Visitar Ieronimus, las torres medievales de la Catedral de Salamanca
Ieronimus es una visita muy recomendable que ha ido creciendo a lo largo de los años y ha recuperado espacios únicos desde los que tener una visión especial no sólo de la sede catedralicia, sino de toda la ciudad.
Catedral Vieja
La entrada a Ieronimus hay que buscarla cerca de la cuesta de Tentenecio, por una pequeña y discreta puerta abierta en la llamada Torre Mocha. Puede ser el complemento perfecto a un paseo por el casco antiguo con parada indispensable en el Huerto de Calixto y Melibea, a pocos metros de Ieronimus y sus torres medievales.
Esta entrada se abrió en el siglo XVII para permitir el acceso al personal de la Catedral y se llama Estancia de la Mazmorra porque antes fue prisión inaccesible desde el exterior. Aquí está la taquilla y una pequeña tienda de recuerdos.
Según empezamos el recorrido pasamos por la Estancia del Carcelero ya que se supone fue habitada por el vigilante de la prisión catedralicia. Mi padre aún recuerda de cuando era pequeño estas habitaciones que visitó alguna vez y que eran habitadas por los campaneros y demás personal de la Catedral.
Desde la Sala del Alcaide tenemos una de las vistas interiores más bonitas de la Catedral Vieja de Salamanca. Desde los pies de la nave románica, se abre un balcón en altura que permite apreciar las tres naves románicas y, al fondo el maravilloso retablo tardogótico de Fernando Gallego (autor también de nuestro peculiar "Cielo").
El Alcaide salmantino asistía a los oficios religiosos desde este palco privilegiado, de ahí su nombre. Mientras que esta sala está dedicada a la música en la Catedral, la de la Torre Mocha ofrece parte del archivo catedralicio a los visitantes.
Desde el interior de esta torre (que no se llegó a desmochar nunca, ya que era de tipo defensivo desde un principio de su construcción), tenemos el primer acceso privilegiado que nos ofrece Ieronimus: salir a su terraza.
El antiguo Palacio Episcopal en la plaza de Plá y Deniel y mirando entre las almenas a la izquierda el río Tormes, el campo a lo lejos, son algunas de las vistas únicas que tendremos desde esta terraza singular. La enorme Torre de las Campanas se levanta amenazante si subimos la vista y un poco hacia atrás la del Gallo nos ofrece toda su singularidad románica.
Pasando por la Sala Alta, en la que nos cuentan la situación de las estancias antes de su restauración, llegamos a las pasarelas que nos permiten acercarnos a la Torre del Gallo, por su veleta, y que pertenece a los singularísimos Cimborrios del Duero (tal y como estudié hace tiempo en los que entran los de Zamora, Toro y Plasencia), que cuentan con influencia bizantina en su construcción.
Además de ver de cerca esta torre singular y decorada con escamas, podemos "ver" la planta de la Catedral Vieja desde arriba, apreciando volumétricamente lo que muchas veces es difícil de observar en planta dibujada. Las tres naves con la central más elevada se ven perfectamente, mientras que apreciamos la obra de la Catedral Nueva, pegada a la Vieja.
Catedral Nueva
Desde estas pasarelas exteriores tenemos también acceso al triforio o galería de la Catedral Nueva en una vista algo vertiginosa pero espectacular del templo que tantos estilos conoció en su construcción.
La sensación de estar en un sitio único se incrementa con la amplitud espacial del templo, sus columnas, la anchura de las naves, la vista de los dos órganos enfrentados y del coro, así como de las marcas aún presentes del devastador terremoto de Lisboa de 1755. Diversas grapas de hierro impiden que las piedras se separen demasiado, mientras que algunos sillares aparecen rodeados por grietas de impresión.
Si, además, tenéis la suerte de realizar esta visita en día soleado las vidrieras lucirán brillantes y la sensación de ingravidez provocada por la luz tamizada será aún más sorprendente.
Tras rodear las tres naves accederemos a otras terrazas exteriores que nos van a proporcionar una vista muy diferente de la ciudad de la Catedral.
Entre elementos decorativos góticos (pináculos, gárgolas, arbotantes etc.) llegaremos a un espectacular observatorio sobre la Plaza de Anaya salmantina a nuestra derecha, el Convento de San Esteban o Dominicos más allá, la iglesia de San Sebastián enfrente (parroquia de la Catedral), la calle de la Rúa directa a la Plaza Mayor y, a nuestra izquierda las no menos impresionantes torres de la Clerecía (que también hay que visitar).
¡Ah!, tampoco debemos olvidarnos del singular claustro de la Universidad, que se divisa perfectamente desde esta terraza.
Difícilmente podréis tener una vista más bella de Salamanca, que desde este lugar. Sólo por ello merece la pena subir a Ieronimus.
Al regresar de vuelta, os recomiendo subir a las distintas estancias de la Torre de las Campanas. Las llamadas Sala de la Bóveda, la del Reloj y la que acoge el conjunto de Campanas se visitan poco a poco usando el acceso en ascensor de una sola dirección. Hay que tener paciencia, ya que cada pocos minutos el elevador realiza el recorrido bien de subida, bien de bajada.
En la parte más alta de la Torre se encuentran las campanas y desde ella, asomándonos podremos circunvalar toda la ciudad salmantina.
Información práctica sobre Ieronimus
Entrada por la Torre Mocha.
Horario:
Enero y febrero: de 10:00-18:00
Marzo a diciembre: de 10:00- 20:00
Precio: 4€ por persona
Consultar horario de visitas nocturnas guiadas en la oficina de turismo.
Muy interesante! Hermosas fotos. Lástima no haberlo sabido antes... estuvimos en setiembre pasado. Quizá otra vez!
ResponderEliminarMe queda la duda acerca del nombre... es una visita adicional? Raro que no nos enteramos... pero Salamanca es tan vasta que dos o tres días no alcanzan!
Muchas gracias Enrique. Ieronimus es adicional a la visita normal de la catedral. Ofrece una visión única desde arriba.
EliminarMuy interesante las info, hay unas vistas muuuuuuy interesantes para hacer fotos :) un saludo
ResponderEliminar¡Claro que sí! Un saludo.
EliminarSi que tiene contenido la catedral de Salamanca :) Estuve por ahí hace mucho tiempo, creo que va siendo buen momento para volver. Bueno, cuando mejore el tiempo jaja. ¡Un saludo!
ResponderEliminarSiempre es buen momento para ir a Salamanca. Haga frío o calor.
Eliminar¡Hola! Justo realicé esta visita la semana pasada y me encantó. 100% recomendable :)
ResponderEliminar¡Me alegro de que te gustara!
EliminarEs espectacular y los domingos por la tarde es gratis.
ResponderEliminarMuy recomendable ir en invierno al atardecer en el horario que abren, la piedra coge un color especial y se empieza a encender la iluminación
La piedra salmantina es tan bonita. En ningún lugar la hay igual, aporta belleza y luz sin igual. Bueno, es que Salamanca es mi ciudad y la añoro mucho en la distancia.
EliminarUn saludo.