14/4/16

¿Cómo decidimos nuestros destinos viajeros?

Esa es la cuestión. A menudo soñamos con destinos que visitar y a los que viajar antes o después, pero luego los vamos dejando de lado. ¿Qué influye para decidir un destino u otro? ¿Cómo decidimos dónde vamos a viajar próximamente?




Inmersa en plena época de indecisión viajera intentando organizar las vacaciones de verano, me he planteado el asunto más como reflexión personal que otra cosa. Cada persona es un mundo y como tal, cada uno tiene sus propios intereses marcados. Pero siempre priorizamos unas u otras razones para acabar eligiendo, ya que, desgraciadamente, no podemos viajar tanto como quisiéramos.

En mi (nuestro) caso y supongo que en el de la mayoría de los viajeros, priman 3 factores de decisión:

1. Gusto personal por un lugar u otro.
2. Tiempo disponible.
3. Dinero.

El orden puede variar ya que a veces la opción monetaria sobresale sobre todas las demás y a ella ajustamos nuestros gustos. También el dinero es clave para la duración de un viaje ya que está claro que cuanto más tiempo viajemos más dinero invertiremos (sí o sí).

Decidir viajes gusto personal
(Imagen de Vincent Lammin con licencia de Creative Commons)


Pero vayamos por partes.

1. Gusto personal: si uno viaja solo, una de las grandes ventajas es no tener que llegar a un acuerdo con nadie sobre las preferencias. A cambio cuando ya vamos en pareja o en grupo la clave está en la capacidad de ser asertivo y la coincidencia personal.

En mi caso, no tengo problemas. Mi marido y yo compartimos gustos viajeros (de momento) y cuando le planteo destinos posibles, que sí, que busco e ideo yo, es fácil el acuerdo. Ambos somos muy "europeocéntricos", a ambos nos gusta el "slow-travel" e Italia nos apasiona.

No obstante, hay algunos destinos que a él no le atraen nada a priori y que si quiero conocer, tendré que hacerlo sola o con amigos. C'est la vie.

Ahora, además, tenemos que contar con nuestro hijo que ya no tan pequeño tiene sus gustos viajeros. No es que diga "quiero ir a tal o cuál sitio" pero sí nos "obliga" a organizar el viaje teniendo cada vez más en cuenta sus necesidades y preferencias.

No sé dónde iremos este verano, la cosa parece que está entre Finlandia y Alemania, pero en cualquiera de los dos destinos es importante la baza infantil: sitios que le puedan parecer atractivos, actividades interesantes para su edad y visitas culturales en su justa medida. La clave, una vez más está en el término medio.

Cuando los críos crecen (cuando van en su carrito se tiene la ventaja de menos protestas, por lo menos en nuestro caso) posiblemente no les puedas dar la "paliza" de 5 iglesias en una mañana y un museo por la tarde. Pero si alternas intereses, utilizas recursos como los "trenes turísticos" y les intrigas con lo que van a conocer, es casi seguro que serán mucho más receptivos y todos estaremos más contentos.

(Imagen de Inertia con licencia Creative Commons)

2. Tiempo disponible: ojalá tuviéramos todo el tiempo del mundo para viajar, pero no es así. Contamos con un mes de vacaciones en verano y días sueltos a lo largo del año que podemos acoplar en puentes, fines de semana largos, etc.

El hecho de vivir fuera de nuestra ciudad natal hace que dediquemos parte del tiempo disponible en viajar a Salamanca para estar con la familia. A ellos les encantaría que pasáramos las vacaciones íntegras allí, pero la curiosidad y el gusto viajero nos lleva a recorrer mundo aunque sin prescindir de nuestros días salmantinos.

¿Qué es mejor, separar las vacaciones o tomarlas todas juntas? Pues, como siempre, para gustos los colores. Mientras hay gente que si no sale todo el mes no siente que desconecte o sencillamente no le da para hacer el viaje soñado, otros, como nosotros de momento, vamos ajustándonos por quincenas o tres semanas por un lado y otra después por otro. Sí es cierto que nos gusta viajar en septiembre, época ideal por muchas razones.

