Visitar Córdoba es siempre un placer. La capital andaluza es destino obligatorio para muchos tipos de viajeros: gastrónomos, amantes de la historia y del arte, curiosos o simplemente los que necesitan parar y pasear entre tanta belleza.
En el regreso de nuestras vacaciones gaditanas hemos pasado una noche en Córdoba, sólo una, pero nos ha servido para reencontrarnos con la ciudad con pocos visitantes y aún más hermosa de lo que recordábamos.
Aquí os desgrano esos lugares que no os podéis perder en la ciudad califal.
Visitar Córdoba en 10 experiencias imprescindibles
Lo queramos o no, la Mezquita-Catedral o Mezquita a secas es reina y señora de la ciudad de Córdoba. Esta joya del arte andalusí en un edificio vivo que siempre encontraréis en movimiento de estudiosos y arqueólogos, de restauradores e historiadores.
Nosotros hicimos una visita guiada en Córdoba (que incluía la Mezquita-Catedral) con ArtenCórdoba, empresa especializada en tours realizados y guiados por historiadores; esto para mi es un plus obvio ya que no sólo te van a contar lo habitual sino que la visita va ganar en interés.
Antonio nos mostró con la pasión propia de un cordobés las distintas fases edificativas de la Mezquita, nos habló de las vicisitudes por las que atravesó, la intrahistoria menos conocida entreverada por la historia y el arte imprescindible para comprender el espacio de la Mezquita.
No debemos olvidar en toda visita a la Mezquita la parte central y cristiana de la misma, mandada edificar por Isabel la Católica y que, si no fuera porque se encuentra en el medio de una obra excepcional, sería por sí misma magnífica. El Gótico isabelino, el arte renacentista y el Manierismo se unen en este espacio singular en el que hay que pararse.
Otro lugar imprescindible al visitar Córdoba es este Alcázar, edificado cerca del Guadalquivir por orden de Alfonso XI en torno a 1328. Sus paredes acogieron a Pedro I El Cruel, a los Reyes Católicos y hasta a la Inquisición. Después fue cárcel, atarazana y también almacén.
Sus jardines, justamente famosos, nos llenan de ese embrujo elaborado a base de historia, olores y sonidos a agua que cae en las fuentes. Pura evocación.
Córdoba fue capital de la Bética y su época de máximo esplendor tuvo lugar en el siglo I d.C. Así pues no nos debe extrañar encontrar restos romanos en los lugares más inesperados. Así, el Templo Romano que hay justo al lado del Ayuntamiento (edificio moderno y bastante feo, por cierto, en una ciudad llena de obras singulares).
En el Alcázar antes mencionado encontramos grandes mosaicos recuperados de excavaciones realizadas en la Plaza de la Corredera: Polifemo y Galatea, Cupido y Venus o la Medusa nos miran desde las paredes de este edificio que tantos usos ha tenido.
También espacios privados como nuestro hotel, el Hospes Palacio del Bailío, cuentan con restos romanos. En el caso de este alojamiento, posiblemente el más bonito de Córdoba, podemos contemplar los restos de una domus romana desde el patio con trampantojos barrocos. ¡Qué cosas!
No se trata de un espacio especialmente grande, y curiosamente, frente a otras juderías situadas en el extramuros de las ciudades, se sitúa a escasos pasos de la Mezquita. Recorrerla es un placer y más en estas circunstancias extrañas que vivimos, ya que la enorme afluencia de turistas que la recorren ha bajado sustancialmente. No te pierdas sus plazas, sinagoga, estatuas y detalles.
El Museo de Bellas Artes de Córdoba, situado en el antiguo Hospital de la Caridad, guarda sobre todo fondos procedentes de diferentes conventos desamortizados en 1835 y 1868.
El Palacio de Viana no es en sí un museo, pero merece mucho la pena al posibilitar conocer un palacio que guarda doce patios singulares.
...Soberbo!
ResponderEliminar9 de 10 solo me faltó Medina Azahara por tiempo y distancia, muy linda Córdoba y para cerrar el día el atardecer en el puente romano.
ResponderEliminarAgregaría el festival de Los Patios y la calleja de las flores, comer rabo de toro y berenjenas emborrajadas.