Hoy os traemos qué ver en Estrasburgo. La capital de Alsacia es una ciudad repleta de atractivos que hoy os contamos a través de tres zonas diferentes para que no os perdáis nada. Porque Estrasburgo es mucho más que los clásicos mercadillos de
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Qué ver en Estrasburgo: Catedral, Petite France y mucho más
Cuando me preguntan qué ver en Estrasburgo siempre digo que muchas y variadas cosas. La capital de Alsacia es una de las ciudades con más encanto de Francia, y eso es mucho decir. Va más allá de los edificios de gobierno de la Unión Europea que se asientan al norte de la ciudad; de hecho, Estrasburgo cuenta con dos zonas diferenciadas que forman parte del Patrimonio UNESCO. Por un lado, la archiconocida Grand Île, que se llena de visitantes especialmente en épocas de adviento con los mercadillos navideños. Por otro, Neustadt, es decir el barrio alemán, que con su monumentalidad neobarroca y prusiana sorprende al visitante al que por un momento le puede parecer estar en Berlín.
Por todo ello, vamos a recorrer con calma algunos de los lugares que ver en Estrasburgo. Sin prisa y fijándonos en algunos de sus detalles más interesantes.
1. La Catedral de Notre- Dame y sus alrededores
Si, como nosotros, te alojas en el Barrio de la Estación, en el camino a la imponente mole de la Catedral de Estrasburgo, te encontrarás dos plazas que merecen la pena.
La primera de ellas es la denominada Place de l´Homme- de- Fer. Posiblemente estará llena de gente y podrá ser difícil incluso de cruzar con los tranvías, coches y bicis que parecen conflluir en ese lugar. Una enorme marquesina de vidrio y hierro la cubre en parte. En una esquina verás el edificio de los antiguos almacenes Printemps, que cerraron en 2021. Hay que fijarse un poco más para ver de dónde viene el nombre de la plaza (el hombre de hierro); se trata dela figura de un hombre con armadura situada justo encima de la cruz de la farmacia que hay en la plaza.
A escasos metros de este primer espacio, nos encontramos con una de las plazas más vividas de toda la ciudad: Place Kléber. El general que le da nombre se encuentra representado en la estatua que preside la plaza; era oriundo de Estrasburgo y llegó con Napoleón a la campaña en Egipto. Al contrario que la plaza anterior, esta Kléber es peatonal, cuenta con una enorme fuente en el medio y los días en los que estuvimos en la ciudad pudimos ver espectáculos callejeros, mercadillo etc. Un lugar en el que es imposible aburrirse por la variedad de personas que la transitan en todas direcciones.
Por la Rue des Grandes-Arcades llegamos a Place Gutenberg, en el corazón de la Grand-Île. De todos los edificios que había en esta bonita plaza sólo queda de su origen renacentista la Neubau. Actualmente es la Cámara de Comercio y destaca por su superposición de órdenes, además de por su peculiar tejado.
Desde Place Gutenberg podemos dirigirnos hacia la Catedral de Notre-Dame, una joya del gótico repleta de tesoros.
Conviene dar una vuelta a todo el perímetro de la catedral para apreciar su tamaño y, sobre todo, ver las diferentes construcciones que la rodean. Entre todas ellas, destaca el Palais Rohan, que parece nos conduce hasta París con sus formas y tamaño. Este palacio guarda en su interior nada menos que tres museos: el de Bellas Artes, el Arqueológico y el de Artes Decorativas.
Parar a comer algo: justo pasado este impresionante Palacio, en el número 8 de la rue de la Rápe se encuentra Bistrot et Chocolat. Un lugar singular para todos los amantes del chocolate, donde tomar una gran variedad de chocolates calientes y algún tentempié a mediodía. Si hace bueno, sentarse en su terraza a la sombra de la Catedral es un auténtico placer.
Justo al otro lado del Palais Rohan, haciendo esquina con la Plaza de la Catedral, se levanta una de las casas más bonitas de Estrasburgo: la Maison Kammerzell. Se trata de una residencia construida en 1589 a base de madera oscura tallada. Símbolos zodiacales y religiosos se suceden en una iconografía singular. El edificio es hoy un prestigioso restaurante con unas vistas excepcionales.
Si durante el mes de Adviento esta zona está repleta de mercadillos de Navidad (ver más abajo), en verano se suceden festivales al aire libre y el espectacular video-mapping sobre la fachada de la Catedral, cada noche a eso de las 22:00 horas. La Catedral merece ser visitada con calma, como veremos en un próximo post, y si queremos, contamos con la opción de subir a su mirador (330 escalones) para contemplar unas vistas impresionantes que nos situarán en el entorno geográfico de la ciudad.
2. Hacia la Petite France: un barrio lleno de encanto
La Estrasburgo de las postales con la que muchos soñamos antes de ir está en la Petite France. Cuenta con canales, casas de entramado de madera, esclusas que se abren y crean pequeñas cascadas y rincones llenos de encanto. Eso sí, está repleta de turistas vayas cuando vayas; especialmente en época pre-navideña con los mercadillos de Navidad a tope. Era este (Petite France) el nombre despectivo que se daba a esta zona de la ciudad en la que se construyó un lugar para cuidar a los enfermos de sífilis, el "mal francés".
