestan en la entrada, puedes seguir perfectamente la narración bíblica de las vidrieras con escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.

El paseo por la Île de la Cité se puede completar acercándonos hasta el Pont-Neuf (el más antiguo de París a pesar de su nombre), visitando la Conciergerie con sus antiguas prisiones y atravesando el encantador Mercado de flores y pájaros, uno de los más antiguos de la ciudad.

Pont Neuf
El Pont Neuf hacia la orilla izquierda del Sena.


3. Por la pequeña isla de St-Louis, que de ser terreno para pastos se convirtió en zona residencial en el siglo XVII, podemos cruzar alguno de los puentes que nos llevará al curioso e histórico barrio del Marais, uno de mis favoritos de París.

La vista sobre el Sena que se bifurca dejando espacio para las dos islas, la torre de Saint-Jacques y los edificios levantados en la época gloriosa de Francia, animan al paseante a descubrir nuevos rincones de la Ciudad de la Luz.

Puentes
Cruzando el puente de Louis Philippe hacia el Marais. Al fondo la torre de St-Jacques.

Si seguimos paseando por la calle del puente antes mencionado (Louis Philippe) veremos una gran cantidad de cuidadas tiendas, muchas de objetos de escritorio de esas que tanto me fascinan. Los logos de las tiendas y sus escaparates están cuidados al máximo especialmente en la época prenavideña.

El barrio del Marais (las marismas) es fascinante, no sólo por su historia sino también por el ambiente conservado de pequeña ciudad con calles estrechas, museos recoletos y plazas sorprendentes. Fue residencia real en el siglo XVII y abandonado después hasta que comenzó su lenta recuperación en los años 60 del siglo XX.

Está de nuevo de moda, con sus boutiques cuidadas, sus tiendas de cosmética, galerías de arte y restaurantes y cafés. ¡Ah! y alguno de los hoteles más bellos de la ciudad. Es residencia tradicional de judíos ortodoxos, mientras que otro conjunto de calles del barrio se ha convertido desde los años 80 en una de las zonas gay por excelencia.


Casa de entramado de madera
En la calle Volta, casa de entramado de madera.
Se trata de una reconstrucción del siglo XVII de una casa medieval.

Abundan en esta zona de París, los llamados "hôtels particuliers" o mansiones señoriales construidos sobre todo durante el siglo XVII, cuando el barrio alcanzó su máximo esplendor. La mayoría muestran una fachada discreta, que una vez atravesadas sus puertas se convierte en todo un esplendor de jardines, salones y arquitectura barroca en general.

Recomiendo en este barrio, sobre todo, el paseo por la calle Francs Bourgeois; es estrecha, está llena de tiendecitas a cada cual más curiosa y cuenta con algún tesoro que pasa desapercibido si no se sabe dónde mirar. Así, el Museo Carnavalet de historia de París que lleva al visitante a través de los siglos, de guerras, de revoluciones, de salones señoriales, etc.

Al final de la calle se llega a una de las plazas más bonitas del mundo, sin exagerar: la Place des Vosges. Es bella a la vez que recoleta, con un jardín interior y con la estatua del rey Luis XIII a caballo en el centro. Sus 36 casas de ladrillo siguen intactas más de 400 años después y una de ellas alberga la Casa Museo del gran Víctor Hugo lo que da la oportunidad de habitar aunque sea por unos momentos la plaza que cobijó entre otros a Richelieu o a Madame de Sévigné.

Place des Vosges
Paseando por la Place des Vosges.

Una de las joyas del Marais es el recientemente rehabilitado Museo Picasso. Es otro de los impresionantes hôtels del barrio, en el que se exponen las obras donadas al estado francés como pago de impuestos sucesorios a la muerte del pintor.

4. Si hemos dedicado el día a los edificios de la Edad Moderna que pueblan este barrio, puede ser buena idea terminarlo con una visita a uno de los lugares más rupturistas en su momento y que más polémica generó con su construcción: el Centro de Arte Contemporáneo Georges Pompidou. Muy cercano al Marais, en Les Halles, se alza este edificio que enseña sus tripas por fuera; tuberías, escaleras, conductos de aire y agua etc. se muestran en esta obra de 1977 de Piano, Rogers y Franchini.

Centro Pompidou
Exterior del Centro Pompidou.

5. Para concluir el día podemos acercarnos al imponente Hôtel de Ville, edificio neogótico situado detrás del Louvre y que, construido en el el siglo XIX, es una reconstrucción del original del XVII que se quemó en 1871. Desde el muelle cercano podemos tomar el llamado Batobus que nos dará otro punto de vista de París desde el río en un recorrido hasta la Torre Eiffel y vuelta al Hôtel de Ville.

Ile-de-la-Cité
Vista nocturna de la Île-de-la-Cité desde el muelle del ayuntamiento.


Datos prácticos: con la tarjeta Paris Museum Pass podemos acceder gratuitamente al Centro Pompidou, a la Conciergerie, a la Sainte-Chapelle y a las Torres de Notre-Dame.


Para conocer otras zonas de París: Por la Rive Gauche os dará ideas para visitar la orilla izquierda del Sena y sus barrios y monumentos.


4 comentarios :

  1. Cristina, me has recordado mis viajes a París. Y tantos rincones que según te he ido leyendo me han entrado ganas de volver a visitar. Estoy de acuerdo contigo en que la plaza de los Vosgos es una maravilla, y puede que no solo por su belleza arquitectónica, si no también por el ambiente relajado y lejano a la pompa que se respira en otras zonas de la capital francesa.
    A mi me paso un cosa curiosa en el barrio judio: había tanto hombres vestido de negro, con la kipa sobre sus cabezas de las que colgaban tirabuzones... que durante un momento me planteé en que idioma tendría que hablar allí!!! Me sentí transportada lejos de París durante unos segundos.
    Un abrazo

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    1. Gracias, Cris me alegro de que te guste. Es verdad, por un momento parecía Praga y su barrio judío o cualquier otra capital de Centroeuropa. La zona del Marais es, con la orilla izquierda, las partes que más me gustan de París. Por eso he repartido los post sobre la ciudad de esta manera. Para un último artículo he dejado la zona de la "grandeur", lo más espectacular de París pero que a mí es lo que menos me gusta.

      Gracias por leer Ida y Vuelta.
      Un abrazo.

      Cristina.

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  2. Mi visita a París fue muy corta, pero por supuesto visité estos must! Subí a las gárgolas de Notre Dame. fue lo primero que hice en la ciudad y es de lo que recuerdo con más cariño: las vistas son magníficas y además lucía un sol maravilloso. Justo después también visité Saint Chapelle pero no me pareció memorable: quizás porque estaba en obras o porque fuimos justo después de ir a la catedral.
    Mi barrio favorito de París de todas formas está entre el Latino y Montmartre :)
    Me ha encantado recorrer este pedacito de París contigo!

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    1. Hola Diana: fíjate que de todas las veces que he ido a París, no he subido a las gárgolas....no me lo pierdo la próxima vez. Al igual que a ti, los lugares que más me gustan de la ciudad están en el Barrio Latino y, en mi caso, además en Saint-Germaine des Pres.

      Un saludo.

      Cristina.

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