El Modernismo eclosionó a finales del siglo XIX en una Europa deseosa de dejar atrás la uniformidad constructiva, la sobriedad y el academicismo más radical.
Se buscó la llamada "renovación moderna", a la que se llamó de diferentes maneras según el lugar: art nouveau, modern style, Jugendstil, Liberty, etc.
Se huía de lo fabricado en serie, intentando regresar a lo auténtico a lo artesanal y a lo bello. Mirando al movimiento Arts and Crafts inglés, al pasado medieval, a lo oriental o, simplemente a la naturaleza, se creó un estilo único y reconocible en toda Europa.
El estilo modernista es elegante, sutil y liviano. Lleno de color, de espacios atractivos y en movimiento y es uno de mis favoritos. Ante la propuesta de Jordi para colaborar con él, Floren y Dani en elegir obras de este estilo, no he podido estar más contenta.
Así pues, hoy hago un recorrido por algunas de las obras del Modernismo europeo que hay que conocer.
Se buscó la llamada "renovación moderna", a la que se llamó de diferentes maneras según el lugar: art nouveau, modern style, Jugendstil, Liberty, etc.
Se huía de lo fabricado en serie, intentando regresar a lo auténtico a lo artesanal y a lo bello. Mirando al movimiento Arts and Crafts inglés, al pasado medieval, a lo oriental o, simplemente a la naturaleza, se creó un estilo único y reconocible en toda Europa.
El estilo modernista es elegante, sutil y liviano. Lleno de color, de espacios atractivos y en movimiento y es uno de mis favoritos. Ante la propuesta de Jordi para colaborar con él, Floren y Dani en elegir obras de este estilo, no he podido estar más contenta.
Así pues, hoy hago un recorrido por algunas de las obras del Modernismo europeo que hay que conocer.
1. Librería Lello e Irmao en Oporto
El viajero que vaya a Oporto tiene que pasar obligatoriamente por esta librería que es mucho más que eso. Se trata de un edificio que ya en la fachada se anuncia singular, con su remate almenado, sus tonos pasteles y las delicadas figuras femeninas que la enmarcan.
El interior de Lello es de auténtico ensueño. Las diversas artes decorativas propias del Modernismo en todas sus visiones (que aquí tiene trazas de neogótico hiper-adornado) se encuentran en ella. La madera trabajada en mil volutas, en mil giros imposibles que hacen de este lugar un sitio mágico; los vitrales recientemente restaurados y que la cubren proporcionándole a la vez bastante luz.
Si el movimiento Arts and Crafts fue pionero del Modernismo, dotando al siglo XIX industrial y deshumanizado de la vuelta a los orígenes artesanales, aquí podemos ver un reflejo de todo ello. Sólo hay que remontarse a 1906 y pensar que en esa época se era libre creando y se estaba muy lejos de pensar en todo lo que vendría después.
2. Gresham Palace en Budapest
Este hermoso palacio, uno de los edificios emblemáticos de la capital húngara, es hoy en día un hotel de lujo. No obstante, si vamos a Budapest, no debemos dejar de visitarlo.
Mirando hacia el Puente de las Cadenas y Buda, el Palacio Gresham se eleva imponente y lleno de delicados detalles. Fue construido por una empresa aseguradora inglesa y pasó por diversas vicisitudes a lo largo de la convulsa historia del siglo XX húngaro.
Hoy en día luce espléndido tras la restauración a la que fue sometido para acoger el hotel, y podemos ver las imponentes rejerías con pavos reales (animales tan recurrentes en el Modernismo), las puertas de las antiguas oficinas llenas de elementos curvos, las teselas brillantes que forman el pavimento en arabescos increíbles y los distintos vitrales.
Es pues el Palacio Gresham toda una oda al Modernismo, al cuidado de las artes decorativas y a la libertad de formas inspiradas en la naturaleza.
Este hermoso palacio, uno de los edificios emblemáticos de la capital húngara, es hoy en día un hotel de lujo. No obstante, si vamos a Budapest, no debemos dejar de visitarlo.
