Visitar su Catedral
Parece mentira que en un pueblo no muy grande haya semejante templo. Sólo por verla, merecería la pena ir a Sigüenza, así que si además le añadimos todo el resto de atractivos os podréis hacer una idea de lo mucho que merece la pena.
Esta Catedral tiene trazas de fortaleza gracias a sus dos torres almenadas que guardan su entrada principal. Su construcción se inició allá por el año 1124 por orden de Don Bernardo de Agén.
Así, como tantos otros templos de España, su obra es toda una sucesión de estilos: románico, gótico, renacentista, plateresco y hasta barroco o neoclásico. Todos ellos han dejado su impronta en esta catedral que merece un buen rato para verla en profundidad.
Entre sus muchos tesoros llaman especialmente la atención el altar de Santa Librada y la Capilla del Doncel.
Se completa la visita con el Museo Diocesano, que no me dio tiempo a conocer, pero que supongo guardará piezas de interés.
Visitar el Castillo y alojarnos en él si podemos
El Castillo de Sigüenza preside majestuoso el pueblo ya desde la distancia. Cuando uno se va acercando lo ve en la cima, dominándolo todo.
El actual Parador se sitúa en este castillo del siglo XII que a su vez fue levantado sobre una alcazaba árabe.
De todas sus dependencias, una vez pasada alguna de las impresionantes puertas, quizás las más llamativas sean el patio de armas y uno de los salones de los que disfrutan los huéspedes y que cuenta con dos enormes chimeneas.
Es un Parador bastante solicitado, ya que la cercanía a Madrid invita a disfrutar de un lugar bellamente conservado y que te hace viajar en el tiempo.
Hacer una visita guiada
Cada vez me gusta más hacer una visita guiada en los lugares a los que voy. Antes lo valoraba menos pero ahora agradezco, serán cosas de la edad, conocer un lugar de la mano de alguien que vive allí y ama lo amar.
Nosotros elegimos una de las visitas organizadas desde la oficina de turismo. Íbamos en grupo y nos resultó más cómoda por horario y cantidad de lugares a conocer.
Sea esta o alguna de las que se ofrecen por expertos historiadores, podréis apreciar Sigüenza de una manera singular y única, con anécdotas o recomendaciones que no aparecen en ninguna guía escrita. De ahí su valor.
Entrar en la Casa del Doncel
Situada cerca de la Calle Mayor y a pocos minutos de la Catedral y del Castillo, la singularidad de esta casa no sólo reside en estar realizada en un bonito estilo gótico civil, sino en los espacios que acoge. Fue morada de la familia Vázquez de Arce, a la que pertenecía el famoso Doncel (quien más que doncel fue caballero, ya que fue padre y murió en la reconquista de Granada).
Edificada entre los siglos XIII y XVI presenta elementos decorativos mudéjares que han salido a la luz recientemente. Así yeserías o artesonados que muestran sus delicados motivos gracias a la tarea investigadora de la Universidad de Alcalá de Henares.
Conviene también hacer la visita guiada antes mencionada, ya que sólo se visita en grupo.
Disfrutar de las singulares perspectivas de la Plaza Mayor
Pues sí, la Plaza Mayor ofrece varias vistas diferentes a cada cual más singular. Según se baja del Parador-Castillo por la calle Mayor se ve al fondo la portada neoclásica de la Catedral. Poco tiene que ver con la de las torres fortificadas que he comentado antes.
El edificio del ayuntamiento, la Casa de los Deanes, es realmente peculiar con su doble arquería y el ambiente del lugar con sus terrazas, en verano supongo que con más vida, es realmente estupendo.
Una lástima que algunas de las casas que la forman estén algo descuidadas. Merecerían ser restauradas y habitadas. Dicen en Sigüenza que los americanos pretendieron comprarla, desmontarla y llevársela piedra a piedra a Estados Unidos. Menos mal que no lo hicieron.
Admirar rincones singulares
Sigüenza tiene tanta historia, hundida en el medievo, que es fácil encontrar rincones singulares. La villa se encontraba cercada por una muralla que partía del alcázar musulmán y hoy en día nos han llegado trazas de esa muralla y de sus puertas.
La Puerta del Sol (por estar hacia levante), la de Hierro o la de la Travesaña baja son sólo algunas de las que se pueden ver hoy en día.
Las iglesias, cómo no, abundan en Sigüenza, aunque no todas están en buenas condiciones. Sin embargo merece la pena detenerse ante la portada románica de la iglesia de San Vicente, justo frente a la Casa del Doncel.
De preciosa factura exterior e interior algo desolado, es también la iglesia románica de Santiago. Está situada en plena calle Mayor y en la actualidad se está trabajando en su rehabilitación y restauración.
Otros monumentos singulares son los del antiguo hospicio, de estilo neoclásico y hoy colegio privado, y La Alameda, un parque peculiar e histórico por el que pasearon grandes personajes del XIX y XX.
Pasear de noche por Sigüenza
Sigüenza merece un paseo nocturno para observar todos estos rincones con otra luz y, sobre todo, verla cuando los visitantes de un sólo día se han marchado.
Vete a Sigüenza y sal por la noche, te aseguro que entre las calles adoquinadas, las torres catedralicias y las plazas recoletas, te sentirás transportado a otra época.
Comer muy bien
Además, otros muchos restaurantes ofrecen al visitante ricos platos, tapas exquisitas y, en definitiva, todo aquello que alegra el paladar.
Una vez más, una localidad pequeña cuida al visitante para que disfrute en cada momento y en todos los aspectos del viaje.
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