Ahora bien, como siempre en esta vida, tenemos el "inconveniente" de las limitaciones por acuerdos en el trabajo y por las vacaciones y tiempos escolares de Javier. Si hasta hace poco nos daba igual que "perdiera" algún día de clase por viajar, ahora cada vez más él mismo nos pide no perder cole, sobre todo en septiembre a principio de curso, para habituarse a la vez que sus compañeros a los nuevos profesores, etc. ¡Vaya responsable nos está saliendo!

(Imagen de Rorals con licencia Creative Commons)



3. Dinero: No nos engañemos, el "maldito parné" sigue siendo imprescindible para viajar. Por mucho que se diga, viajar cuesta dinero y supongo que si hubiéramos invertido todo el dinero gastado en viajes en cosas más prosaicas como pisos o coches, posiblemente tuviéramos hoy pagada la hipoteca y un coche mucho más nuevo. Pero, una vez más, son opciones de la vida y esto es lo que nos llena.

Hay tantos modos de viajar como personas y por tanto todas las maneras son válidas. Ya sabéis de mi preferencia por los hoteles con encanto y en ocasiones hasta de cierto lujo, y todo esto (una vez más) cuesta dinero. Así que a cambio de viajar mejor, lo hacemos menos veces de las que nos gustaría a lo largo del año. Hemos dejado atrás la época de mochila y palizas en bus. Todo es respetable y cada uno decide la manera y el modo.

Lo importante, como he dicho otras veces, es el ánimo de conocer y viajar. Lo que sí nos molesta mucho es no recibir los servicios por los que pagamos, especialmente en los hoteles. Estos se basan en las expectativas y no pueden ser las mismas en un hotel de 50€ la noche que en uno de 200€. Sin embargo, en varias ocasiones la sorpresa ha sido mayúscula en hoteles que no han respondido ni a lo esperado ni a lo pagado. Pero este es otro tema del que ya hablaré.

Así que, una vez visto esto: gustos, tiempo disponible y dinero decidimos. No cabe duda de que toda elección es una renuncia y a veces ha merecido la pena esperarnos a viajar para llegar más lejos, como el año que fuimos a Argentina. Un destino soñado y deseado largo tiempo bien merece esa hucha para ir rellenando con monedas de 2€ y buscar la manera de que no suponga la ruina.

La mayoría de las veces se cumplen nuestros sueños viajeros, en otras ocasiones hemos tenido que renunciar por falta de presupuesto o tiempo insuficiente. Sea como sea, al que le gusta viajar le puede doler el cambio de planes, pero enseguida encontrará incentivos en ese destino nuevo que ha surgido de lo imprevisto.

Al fin y al cabo no necesariamente los destinos más costosos serán los que más nos gusten y muchas veces damos la espalda a lugares de maravilla bien cercanos. Y tú, ¿cómo decides tus destinos? ¿qué influye más en ti a la hora de viajar?.


5 comentarios :

  1. ASí que ahora es el peque el que pide no faltar!! Anda! Qué responsable!! Yo creo que a la mía, cuando crezca, le importara bien poco faltar con tal de irse de viaje! jejeje

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    1. Si, Mari Carmen...es responsable aunque un poco a medias; no te creas. Es que ahora ya no es como cuando era pequeño y no había exámenes. Aunque no cuenten mucho, sí que está bien que se vaya centrando. Ja, ja.

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  2. Muy de acuerdo en todas tus apreciaciones. En los factores que priman en nuestra elección (actualmente el más importante es el tiempo) y al hecho de que con hijos los viajes cambian algo. Pero la verdad es que solo algo. Muy buena idea lo de esta hucha.

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    1. Ja, ja Jordi... a ver si la llenamos que el próximo año queremos llegar bien lejos.

      Un abrazo.

      Cristina.

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  3. no creo que los sueños se pierdan,simplemente se aplazan. cuando no podemos ir a algún destino por dinero o tiempo ocualquier otro motivo, creo que tarde o temprano se nos brinda la oportunidad para poder realizarlo.
    Yo de momento mi factor determinante es el dinero y el tiempo. en ese orden, así que haciendo malabares se consiguen cosillas, y muchas veces me dejo sorprender por el destino, que seguro que tiene mucho que ofrecerme
    Patry (saltandopormimundo.com)

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