Mirando hacia el Puente de las Cadenas y Buda, el Palacio Gresham se eleva imponente y lleno de delicados detalles. Fue construido por una empresa aseguradora inglesa y pasó por diversas vicisitudes a lo largo de la convulsa historia del siglo XX húngaro.
Hoy en día luce espléndido tras la restauración a la que fue sometido para acoger el hotel, y podemos ver las imponentes rejerías con pavos reales (animales tan recurrentes en el Modernismo), las puertas de las antiguas oficinas llenas de elementos curvos, las teselas brillantes que forman el pavimento en arabescos increíbles y los distintos vitrales.
Es pues el Palacio Gresham toda una oda al Modernismo, al cuidado de las artes decorativas y a la libertad de formas inspiradas en la naturaleza.
3. Museo Mucha en Praga.
Si hay un espacio que rinde homenaje como ningún otro al art nouveau en la bella Praga, ese es el Museo Mucha. Situado en un palacio barroco del centro de la ciudadn este pequeño museo que puede pasar algo desapercibido alberga la colección de carteles y obra gráfica de Alfons Mucha.
El artista checo viajó a París, centro del mundo en aquella época, donde recibió múltiples influencias y realizó sus obras más famosas. Entre ellas destacan los carteles realizados para las obras de teatro de la gran Sarah Bernhardt. Son delicados, con líneas sinuosas, letras elaboradas y en fin, muchos de los elementos del nuevo estilo moderno que tantas veces nos podemos encontrar en la capital checa.
Alfons Mucha realizó otras obras que podemos ver en Praga, por ejemplo algunos vitrales de la Catedral de San Vito.
4. Casa Tassel de Víctor Horta en Bruselas
Si hay un espacio que rinde homenaje como ningún otro al art nouveau en la bella Praga, ese es el Museo Mucha. Situado en un palacio barroco del centro de la ciudadn este pequeño museo que puede pasar algo desapercibido alberga la colección de carteles y obra gráfica de Alfons Mucha.
El artista checo viajó a París, centro del mundo en aquella época, donde recibió múltiples influencias y realizó sus obras más famosas. Entre ellas destacan los carteles realizados para las obras de teatro de la gran Sarah Bernhardt. Son delicados, con líneas sinuosas, letras elaboradas y en fin, muchos de los elementos del nuevo estilo moderno que tantas veces nos podemos encontrar en la capital checa.
Alfons Mucha realizó otras obras que podemos ver en Praga, por ejemplo algunos vitrales de la Catedral de San Vito.
Imagen de Wiki Commons. Autor Byronmercury |
4. Casa Tassel de Víctor Horta en Bruselas
Víctor Horta llevó el Art Nouveau a la arquitectura. Con él se consagra la arquitectura modernista el año 1892, en el que se levanta este edificio emblemático.
Se construyó en un solar estrecho, poco dado a experimentaciones, pero aún así logró espacios amplios al evitar los muros de carga mediante el uso de soportes de hierro, hasta ese momento nunca vistos.
Horta logró darle gran luminosidad, y la llenó de líneas vegetales, juegos florales en barandillas, en suelos y paredes. Y lo que es más importante, el hierro fue el material con el que logró todo ello, trabajándolo de una manera nunca vista hasta entonces, sinuosa y ornamental.
Víctor Horta logró en cada construcción la singularidad que buscaba, lejos del uniformismo habitual de las casas de la burguesía de la época.
Imagen Wikimedia Commons de Henry Townsend. |
5. Entrada a la estación de metro de Abesses de Héctor Guimard en París.
La capital del mundo a finales del siglo XIX y principios del XX no podía ser ajena en ningún caso al Modernismo y a los diferentes movimientos que se desarrollaron con él. Guimard fue un arquitecto de la época, imbuido por todos los elementos propios del nuevo estilo.
