Parador de Bielsa, Huesca

Hoy viajamos hasta el Parador de Bielsa. Se trata de un precioso chalet de montaña situado al fondo del valle de Pineta y con vistas a Monte Perdido. Sin duda, un retiro único en la naturaleza, ideal para ser visitado en verano y, obviamente en invierno. ¿Nos vamos?

 

Dormir en el Parador de Bielsa

El Parador de Bielsa se encuentra en el lado oriental del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Tras pasar la localidad que le da nombre, aún queda unos cuantos kilómetros, 8 en concreto, de carretera de montaña para llegar al fonodo del valle. Allí, donde termina la carretera y retumba la casacada que forma el río Cinca, se levanta el Parador de Bielsa.

La construcción es recia y severa, como corresponde al entorno, un hermoso circo glaciar a 1320 metros sobre el nivel del mar. Los interiores, eso sí, cálidos por la madera que cubre no sólo suelos, sino también paredes de recepción, pasillos y habitaciones. 

Los tonos cálidos de las telas, las vigas vistas de los techos y los elementos decorativos rústicos y algo pasados de moda proporcionan la calidez necesaria en los duros inviernos. Sin embargo, para el verano sofocante de 2022, cuando estuve en el Parador de Bielsa, quizás resultara algo agobiante. 

Los dormitorios son sencillos, recubiertos de madera, con baños que piden una reforma y quizás algún toque de modernidad. Sin embargo, todo queda solventado con las maravillosas vistas desde las pequeñas ventanas. Está bien aislado y el único ruido que sientes, rumor si las ventanas están cerradas, es el leve rumor de las cascadas.

Siempre es buena excusa viajar hasta Pirineos y disfrutar de esa maravilla de paisaje; si además lo haces en buena compañía, como me pasó a mi, la experiencia de esa magnífica terraza asomada al valle será ideal. Fui con una pareja amiga a visitar a nuestros hijos scouts  acampados en el mismo valle (a 10 minutos en coche del Parador de Bielsa) y pasamos buenos ratos de charla en la terraza picoteando algo de cena y de paseos por el valle. Esos recuerdos siempre pervivirán a pesar del calor de esos días. A cambio, las vistas con nubes que barruntaban tormentas que nunca cayeron, eran realmente espléndidas.

Llevábamos incluida la media pensión, así que disfrutamos mucho ese fin de semana de la gastronomía del Parador de Bielsa. Como no podía ser menos la gastronomía del entorno está presente en platos como las migas aragonesas, la trucha del Cinca o la sopa montañesa. Buena comida para entrar en calor, comer reposado y disfrutar, una vez más, de ese lujo de vistas sobre el valle de Pineta.

Como sucede con otros paradores en plena naturaleza, como el Parador Costa da Morte o el Parador de Oropesa, podemos completar nuestra estancia con excursiones a Aínsa, Panticosa etc. así como rutas a pie señalizadas que tienen como punto de partida los alrededores del Parador de Bielsa. 

Lo mejor del Parador de Bielsa: su localización, en pleno circo glaciar y con impresionantes vistas. 

Lo peor del Parador de Bielsa: la decoración de montaña que, aunque cálida, pide a gritos una revisión.