Te recomiendo perderte por el conjunto de casas hasta llegar hasta los Puentes Cubiertos y sus llamativas torres defensivas. Será un paseo placentero y notarás que en cuanto sales de las calles principales, el número de visitantes baja abruptamente. La Place de Benjamin Zix es un punto imprescindible en el recorrido. Las vistas desde ella son de postal e imprescindibles. Desde allí puedes acercarte a la Maison des Tanneurs, o Casa de los Curtidores, uno de los mejores ejemplos de casa de oficios artesanos del siglo XVI. En la actualidad acoge un restaurante pero podemos observarla desde fuera y ver su curioso tejado con buhardillas. Por la Passarelle des Anciennes-Glacières podemos ir a lo largo del río III y ademirar el Hotel Régent-Petite-France; se trata de uno de los mejores establecimientos de la ciudad ubicado en una casa histórica.
Un lugar para comer: se trata de La Corde a Ligne que está situado en la Place de Benjamin Zix. Si podéis comer fuera disfrutaréis de las vistas y si no, su acogedor interior os dará calidez suficiente para probar recetas tradicionales y sencillas de la cocina alsaciana como los spätzle (pasta gruesa al huevo muy nutritiva).
No podemos perdernos la bonita plaza de la Iglesia de Santo Tomás, de culto luterano. Pasando por ella llegaremos enseguida al Pont St-Martin desde el que tendremos algunas de las vistas más emblemáticas de la Petite France. Desde allí podremos seguir hasta los Puentes Cubiertos con los restos de las antiguas murallas de la ciudad y de los que queda poco, solamente los actuales de piedra y las torres cuadradas defensivas.
MERCADILLOS DE NAVIDAD 2023 EN ESTRASBURGO
Place Broglie, Christkindelsmärkt
Place de la Cathédrale
Place du Château
Place Gutenberg, mercadillo de país invitado
Place Benjamin Zix
Place de la Grande Boucherie
Place du Marché-aux-Poissons
Rue y terraza del Palais Rohan
Duración de los mercadillos de Estrasburgo: del 24 de Noviembre al 24 de Diciembre. Abiertos entre las 11:30 y las 21:00 excepto el día de Nochebuena que cierran a las 18:00h. El mercadillo de la Place Broglie es de los pioneros de todos los mercados de Navidad de Europa. Se trata de una tradición iniciada con la conversión al culto luterano de la ciudad y que hoy atrae a miles de viajeros en esta época del año.
3. Neustadt hacia las instituciones europeas
Ya decíamos antes que, además de la zona que rodea a la Catedral, entre las cosas que hay que ver en Estrasburgo no os podéis perder la Neustadt. Parece que uno haya viajado de repente a Berlín. Tenemos que viajar a finales del siglo XIX, época de la anexión de Alsacia a Alemania. En ese momento se realizó una reforma urbanística a la manera prusiana y a mayor gloria de la nación alemana. Se levantaron grandes avenidas, se construyeron edificios neobarrocos y se amplió por tres el espacio ocupado por la ciudad de Estrasburgo.
Es buena opción dedicarle toda una mañana que puede concluir en las Instituciones Europeas y desde las que podemos regresar al centro en el Batorama, un barco que nos dejará en la Petite France.
En la Neustadt podemos admirar la Place de la Republique, de enorme tamaño y con edificios como el Palacio del Rin o la Biblioteca Nacional Universitaria. Muy cerca de allí se encuentra el Museo Tomi Ungerer de Ilustración. Es una pequeña mansión del XIX que acoge parte de la obra gráfica del dibujante alsaciano que donó 14.000 obras a su ciudad natal.
Tras dar un paseo por esta zona de amplias avenidas y edificios neoclásicos y neobarrocos os recomiendo volver hacia el centro (si no cogemos el Batobus) por la Place Broglie, donde se sitúa la Ópera Nacional del Rin y en la que podemos encontrar (en una esquina) la curiosa Fuente de Janus, obra de Tomi Ungerer realizada en 1988 para conmemorar los 2000 años de la ciudad.
Hasta aquí nuestro recorrido por la capital de Alsacia, como ves hay mucho que ver en Estrasburgo más allá de los mercados de Navidad. Es una de las ciudades más interesantes de Francia y yo la comparo en belleza con otras como Burdeos, quizás menos famosa que la capital alsaciana. Sea como sea, no te quedes en los mercadillos y atrévete a callejear y disfrutar de una diversidad única.
¿Dónde dormir en Estrasburgo? Nosotros nos quedamos en el Voco Hotel, un establecimiento estiloso y cercano a la estación. El paseo hasta la Catedral era de unos 10 minutos y atravesábamos algunas de las plazas y calles antes mencionadas. Otra manera de conocer la bonita Estrasburgo.
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