Recibió en Bruselas la influencia de Horta y a partir de entonces comenzó a observar las plantas y sus tallos poniéndolos como forma preponderante en sus obras.
El hierro, elemento de la revolución industrial indispensable para las nuevas arquitecturas, y el organicismo basado en seres vivos se dan la mano en la obra de Guimard y más concretamente en estas entradas a diversas estaciones de metro de París. Fueron realizadas entre 1900 y 1905 con elementos prefabricados y posteriormente ensamblados y, sin duda, son símbolo de la Belle-Époque (junto con los carteles de Lautrec) y de la alegría en la Ciudad de la Luz.
Imagen bajo licencia Creative Commons de SteveCadman |
5. Casa Galimberti Milán
En Italia el movimiento modernista recibió el nombre de Liberty. Italia es Renacimiento y es Barroco, pero también se desarrolló el Modernismo, especialmente en las ricas ciudades industriales del norte (como Milán y Turín) que tomaron las influencias obligatorias de la Europa septentrional y crearon edificios singulares con los elementos propios del momento.
La Casa Galimberti de Milán es un precioso ejemplo construido entre 1903 y 1905. Motivos florales, cerámicas brillantes decoradas con figuras femeninas enmarcando cada balcón y estos decorados igualmente con elementos curvos y delicados, son una oda al Modernismo, al Liberty. De lejos la Casa Galimberti parece un jardín florido. Una joya en un país repleto de obras de arte.
(Ver primera imagen del post con la impresionante fachada de la Casa, foto con licencia Wikimedia Commons)
6. Gran Hotel Europa en Praga
Praga es rica en arte de la época modernista. Si ya he mencionado el Museo Mucha, por su excepcionalidad, no quiero dejar de lado uno de los edificios más fascinantes de la capital checa: el Gran Hotel Europa.
Está situado cerca de la Ciudad Vieja, en la Plaza Wenceslao, un lugar en el que abundan los edificios modernistas. Entre todos quiero mencionar este antiguo hotel, que ahora está a punto de cobrar nueva vida de la mano de una cadena hotelera norteamericana. Su fachada destaca entre todas las demás por sus tonalidades amarillas, su tejado curvilíneo, por las letras en el más puro estilo Art Decó, los balcones y las teselas que brillan bajo la luz del sol.
Praga tiene mucho arte modernista y este hotel, aún transformado en un futuro en un establecimiento moderno, espero que mantenga su esencia en cada detalle.
8. Edificio de la Sezession en Viena
Praga es rica en arte de la época modernista. Si ya he mencionado el Museo Mucha, por su excepcionalidad, no quiero dejar de lado uno de los edificios más fascinantes de la capital checa: el Gran Hotel Europa.
Está situado cerca de la Ciudad Vieja, en la Plaza Wenceslao, un lugar en el que abundan los edificios modernistas. Entre todos quiero mencionar este antiguo hotel, que ahora está a punto de cobrar nueva vida de la mano de una cadena hotelera norteamericana. Su fachada destaca entre todas las demás por sus tonalidades amarillas, su tejado curvilíneo, por las letras en el más puro estilo Art Decó, los balcones y las teselas que brillan bajo la luz del sol.
Praga tiene mucho arte modernista y este hotel, aún transformado en un futuro en un establecimiento moderno, espero que mantenga su esencia en cada detalle.
Imagen de Wikimedia Commons de I, Tyke |
8. Edificio de la Sezession en Viena
La capital austríaca vivió su particular esplendor artístico en la época de principios del siglo XX. El Jugendstil, nombre dado al Modernismo del país, está presente en muchos lugares de la capital vienesa. Desde parques, hasta relojes como el Anker, desde apartamentos diseñados por Otto Wagner hasta edificios oficiales como la Caja Postal de Ahorros del mismo autor.
Sin embargo, posiblemente, entre todos ellos destaque el Edificio de la Sezession. Construido por Joseph Maria Olbrich, iba a servir de sala de exposiciones para el arte de vanguardia de la época. En el edificio sobresale una impresionante cúpula dorada de filigrana y su estructura geométrica de cubo con cuatro torres lleva grabado el lema del movimiento: "A cada época su arte y a cada arte su libertad".
