Dormir en el Môderne Hotel de Gijón
El Môderne se encuentra en pleno centro de Gijón, a pocos pasos del puerto deportivo y del parking de la zona centro, algo necesario porque no tiene garaje. Cimadevilla está a apenas cinco minutos andando y toda la zona de restaurantes y tiendas está a la vuelta de la esquina.
Cuando llegas al Môderne puedes aparcar en una plaza reservada justo delante para descargar el equipaje. Cruzas las puertas y entras en un mundo de elegancia y reminiscencias art-decó, no en vano se sitúa en un edificio modernista y muy singular.
El Môderne ha sabido adaptarse a las circunstancias impuestas por el Coronavirus este año 2020; en el mundo de los viajes posiblemente queden algunas de estas novedades como es la realización del check-in a través de Internet y antes de llegar al hotel. Es realmente cómodo ya que te están esperando y el proceso es muy rápido.
Todo en este alojamiento es sutileza: tanto los tonos grises y negros de la decoración, como la luz, que está muy bien elegida para no deslumbrar y contar con buena iluminación en todas las estancias.
Nuestra habitación era una junior suite muy amplia. Nada más entrar, teníamos una zona de cuarto de estar, con sofá, mesa, escritorio y rincón de lectura sustituido por la cama supletoria. El wc estaba también en esta parte de la habitación, separado del resto del baño.
El dormitorio estaba presidido por una gran cama, mesillas y la televisión colgada en la pared. Además contaba con un buen armario y una zona de minibar.
La zona de aguas del cuarto de baño en un espacio amplio y minimalista decorado en negro, con muy buena iluminación, productos de acogida, albornoces y zapatillas. Una vez más, la decoración de los espacios continúa con la línea uniforme de todo el hotel.
Nuestra habitación era exterior y daba hacia una calle lateral, no la de la entrada pero lo suficientemente amplia para que entrara luz a raudales que estaba matizada por los estores durante el día y bien opacada por la noche con las cortinas.
Existe la posibilidad de alojarse en habitaciones con terraza amueblada, ideales para tomar el sol asturiano.
El detalle de reponer agua mineral cada día en las dos partes de la habitación se agradecía especialmente al llegar algo acalorados en los días de agosto que pasamos allí.
El Môderne Hotel también destaca por su bonito Bar&Champagne que por las mañanas se reconvierte en el lugar de desayunos. Como dice su web, un lugar para ver y ser vistos ya que las amplísimas cristaleras se vuelcan hacia la calle, de continuo trasiego de gente.
El desayuno ha variado en esta época de COVID y en vez de servirse mediante buffet, te llevan bandejas a la mesa. En ellas hay bollería, productos salados, distintos panes, yogures y fruta. Echamos de menos que el zumo fuera natural, siempre pienso que en España tenemos tantas y buenas naranjas que no hay excusa para no ofrecerlo.
El personal de recepción es muy amable y sin dudarlo nos dieron buenos consejos acerca de qué ver y cómo hacerlo. Nos vinieron especialmente bien los consejos a la hora de ir a la playa, ya que San Lorenzo (a 10 minutos andando como mucho) estaba bastante restringida. Se agradece especialmente en esta época de incertidumbre que te orienten y den información actualizada. La playa de Poniente está justo a dos calles del hotel y fue nuestra opción para pasar una tarde a la orilla del mar.
Además, si piensas visitar el Acuario de Gijón, estupenda opción con niños, su situación es ideal porque llegarás en un breve paseo. Sin duda una gran opción de alojamiento, estilosa y llena de detalles que hará las delicias del cliente que quiere salirse de lo convencional.
Lo mejor de El Môderne: la localización, ambiente y atención.
Lo peor de El Môderne: que no tenga parking. El precio es algo elevado aunque está en sintonía con lo que ofrece.
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