Destaca sobremanera el "Friso de Beethoven" de Gustav Klimt, que cubre buena parte de sus muros con sus 34 metros de longitud y su oda a la Novena Sinfonía.
Imagen de Wikimedia Commons de Gryffindor |
9. Wilow Tea Room de Charles Rennie Mackintosh en Glasgow
Si Horta es línea sinuosa y curva, Mackintosh es línea recta. Si visitamos Glasgow veremos bastantes obras del autor, quien se convirtió con este salón de té en el máximo exponente del Modernismo inglés tras haber recibido la influencia del movimiento Arts and Crafts.
Lo curioso de este lugar, el único de su categoría que se conserva, es que todos los objetos que podemos ver en él fueron diseñados por Mackintosh. Desde las sillas hasta los vitrales, desde las mesas a las cuberterías.
Mucho más que un arquitecto es un diseñador en toda su extensión que llevó los principios del movimiento Modernista a la industrial ciudad escocesa.
10. La calle Strandvägen de Estocolmo
Si Horta es línea sinuosa y curva, Mackintosh es línea recta. Si visitamos Glasgow veremos bastantes obras del autor, quien se convirtió con este salón de té en el máximo exponente del Modernismo inglés tras haber recibido la influencia del movimiento Arts and Crafts.
Lo curioso de este lugar, el único de su categoría que se conserva, es que todos los objetos que podemos ver en él fueron diseñados por Mackintosh. Desde las sillas hasta los vitrales, desde las mesas a las cuberterías.
Mucho más que un arquitecto es un diseñador en toda su extensión que llevó los principios del movimiento Modernista a la industrial ciudad escocesa.
Imagen de Wikimedia Commons. |
10. La calle Strandvägen de Estocolmo
Hasta el norte de Europa llegaron las influencias modernistas, y buena cuenta de ello da esta preciosa calle de Estocolmo. A principios del siglo XX los habitantes más ricos de la ciudad vivían aquí; poco antes había sido una zona llena de barro y en cuesta.
Situada ante el mar, muy cerca de Djugarden, es ideal para pasear y contemplar cada fachada. Son todas diferentes, parece que hubieran entrado en competición los 10 propietarios para ver quién se hacía la mejor vivienda. Los más importantes arquitectos suecos del momento participaron de un proyecto en el que no había límite de dinero ni de imaginación y en el que las artes decorativas estaban en su máximo esplendor.
Y hasta aquí mi breve y variado recorrido por el Modernismo en Europa. Si queréis conocer otros lugares igualmente interesantes os recomiendo que leáis los siguientes posts: en Mil Viatges un recorrido por el Modernismo Catalán, en Fmanega por el Mundo Diez edificios modernistas que no debes perder de vista y la Ruta Modernista de Barcelona en Viatges Pedraforca.
Muy interesantes tus 10 propuestas, la mayoría desconocidas para mi. Me atrae especialmente Estocolmo y Budapest, 2 ciudades que aún no conozco y a las que les tengo muchas ganas. Un placer haber colaborado en el reto a 8 manos. Un abrazo. Dani
ResponderEliminarDos ciudades que estoy segura te encantarían. Un abrazo.
EliminarEstas 10 respuestas me gustan, pero 10 no es bastante, Hay unas thermas en Francia, Barcelona con Gaudi, y muchissimas obras que faltan...
ResponderEliminarEs verdad, 10 no son bastantes, pero me tocaba elegir 10 en Europa, así que tenía que ser breve.
EliminarGracias por leer el blog.
puedo usar las imágenes para un trabajo o cuentan con derechos de autor?, me darías la licencia?
ResponderEliminarHola, si realizas las mismas citas hechas por mí, no veo problema. Como verás, bastantes de estas imágenes no son mías y se refieren a Creative Commons.
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